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Cada año los antorchistas regresan a su nido de la Mixteca poblana

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Por Laura Castillo Vocera del Movimiento Antorchista en el Estado de México

El viaje que año con año realiza la mariposa monarca para retornar a su nido en Michoacán y que un insecto tan pequeñito haga un esfuerzo tan enorme, me parece algo similar a lo que hace Antorcha con sus Espartaqueadas: año con año los antorchistas de todo el país se reúnen en su santuario de la Mixteca poblana, y hacen un enorme esfuerzo: viajan -algunos recorren miles de kilómetros- y se reúnen en Tecomatlán para preservar y acrecentar los sueños”, expresó el autor del cartel de la Espartaqueada Cultural 2017 el maestro en artes plásticas, Ubaldo Vázquez Somera.

Por eso, en los carteles de las Espartaqueadas -deportivas o culturales-  siempre aparecen las mariposas, porque representan ese regresar al nido, aseguró.

Y siguió la descripción: la tierra desértica es como estaba Tecomatlán hace algunos años: “así lo vi hace 20 años, y los varios caminos que tiene el cartel es porque todos convergen en la cuna del antorchismo; además para que la gente sitúe el evento en Puebla, están los volcanes de referencia”.

En breve entrevista, el maestro en artes plásticas que desde hace 24 años realiza las pinturas que luego se vuelven carteles para promocionar las Espartaqueadas, entusiasmado señaló que “es un festival maravilloso en donde vemos en el escenario al obrero, al campesino, al ama de casa, al estudiante descubriendo el arte, y en el público también los ves…, además, los premios no son en efectivo, no son económicos, eso lo hace un festival único en su género, y lo es totalmente en calidad y cantidad es único en su género, equiparable al Festival Cervantino… con la diferencia de que aquellos son profesionales, que se mueven con recursos del erario”.

En efecto, los premios que otorga la Espartaqueada son simbólicos: una medalla correspondiente al lugar que ocuparon porque la gente participa para sentirse feliz por haber participado en alguna actividad artística y se siente satisfecha con la medalla que se le otorga, pues sabe que quien obtiene esa medalla, es porque su trabajo fue de alta calidad.

“Yo vi nacer las Espartaqueadas, vi como nacieron y ahora se me hace maravilloso ver cómo han crecido”.

El maestro Somera estaba montando una pequeña exposición en el lobby del auditorio Clara Córdova, el escenario principal donde se lleva a cabo la competencia; ahí expone algunos cuadros de su colección personal: “la señora de las Iguanas”, a otra “señora de Cuetzalan” con blancos alcatraces en las manos, y varios cuadros de sus alumnos del CBTA 168 de Zacapoaxtla, Puebla, en donde desde hace 20 años fundó un taller de artes plásticas donde realiza pinturas, escenografías, entre otras cosas.