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La mejor forma de Predecir el Futuro es Creándolo

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Laura Castillo García

Vocera del Movimiento Antorchista en el Estado de México

Tomar el futuro en sus manos fue precisamente lo que hicieron los habitantes de Chimalhuacán, Estado de México, el 18 de agosto del año 2000, día en que decidieron defender el triunfo del presidente municipal que mes y medio antes habían electo democráticamente.

Ese trágico 18 de agosto del 2000, los chimalhuacanos fueron víctimas de una feroz agresión a manos de cientos de delincuentes dirigidos por la cacique local, Guadalupe Buendía, “la Loba”, quien asesinó a 10 defensores del triunfo popular del líder social Jesús Tolentino Román Bojórquez, quien con su proyecto de gobierno del pueblo y para el pueblo, amalgamó las distintas voluntades y el 2 de julio del 2000 consiguió la mayoría de la votación y se convirtió en presidente municipal constitucional.

La artera agresión pretendía sofocar en la cuna al proyecto popular, pero no lo logró: en lugar de sentirse derrotados y dar oportunidad a la depresión, los chimalhuacanos y su líder lucharon con todas sus fuerzas para no ser víctimas de otra injusticia, como pretendían ciertas fuerzas políticas: destituir al alcalde electo y poner uno afín a “la Loba”.

Así, el futuro de su municipio quedó en manos de los chimalhuacanos. El trabajo se avizoraba difícil porque se trataba del municipio urbano más pobre del país: faltaba todo, solo la cabecera municipal tenía servicios urbanos y calles pavimentadas, el resto del territorio era un gran lodazal o un gran terregal, según la época, por lo que la gente solo salía de sus casas para lo estrictamente necesario: ir al trabajo, a la escuela, a la tienda y regresar, porque no había absolutamente nada qué hacer en lugares públicos tan miserables y en los que había basura a cada paso. La única diversión que los niños tenían era cuando los ventarrones volaban la ropa y hasta las láminas de cartón de los techos de las humildes viviendas.

Hoy, a 17 años de distancia, el futuro llegó y los resultados del trabajo y esfuerzo de los chimalhuacanos y sus gobiernos progresistas y de continuidad –desde el año 2000 todos los alcaldes han sido militantes de Antorcha- son exitosos y muy alentadores para los desprotegidos del país.

En Puebla, Querétaro, Michoacán y en el mismo Estado de México, he conocido comunidades urbanas y rurales que desde hace 20 o 30 años esperan que sus gobiernos municipales o estatales los doten de un pedazo de tierra para trasladar sus humildes viviendas que están al lado de las vías del tren o de peligrosos ríos, o bien que les lleven agua potable, drenaje o electricidad a sus comunidades, y ni pensar de que les lleven algún espacio deportivo o de recreación. En pleno siglo XXI, pues, existen comunidades que viven en verdaderas condiciones infrahumanas y, desgraciadamente, los gobiernos municipales y estatales ni los ven ni los oyen.

Esa no ha sido la suerte del Nuevo Chimalhuacán: en el año 2000 asió el futuro e inició a construir un nuevo municipio: la sangre derramada de los 10 héroes civiles a quienes arteramente les fue segada la vida por las balas asesinas de “la Loba” ha florecido en obras que brindan a sus habitantes una vida digna. El desarrollo en Chimalhuacán es integral y se ha aplicado en sus cuatro puntos cardinales. Con ello, el gobierno municipal antorchista de Chimalhuacán rinde homenaje permanente a los Mártires de Chimalhuacán y demuestra que es completamente viable el proyecto de nación del Movimiento Antorchista Nacional que propone que el dinero público se invierta en servicios públicos e infraestructura de salud, deporte, educación y cultura para todos. Ahora, los chimalhuacanos disfrutan su municipio, salen de sus casas y se pasean porque tienen espacios para recrearse, hacer deporte y disfrutar de eventos artísticos y culturales.

Este ejemplo de esfuerzo y trabajo honesto, lanza a los millones de mexicanos un mensaje valiente y vigoroso: que con unión entre pueblo y gobierno del pueblo y para el pueblo, como los gobiernos antorchistas, es posible construir un futuro positivo para todos.

Aún más. El Nuevo Chimalhuacán siguen trabajando por un mejor futuro: crear empleos bien remunerados. Desde hace años lucha por la instalación de un parque tecnológico que brinde esos empleos. Estoy segura que lo conseguirá, así como consiguió transformar el municipio urbano más pobre del país en un municipio ejemplar para todos los mexicanos.