Adrian Eduardo López Gómez
Recuerdo que la primera ocasión que lleguÉ al municipio de Chimalhuacán, lo primero que pude presenciar fue la Feria de la Piedra. Era el mes de octubre del año de 2009 cuando llegué al deportivo La Lagunilla, que era donde se realizaba la feria.
Anteriormente tuve la oportunidad de pisar diversos escenarios y acudir a diversas ferias en otros municipios debido a que formaba parte de una agrupación dancística municipal, pero sin duda la feria de Chimalhuacán era diferente, tenia diversas características que no había apreciado en otros sitios: el recorrido comenzaba en un circuito artesanal, donde diversos puestos ofrecían nieve, comida, artesanías de diverso tipo, un sinfín de postres y ropa, entre muchas otras cosas más.
Después, al salir del circuito, se empezaba a escuchar un sonido melodioso que salía del choque del cincel, el mazo y la piedra, personalmente nunca había tenido la oportunidad de ver el trabajo de los escultores, o mejor dicho de los canteros: era fascinante ver como en un lugar asignado dentro de toda la feria, varios canteros de manera simultánea trabajaban de manera continua para que al final de la feria expusieran sus obras de arte, era algo bellísimo.
En otro espacio estaba colocado un escenario enorme, donde en ese momento se encontraba un ballet folclórico del estado de Veracruz, sus cuadros eran sumamente atractivos, pero lo mejor era ver que la gente contemplaba admirada y con mucho respeto la ejecución de esos jóvenes artistas. Era mucha la gente que disfrutaba de esos eventos culturales, mientras esperaban ansiosos la participación del artista de renombre que se presentarían horas más tarde.
Mi alegría se acrecentó porque, a partir de esa fecha, pude ser parte de los jóvenes artistas que pisaron ese escenario: compartimos nuestro talento y presenciamos y admiramos a muchos otros grupos que hacían gala de sus habilidades al ritmo de distintas melodías y en distintas áreas del arte; baile, música, danza, teatro y poesía.
Años después, la feria cambió de lugar por lo insuficiente del deportivo La Lagunilla, pues era mucha gente la que acudía pues se trataba de un evento faviliar y totalmente gratuito. Así, el deportivo La Lagunilla fue sustituido por un lugar conocido como La Llorona que también resultó insuficiente. Finalmente, la feria de Chimalhuacán inauguró su propio espacio en el recinto ferial ubicado en la calle Venustiano Carranza 416b, en Sta Maria Nativitas. Al principio sólo era una gran hectárea de tierra sin ningún arreglo, pero después, el municipio de Chimalhuacán construyó un verdadero recinto fecial con un majestuoso escenario y su velaría.
Entre las cosas que siempre destacaron en la Feria de Chimalhuacán fue la presencia de charros, charras y orquestas del Carnaval, una de las tradiciones más remotas del municipio y que es uno de los sellos más característicos del mismo al igual que los canteros. A ritmo de Virginias, pasos dobles y cuadrillas hacían vibrar los corazones de todos los que lo veían; era fantástico descubrir que detrás de cada careta se escondía un joven e incluso un adulto mayor que disfrutaba de su tradición y que, a decir de los infantes, bastaba con que escucharan los primeros acordes de Silverio Pérez, para ponerse a bailar a lado de las comparsas.
Sin duda un espectáculo de alegría y mucho colorido, debido a que cada comparsa lucia sus mejores trajes de charro con el bordado de canutillo expresando un sinfin de imágenes, o el de las charras que hacían lucir sus faldas al girar al ritmo de la Virginia.
Además de eso, todo el día sobre el escenario había diversos espectáculos: show de payasos, cantantes, agrupaciones musicales, bailes folclóricos y los espectadores iban desde niños de escuela hasta adultos mayores vecinos del municipio; es decir, el pueblo en su máximo esplendor usando el escenario de su municipio.
Pero es muy probable que todo eso no se repita: antes, el gobierno municipal del Proyecto Nuevo Chimalhuacán buscaba la manera de solventar todos los gastos para que el pueblo disfrutara sin erogar un solo peso, a excepción de lo que se comían o gastaban en la compra de productos, pues. Así, el pueblo no tenía que pagar el traslado, alimentación y pago a los artistas. Además, no hay que olvidar al tiempo que se destinaban recursos para la feria, el gobierno seguía invirtiendo en obras y servicios tanto en comunidades como escuelas. Lo sé bien porque el ballet al que pertenecía –que fue el de la Escuela de Bellas Artes Humberto Vidal–, siempre acudíamos, por lo menos cada tercer día a una inauguración de alguna de las tantas obras que realizó ese gobierno progresista que sí pensaba en el bienestar del pueblo; es decir, el gobierno del Nuevo Chimalhuacán no sólo se preocupaba por la sana convivencia y el desarrollo de Chimalhuacán, también acercó la cultura a los chimalhuacanos.
Los que asistieron a la feria a ver bailar a sus hijos, a ir a ver a un artista, a subirse a los juegos mecánicos o a presenciar a los artistas de renombre, saben que los eventos siempre fueron gratuitos y, desde luego, esos artistas no salían baratos, pero el gobierno municipal solventaba los gastos para traer artistas de excelente calidad como: Lila Downs, Armando Manzanero, Susana Zavaleta, Alejandra Guzmán, Los Tigres del Norte, Mago De Oz, Los Caligaris, Banda El Recodo. En fin, artistas de gran calidada siempre estuvieron al alcance de todos los habitantes.
En días recientes la administración municipal morenista lanzó su cartelera para la realización de la “FEMECHI”, con la cual tratan de enterrar el nombre de la Feria de la Piedra o la Feria Metropolitana Artesanal y Cultural que organizaban los gobiernos emanados del Proyecto Nuevo Chimalhuacán. Con el renombramiento de la feria, la alcaldesa morenista Xóchitl Flores pretende hacer con la Feria lo mismo que hizo con el mercado municipal, desaparecerlo.
La pregunta que hay que hacernos es ¿en dónde está todo el dinero que antes se destinaba a la Feria de la Piedra para la recreación de los habitantes? Y es que no hay obras de impacto en el municipio, la mayoría de las comunidades no cuentan con agua potable; no hay apoyo a la cultura: el municipio desapareció el mariachi y orquesta sinfónica municipales, y durante sus dos años de gobierno no organizó la feria municipal.
Lo más grave es que la presidenta municipal de Chimalhuacán, Xóchitl Flores Jiménez, está haciendo lo mismo que sus compinches de otros municipios, como Felipe Arvizu de Ixtapaluca, quien lucra y privatiza la feria de Ixtapaluca que antes estaba al alcance de todos.
Ahora resulta que el gobierno morenista de Chimalhuacán cobrará los espectáculos “masivos”: dice que la cuota de recuperación será de 50 pesos. En resumen, el gobierno de la morenista Xóchitl Flores: no ha hecho obras, no brinda servicios básicos, no hizo ninguna feria y la que ahora realizará cobrará “cuota de recuperación”, cuando antes el gobierno municipal absorbía todos los gastos.
Invito a todos los habitantes de Chimalhuacán a inconformarse ante estas acciones de lucro por parte del municipio otrora ejemplo de atención a sus habitantes. No permitan que se privatice una de las ferias que en todo el oriente mexiquense siempre fue calificada como de las mejores ferias y gratuitas.
No permitamos que se haga el mismo acto ruin que se realizó con el mercado municipal, no permitamos que se le arrebate el nombre a la feria, como igual se trató de hacer por parte de algunos regidores, al querer despojar de su nombre a comparsas ya muy antiguas del municipio. Exijamos obras, servicios, feria gratuita.
La señora Xóchitl Flores ha hecho un sinfín de calumnias al Proyecto Nuevo Chimalhuacán, pero, a diferencia de lo que ocurre actualmente con el gobierno, antes había Feria de la Piedra gratuita, había agua potable, inauguraciones de calles, parques recreativos, un índice de inseguridad a la baja, existía un gobierno verdaderamente preocupado por sus habitantes.