Nicolás Romero, México.- La explanada del palacio municipal de Nicolás Romero funge como escenario principal. Tambores y trompetas suenan al unísono bajo las órdenes de los comandantes asignados. No se trata de ningún anuncio de guerra, o de alguna situación bélica sino de las eliminatorias estatales rumbo a la VIII Encuentro Nacional de Bandas de Guerra que se celebrará el próximo 25 de marzo en Ixtapaluca donde se definirán a los máximos exponentes en la materia.
Ante el anuncio del inminente del comienzo, el público, expectante, ánima a los grupos con aplausos, chiflidos y porras para llenarlos de confianza. Rodeando el escenario, las bandas de guerra se aglutinan y afinan últimos detalles: la camisa bien fajada, el kepí listo, guantes colocados e instrumentos a la orden.
Arranca la eliminatoria. Los rostros son de seriedad y concentración. Una por una, las bandas de guerra pasan al escenario principal con paso redoblado y, tras solicitar el permiso correspondiente a los jueces, inician con su rutina para dar muestra de sus capacidades e interpretar notas marciales de la mejor forma.
Cada banda tiene un comandante que, enérgicamente, con voz firme y toques de trompeta da las órdenes para iniciar con la rutina. En respuesta, tambores y trompetas resuenan estrepitosamente, cuidando cada detalle: coordinación, temple, uniformidad, limpieza en instrumentos, ejecución y potencia, entre otros aspectos.
Los jueces, que observan a detalle cada participación, hacen hincapié: Antorcha busca un sistema educativo que sensibilice al hombre nuevo, que enaltezca el espíritu nacional y motive a los estudiantes a generar cambios positivos en sus escuelas y comunidades, por ello los presentes en la eliminatoria son ya ganadores.
Ante el discurso del jurado, el público aplaude y las consignas no se hacen esperar: ¡Se ve, se siente, Antorcha está presente!, ¡Se ve, se siente, Antorcha está presente! Jóvenes participantes de distintos municipios como Texcoco, Chimalhuacán, Ecatepec, La Paz y el propio Nicolás Romero dan muestra de unión fraternidad y lucha haciendo a un lado la rivalidad y fomentando la hermandad.
Regresan las bandas de guerra, la competencia es cada vez es más reñida, desde la categoría Infantil hasta la Libre. El público no pierde la atención; todo en su conjunto es un espectáculo de disciplina; pequeños con rostro de concentración, jóvenes redoblando el paso, maestros gritando porras a sus alumnos.
Al final ganan todos. Nicolás Romero recibe una eliminatoria de calidad, una muestra de empeño y esfuerzo por impulsar una educación con valores cívicos. Nuevamente, Antorcha pone el ejemplo y exhorta a las familias mexicanas a confiar en su proyecto de Nación.
