- En el marco de la tercera edición de la Feria Internacional del Libro Estado de México, el actor y poeta ofreció la charla “Lectura retrospectiva de poesía” y leyó parte de su obra.
Toluca, México.- La poesía es un acto de intimidad entre dos: el libro y el lector, aseguró el actor y poeta Joaquín Cosío, quien en el marco de la tercera edición de la Feria Internacional del Libro Estado de México (FILEM), ofreció la charla “Lectura retrospectiva de poesía” y leyó parte de su obra.
Cosío, quien participa en la puesta en escena La desobediencia de Marte, afirmó que escribir consiste en “la necesidad de expresar algo que traes dentro y que es necesario contar para continuar esa emoción”.
Además, manifestó, la poesía permite al escritor emitir emociones y que quien lo lee o escucha pueda sentirse exaltado. “La poesía puede divertir como lo puede hacer una película, puede hacer que pase algo en la emoción, en el corazón de la gente”.
En la Plaza de los Mártires de la Ciudad de Toluca, Joaquín Cosío leyó algunos poemas de Bala por mí el cordero que me olvida, el cual habla de la vida en Ciudad Juárez. En este poemario, Cosío recuerda su infancia, a su madre y la vida social y política de esa ciudad.
Asimismo, expresó que ninguna persona debe sentirse obligada a que le guste la literatura. “Somos libres de que la poesía nos interese o no, así como los actores que hacemos teatro tenemos que acostumbrarnos a que el espectador que está en primera fila tenga todo el derecho de dormirse, porque le pertenece esa posibilidad de roncar cuando estás interpretando lo mejor de Shakespeare”.
El actor en películas como El infierno o Salvajes aseveró que el trabajo creativo está lleno de esfuerzo, crítica y reflexión. Sostuvo que “el poema y el personaje son inalcanzables, así que todo lo que tenemos son aspiraciones, sólo la posibilidad de llegar a ser el personaje y la intención de escribir el poema”.
Al presentar a Joaquín Cosío, el poeta Jorge Humberto Chávez destacó que la obra del también actor en Matando Cabos tienen lazos con la del escritor Alí Chumacero, ya que ambos publicaron muy poco y además, cuentan con un estilo clásico, pero directo.
Subrayó que la obra de Cosío es terrenal, al hablar de aspectos de la vida cotidiana. “Hay una constante en la obra de Joaquín: las mujeres, como la madre ausente, la tía amorosa, las hermanas con sus conflictos y luego, las mujeres de Ciudad Juárez que él amó y las mujeres muertas que vio pasar por los canales”.
Joaquín Cosío indicó que su faceta como escritor existe desde su juventud e incluso, antes de que incursionara en el cine. Concluyó diciendo que “la palabra abre una hendidura por donde podemos observar lo otro”.