- Informes de la Organización de las Naciones Unidas advierten que el segmento de población que más crece es el de mayores de 80 años.
Toluca, México.- El acelerado proceso de envejecimiento de la población provoca que cada año haya 180 mil personas más de la tercera edad en México, que hace cuatro décadas era un país de jóvenes y ahora está en camino de ser una nación de ancianos, puntualizó la académica de la Universidad Autónoma del Estado de México, Aída Mercado Maya.
La profesora refirió que informes de la Organización de las Naciones Unidas advierten que el segmento de población que más crece es el de mayores de 80 años; agregó que “si en 2000 había en el mundo 69 millones de personas que pasaban de esa edad, en 2050 llegarán a los 379 millones, lo que supone 5.5 veces más que ahora”.
De este modo, indicó, lo que suponía uno por ciento de la población del planeta, dentro de 50 años se convertirá o representará el cuatro por ciento. Por ello, advirtió, el proceso de la vejez debe ser tomado en cuenta para su investigación y estudio, dado que los seres humanos no envejecen igual y a su alrededor se conjugan factores y dinámicas diversas que dan matices diferentes a esta etapa de la vida.
“El hombre o mujer actual que enfrenta la realidad del envejecimiento en medio de una sociedad con las características de competitividad, es probable que viva la etapa de su jubilación y retiro como una situación de pérdida y minusvalía”.
Aída Mercado Maya afirmó que este cambio tan abrupto puede provocar trastornos psicológicos, como inquietud, preocupación y estados depresivos o de ansiedad; inhibición e irritabilidad, pérdida de la autoestima, sentimientos de inutilidad y confusión.
La transición, aseguró la profesora e investigadora, debe estar encaminada a prevenir sus efectos negativos y permitir que el sujeto pase del plano productivo al creativo, con el fin de mantener su sentimiento de identidad y autoestima y readecuar su proyecto de vida a la nueva coyuntura.
En el plano social, consideró, el proyecto ha de contemplar acciones dirigidas a contrarrestar los mitos y visiones negativas sobre la vejez como etapa improductiva, así como crear las condiciones para que el jubilado o jubilada pueda participar en diversas actividades compatibles con sus gustos e intereses, accesibles a su posibilidad financiera.
En tanto que en el plano individual, manifestó Aída Mercado Maya, se debe brindar información real, en cuanto a las características de esta etapa, sobre cómo cubrir problemas: empleo del tiempo libre, disminución de los roles, reestructuración de la red de amistades, entre otros, además de aclarar las posibilidades de desarrollo intelectual y los nuevos intereses en esta etapa.