- La Constitución federal es de las mejores del mundo, pero se debe verificar que es una realidad.
Toluca, México.-Después de la reforma constitucional de 2011, en la cual se establece que los tratados internacionales de derechos humanos están al mismo nivel de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, cambió la manera en que se interpretaba y se leía el Derecho en México, señaló Víctor Rodríguez Rescia, miembro y ex presidente del Subcomité para la Prevención de la Tortura de la Organización de la Naciones Unidas (ONU).
En la Escuela Judicial del Estado de México, el especialista presentó el Libro “Constitución Mexicana Comentada y Concordada con Tratados de Derechos Humanos y Jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos”, que fue comentada por el ex consejero de la Judicatura mexiquense, Alfonso Sierra Palacios.
Ante jueces, magistrados y colaboradores jurisdiccionales, Rodríguez Rescia dijo que antes de la reforma se indicaba que los tratados de derechos humanos estaban por debajo de la Constitución, eso sucedía en el Derecho interno, pero en el internacional, los tratados siempre han estado en un lugar superior a las constituciones, esto es, no es posible alegar la soberanía de un país para incumplir con los convenios internacionales.
Mencionó que la Convención de Viena puntualiza que los tratados internacionales en general deben cumplirse de buena fe, por lo que México cuando ratifica y los hace suyos tiene que cumplir como una obligación internacional.
El experto de la ONU apuntó que la Constitución de México es de las mejores del mundo, es ejemplar pues protege a los niños, a los indígenas, a las personas e incluye entre otros, el derecho ambiental, derechos sociales, derecho al agua, derechos culturales; el asunto es constatar que es una realidad no letra muerta, si existe eficacia de la norma.
Expuso que de acuerdo con el Artículo 29 constitucional, los derechos humanos no son absolutos se pueden limitar en situaciones especiales y citó el Arraigo que ha sido la figura más criticada por los organismos internacionales de derechos humanos, al ser restrictiva de la libertad y la Prisión Preventiva que puede ser sustituida por otras medidas cautelares; de ahí la contradicción de que los tratados y la Constitución estén en el mismo nivel.
Al respecto, Sierra Palacios señaló que es una obra que vale la pena por el trabajo de análisis desarrollado, pues con la reforma de 2011 se dio un brinco al reconocimiento de los derechos humanos, donde se adopta el principio pro persona.
Esta publicación es considerada una herramienta útil para quien se dedica al Derecho o a cualquier persona interesada en conocer mejor sus derechos y cómo entenderlos adecuadamente. Busca contribuir a una mejor comprensión del alcance de la jurisdicción federal mexicana, luego de la reforma de junio de 2011 que estableció que los tratados de Derechos Humanos están al mismo nivel de la Constitución Federal pero que, además reconoció el principio de interpretación casuístico “pro homine” o persona humana (aplicar la norma más favorable a la persona para cada caso concreto, independientemente de la jerarquía que pudiera tener).
La reforma establece que en nuestro país todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en la Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que la máxima carta establece.