F. V. Figueroa
En la lucha histórica de supervivencia de la especie humana, a través del proceso de trabajo, el hombre integró y modificó elementos del medio ambiente que le permitieron utilizarlos en su beneficio; materiales, sonidos, procesos naturales, movimientos, tomados de su entorno inmediato, poco a poco, con el desarrollo del conocimiento sistemático de las propiedades de esos fenómenos, se asimilaron en el cerebro, se integraron a la conciencia de los primeros pobladores.
Simultáneamente, en esta búsqueda por la vida, se fue desarrollando la cultura, entendida ésta como el conjunto de los bienes materiales y espirituales, creados por la humanidad en el proceso de su práctica histórico social del trabajo; herramientas, nuevos materiales, recursos, instituciones, formas de vida y por supuesto, el arte, enriquecieron el conglomerado de recursos y cualidades cristalizadas en el mejoramiento constante de la capacidad intelectual y física.
La relación intrínseca entre el constante mejoramiento de las herramientas y procesos para la obtención de los alimentos, transformaron no sólo las cualidades físicas externas de los primeros seres, sino también las internas o espirituales, que enriquecen la conciencia, que no son tangibles y que, sin embargo, separan cada vez más a los seres humanos de la animalidad; es decir, impulsan y delinean el proceso que llamamos humanización.
Es dentro de la cultura espiritual, donde se desarrollan un conjunto de actividades destinadas conscientemente a despertar en las personas el placer estético, que no es ya la satisfacción de las necesidades fisiológicas, sino de otras también importantes que permiten disfrutar, gozar estéticamente través de los sentidos, las creaciones humanas elaboradas específicamente para despertar y desarrollar la sensibilidad; a este acervo de actividades las llamamos arte.
El arte es, pues, una actividad creadora en la que los individuos, desplegando su imaginación, creatividad, sensibilidad y conocimiento, elaboran representaciones concretas y sensibles que reflejan la realidad, y que representan o materializan una actitud estética.
Es necesario resaltar la importancia que tiene el arte en la sociedad, el reconocimiento de su impacto en las personas y por tanto, la necesidad de impulsar actividades en los diferentes espacios e instituciones que desarrollen y fortalezcan las cualidades espirituales de sus integrantes, ya que, con su cultivo, es decir, con la creación y práctica de las diferentes actividades estéticas como la música, danza, teatro o poesía, se desarrolla una actitud específicamente humana que permite, entre otras cosas, la convivencia armónica con nuestros semejantes y con los demás seres y objetos de nuestro entorno.
El desarrollo de la sensibilidad, cualidad indispensable que nos ayuda a sentir como nuestros los sufrimientos de los demás, que despierta en nosotros la solidaridad y nos obliga a no ser indiferentes ante los abusos de los poderosos, también es resultado, en gran medida, del arte. De ahí que, en la educación de nuestro pueblo, la enseñanza y práctica de las actividades estéticas deberían estar colocadas al mismo nivel que las que están destinadas a proveer de conocimientos académicos, saberes científicos y también de aquellas que cultivan el desarrollo físico a través de los deportes.
En el Movimiento Antorchista comprendemos que las actividades culturales y artísticas no pueden ser ajenas a nuestro pueblo; no deben, los pobres, permanecer observando cómo sólo algunos pudientes económicamente hacen uso de este derecho universal, mientras otros absorben todo su tiempo y sus capacidades en una actividad laboral extenuante obligados por la miseria y el hambre.
Esta es una de las razones por las cuales las actividades estéticas y culturales tienen un lugar especial en las instituciones educativas creadas e impulsadas por nuestro movimiento. Aún más; esta tarea, considerada como indispensable en el desarrollo y formación del ser, no se encierra en las paredes de las aulas, sino que sale y se impulsa también en otros espacios en los que se invita a los colonos, trabajadores, estudiantes, amas de casa, a desarrollar estas capacidades y potenciar aún más su humanidad.
En esta oportunidad, el Movimiento Antorchista en el noroeste mexiquense, invita a toda la población, a los grupos artísticos solidarios, a los sectores progresistas, al festival cultural independiente “Nuestras raíces Azcapotzaltongo 2024” que se desarrollará el domingo 25 de febrero del presente año en la explanada municipal de Nicolás Romero, cuyo objetivo principal es sentar las bases de una alternativa cultural que permita a nuestro pueblo acceder de forma gratuita a las manifestaciones culturales y al progreso social.
Necesitamos reconocer que la sociedad capitalista, cuya finalidad principal es la obtención de ganancia económica a partir de la generación de una mayor plusvalía, que no es otra cosa que la explotación de los trabajadores, deshumaniza a las personas; las bestializa al requerir únicamente animales de carga, autómatas carentes de sentimientos y de reducida capacidad de raciocinio.
Requerimos oponernos con firmeza a este proceso de deshumanización promovida por los oligarcas y defendida veladamente por el gobierno en turno a través del mantenimiento de las condiciones económicas que provocan la carestía de la vida, la falta de empleo seguro para todos, la inaccesibilidad a la salud y educación, a una vivienda digna, a la seguridad social y a los servicios públicos que se requieren para vivir dignamente.
La única forma que tenemos los pobres para emprender tal hazaña, enfrentar y salir victoriosos de este sometimiento físico y espiritual del capital personificado en los grandes empresarios de nuestro país y de su gobierno títere, es organizarnos y luchar. Sólo de esta manera, enfrentaremos los efectos que provoca la propagación de valores ajenos a nuestra naturaleza comunitaria, a la intención que el capitalismo tiene para llenar nuestro espíritu de mezquindad, que nos obliga a olvidarnos de las necesidades de los demás y nos impulsa a buscar el placer en el consumismo, que sólo divide a los pueblos al crear falsas expectativas para los pobres y también a la comercialización y el lucro de las manifestaciones artísticas que permiten sólo a unos cuantos disfrutar de las creaciones humanas y que se convierten en una fuente más de ganancia económica para los más ricos.
Permanecer ajenos a esta realidad, sólo acrecentará los males que ya padecemos; te invitamos a unirte, organizarte y luchar.