Carlos Ugalde Sixtos
Integrante del Comité Estatal del
Movimiento Antorchista Edomex
Apenas está concluyendo su onceavo mes el gobierno presidido por AMLO y prácticamente se ha desmoronado el Estado de derecho en México. Pero vamos por partes. Haré un breve recordatorio de los eventos en donde, según su humilde servidor, el gobierno de la 4 T ha violado la Constitución Mexicana, sí, así como lo oye amable lector, nuestra Ley de Leyes, nuestra Carta Magna ha sido ninguneada, sobajada y sometida por el Gobierno de la mal llamada 4 T.
Recordará ud, amable lector, que comenzando la presente administración morenista el presidente decidió, saltándose varias instancias legales, mandar a varios funcionarios de su gabinete una especie de memorandums en donde se les ordenaba no disponer de recursos destinados con anterioridad para educación, medicina, cultura, deporte, investigación científica, etc. Con este hecho, el gobierno dejaba de ser un ente institucional y pasaba a ser algo personal, dejaba de basar sus acciones en la Constitución y pasaba a guiarse por ocurrencias y caprichos personales. Así también todos fuimos testigos de su gran obsesión por cancelar la construcción del Aeropuerto Internacional en Texcoco, aún sabiendo que en Santa Lucía, donde él lo propone, se complica y se dificulta en extremo (como lo acaban de declarar nuevamente representantes de empresas aéreas de gran peso y conocimiento en el medio) el funcionamiento del transporte aéreo. Y así sucesivamente podríamos seguir comentando casos como la construcción del Tren Maya, la Refinería de Dos Bocas, la Ley Bonilla, la Ley Garrote, etc., etc.
Pero lo que si supera todo lo imaginable es lo ocurrido a mediados de octubre: en Michoacán, en Guerrero y en Culiacán, Sinaloa, en donde el poder del Estado claudicó ante el crimen organizado. A manera de justificación comenta el señor presidente que se dejó libre al “chapito” para salvaguardar vidas inocentes. Explicación que resulta muy inverosímil, ya que, de lo contrario, hace mucho que se hubiera convertido en lugar común en ese tipo de conflictos.
El caso es que con todos los eventos señalados y otros más, que me permito omitir por considerarlos menos importantes, el llamado estado de derecho en México ha quedado hecho añicos, ya que de acuerdo a la definición que declaró el Secretario General de la ONU el estado de derecho puede definirse como “un principio de gobernanza en el que todas las personas, instituciones y entidades, públicas y privadas, incluido el propio Estado, están sometidas a leyes que se promulgan públicamente, se hacen cumplir por igual y se aplican con independencia, además de ser compatibles con las normas y los principios internacionales de derechos humanos”. Pues bien, ese principio de gobernanza ha sido violado en reiteradas ocasiones, quien lo iba a imaginar amigo lector, por el mismísimo presidente de la república. Y bueno, estoy totalmente de acuerdo con quien afirma de manera tajante que, si el presidente tuviera tantita dignidad, al día siguiente de lo acontecido en Culiacán, debía de haber presentado su renuncia.
En fin, creo que el Gobierno de la 4 T tiene que hacer algo y pronto, de lo contrario el crimen organizado pensará, y objetivamente así es, que ya le tomó la medida al Gobierno Federal. No nos sorprenda que en el futuro inmediato se empiecen a presentar a todo lo largo y ancho del país pequeños, medianos y grandes “culiacanazos”. El ciudadano común y corriente lo único que desea es que se restablezca el estado de derecho para poder vivir en paz y no en la zozobra. Que así sea. (Imagen tomada de la página de: Claudia Guerrero)