Laura Castillo García
Vocera del Movimiento Antorchista en el Estado de México
*Los municipios que cierran el año con más inseguridad son: Naucalpan de Juárez,
Ecatepec de Morelos, Cuautitlán Izcalli y Chimalhuacán.
El Estado de México, la entidad más poblada del país con 16 millones 992 mil 418
habitantes, es también una de las que registra una de las mayores incidencias delictivas
del país y, por tanto, la percepción de inseguridad de sus ciudadanos es una preocupación
importante.
De acuerdo con la revista buzos de la noticia, en su edición del pasado 16 de
octubre, el 87 por ciento de los mexiquenses “vive con miedo” debido a los altos y críticos
índices de inseguridad que viven en los 125 municipios del estado.
El pasado 6 de noviembre, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi)
publicó los resultados de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (Ensu)
correspondiente al tercer trimestre de 2024 y, más allá de las declaraciones triunfalistas
de la gobernadora Delfina Gómez Álvarez, quien sostiene que los índices delictivos han
bajado por arte de magia durante su administración –que apenas lleva cuatro meses–, los
datos de la ENSU –pese a que pueden estar maquillados porque es una institución oficial
que depende política y económicamente del gobierno federal– reflejan el miedo por las
agresiones y tragedias que pueden vivir y viven diariamente los mexiquenses.
De acuerdo con la ENSU, un municipio mexiquense lidera la percepción de
inseguridad en el Estado de México y ocupa el segundo lugar en el país entero; es decir, es
mucho más inseguro que los 2 mil 478 municipios que hay en el territorio nacional y ese
es el municipio de Naucalpan de Juárez, en donde el 88 por ciento de sus habitantes; o
sea, 9 de cada 10 pobladores, se siente inseguro. El otro municipio con graves problemas
de inseguridad y de percepción de la misma es Ecatepec de Morelos, el cual desde hace
varios años se ha colocado entre los primeros lugares de este deshonroso ranking a pesar
de que es gobernado por personalidades emanadas del partido Morena: en este 2024 las
cosas no han cambiado, ocupó el segundo lugar en el Estado de México y el cuarto a
escala nacional pues el 84 por ciento de su población (8 de cada 10 personas) percibe que
el territorio en donde vive es inseguro y, lo que es peor, que no han sido efectivas las
acciones gubernamentales en contra del flagelo que hace sufrir a la población.
Otro municipio mexiquense importante que ocupa el tercer lugar en la entidad en
torno a la percepción de inseguridad es Cuautitlán Izcalli, con 80.5 por ciento de
percepción de inseguridad; es decir, 8 de cada 10 residentes se sienten inseguros. Le sigue
Chimalhuacán, en este municipio del Oriente mexiquense, 8 de cada 10 de los habitantes
se sienten inseguros y como no, si hay chimalhuacanos que en el año han tenido que
comprar hasta tres celulares debido a que han sido víctimas de los delincuentes que se
dedican a robar celulares en las calles, además de que el municipio ha sido protagonista de notas rojas nacionales por las masacres y frecuentes asesinatos que ahí suceden. Y
aunque Atizapán de Zaragoza es el municipio mexiquense con la menor percepción de
inseguridad, es alto el porcentaje de ciudadanos que sienten la inseguridad a flor de piel:
ahí, 6 de cada 10 personas se sienten inseguras. Y aunque el resto de los municipios
mexiquenses estadísticamente no registran altos porcentajes de percepción de
inseguridad, ésta sí existe y agrede a las familias trabajadoras, las cuales también viven
con miedo.
La situación de inseguridad en el Edomex es bastante crítica: sus habitantes
frecuentemente son víctimas de: robos callejeros y en casa habitación; homicidios, robos
con violencia, delitos contra la salud, extorsiones, secuestros, feminicidios, etc., etc. Por
eso, el 87 por ciento de los mexiquenses, 9 de cada 10, viven con miedo, con mucho
miedo porque no saben cuándo la delincuencia agredirá a sus seres queridos y si
regresarán con bien a sus casas o no lo harán.
No obstante los altos niveles de inseguridad, el gobierno federal recortó los
recursos federales que aportaba para fortalecer las estrategias de seguridad en los
municipios, los cuales eran aplicados por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Estatal de
Seguridad Pública a través de los programas Subsidio para la Seguridad Municipal
(Subsemun) –2011 a 2015– y del Fortalecimiento del desempeño en materia de Seguridad
Pública (Fortaseg) –2016 a 2020– con el objetivo de: profesionalización, certificación y
equipamiento de los elementos operativos de las entidades federativas con altos índices
de delincuencia. Actualmente, el Estado de México recibe apoyos para la seguridad
pública, entre ellos el Fondo de Aportaciones para la Seguridad Pública (FASP) y el
Programa de Fortalecimiento para la Seguridad (Fortaseg).
Ahora, de acuerdo con una nota publicada en Milenio Estado de México del 5 de
diciembre pasado, “el Paquete Fiscal de la Federación no contempla recursos para el
Fondo de Aportaciones de Seguridad Pública, que este 2024 fue de 633.7 mdp.
“En esta ocasión el Paquete Fiscal de la Federación no contempla para el
2025 recursos para el Fondo de Aportaciones de Seguridad Pública (FASP) que este año
tuvo una asignación de 633.7 millones de pesos para el Estado de México, el sector
deberá ser atendido con recursos estatales, municipales y parte del Fondo de
Fortalecimiento Municipal (Fortamun)”.
Dicen los que saben que el gobierno federal ya no apoyará el fortalecimiento de la
seguridad municipal porque ese dinero lo ocupará en el fortalecimiento de los programas
sociales que tan buen resultado electoral les está dando; otras muchas voces de toda la
entidad, dicen que ya no apoyarán la seguridad pública porque muchos presidentes
municipales entablaron alianza con la delincuencia organizada y hasta “les han abierto las
puertas de sus territorios para que operen a la libre y sin consecuencias penales”.
Como quiera que sea, el resultado es que los mexiquenses seguirán viviendo con
miedo, tal vez ahora los invadirá el terror porque el gobierno federal los abandonó y dejó
en manos de la delincuencia.
Los mexiquenses, y todos los mexicanos, deben pensar en serio en conformar una
gran organización ciudadana que ponga freno a todas esas perversidades. Debemos
manifestar públicamente nuestro enojo por la gran inseguridad que sufrimos, pero lo
mejor sería que el poder político del país esté encabezado por verdaderos representantes
del pueblo, que no lo traicionen y sí trabajen para construir un país próspero en el que
todos podamos vivir con tranquilidad.