Laura Castillo García
Vocera del Movimiento Antorchista en el Estado de México
Desde el martes por la tarde tuvieron conocimiento de que el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, había “pospuesto” su visita al municipio de Chimalhuacán, Estado de México; no obstante, más de 60 mil habitantes del municipio se congregaron la mañana del jueves 14 de febrero, para demandar que el gobierno federal lleve obras y servicios a ese municipio dormitorio de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México.
Alrededor de las 8:30 de la mañana del día del amor y la amistad, ríos de gente caminaban rumbo a las instalaciones del Recinto Ferial; la seguridad de sus pasos, reflejaban su firme convicción de que asistirían a un evento en el que defenderían su derecho a una vida digna a través de solicitar obras y servicios al gobierno federal.
Sabían que no verían al presidente López Obrador, pero también sabían que ahí estaría su presidente municipal, Jesús Tolentino Román, el que en tan solo 18 años ha cambiado el rostro a este municipio a través de gestionar obras y servicios ante los gobiernos estatal y federal. Los más de 60 mi chimalhuacanos se congregaron para escuchar al “maestro Tolentino”, “al biólogo” o “al Tolentino”, como muchos lo conocen.
Saber cuáles serán los pasos a seguir para que el presidente de la República escuche que los habitantes de Chimalhuacán tienen necesidad de: un parque industrial para generar empleos en la localidad, ampliación de la Universidad Politécnica, un Hospital Regional del Seguro Social, mejoramiento de la seguridad pública e infraestructura urbana, educativa, deportiva, de salud y recreativa para los miles de habitantes del Ejido Santa María Chimalhuacán, fue el objetivo de la congregación ciudadana en el Recito Ferial.
La magna concentración popular desmiente rotundamente la calumnia que ciertos periódicos de filiación morenista publicaron en el sentido de que en las pintas que previamente aparecieron en el municipio, los chimalhuacanos exigían programas sociales y “denunciaban la deficiencia de la autoridad local”. Nada más alejado de la realidad, pero que por unos cuantos pesos ciertos reporteros están dispuestos a distorsionar.
En cartulinas y vinilonas, los chimalhuacanos agradecieron los programas sociales del presidente López Obrador, pero también exigieron obras y servicios porque saben que los programas sociales no acaban con la pobreza, sino que solo son un paliativo, como aseguró el alcalde Román Bojórquez, a quien las más de 60 mil almas aplaudieron como si fueran un solo hombre.
En voz del alcalde, los chimalhuacanos aseguraron que el presidente López Obrador siempre será bienvenido a su territorio, pero también fueron firmes en su determinación de solicitarle obras y servicios; tanto que esa gran asamblea general aprobó nombrar una comisión para buscar diálogo con el Ejecutivo nacional a fin de encontrar solución a sus demandas, cuestión que está completamente dentro del marco de la ley.
Mentira redonda lo que por ahí se rumora acerca de que no había “condiciones de seguridad” para la visita del presidente de México a Chimalhuacán; más bien muchos piensan que -esa versión también la encontramos en las redes sociales- el presidente López Obrador hizo cuentas y se dio cuenta que apenas concentraría 5 mil personas, mientras Tolentino Román reuniría a 60 mil, mismos que hicieron caso de la convocatoria y abarrotaron el Recinto Ferial de la localidad. Parafraseo el título de un artículo escrito por un colega: la cancelación fue ¿estrategia o falta de apoyo? Todo parece indicar que fue lo segundo.
Que un pueblo se organice y conscientemente exponga las necesidades de obras y servicios que tienen en sus comunidades, es lo que se conoce como participación social, la cual es sobre valorada en la teoría, pero que no aceptan y hasta calumnian los gobernantes cuando tienen enfrente a un pueblo consciente que exige el cumplimiento de sus derechos.