- La pobreza económica que existe en las zonas rurales genera que las niñas lleguen a ser parte del trabajo infantil como empleadas domésticas.
Toluca, México.- Pobreza, trabajo infantil, obstáculos para continuar una formación educativa, así como vulnerabilidad a la violencia física y sexual, son problemáticas a las que se enfrentan en la actualidad las niñas que vive en entornos rurales, aseveró Itzel Hernández Lara, especialista del Centro de Investigación y Estudios en Movilidades y Migraciones Internacionales (CIyEMMI) de la Universidad Autónoma del Estado de México.
En el marco del Día Internacional de la Niña, detalló que en contextos rurales, por su condición de género, pero también como consecuencia de creencias, como el que se casarán y por lo tanto, no necesitan una formación académica, las niñas se ven desfavorecidas dentro del seno familiar para tener educación o poder continuarla.
“Hay una suerte de desventaja por el hecho de ser mujeres; incluso, son involucradas a temprana edad en las labores domésticas y en el cuidado de sus hermanos, y tienen una mayor carga de trabajo, lo que provoca que desatiendan sus labores escolares. Hay contextos en los que se prefiere que el varón sea quien estudie, vulnerando el derecho a la educación de las mujeres”.
La también especialista en migración y temas rurales refirió que la pobreza económica que existe en las zonas rurales genera que las niñas lleguen a ser parte del trabajo infantil como empleadas domésticas.
“Muchas veces, las familias empobrecidas rurales tienen como único recurso la mano de obra de sus integrantes y optan por poner a trabajar a sus niñas, desde muy pequeñitas. Hay niñas que se insertan en el empleo doméstico desde los 11 o 12 años”.
Las políticas públicas que defienden los derechos de las niñas no son suficientes, afirmó, ya que no basta que quede en un documento una ley contra el trabajo infantil y se debe también procurar la mejora del entorno de la familia rural, acercando oportunidades laborales, de educación y de servicios públicos.
De esta manera, aseguró Itzel Hernández Lara, se inhibe la posibilidad de que la niña se convierta en mano de obra, deje los estudios o que sus derechos sean vulnerados.