La vida como es…
De Octavio Raziel
Imaginemos a los primeros homínidos recién distanciados de sus parientes primates. La obscuridad de la noche les permitía observar un cielo con puntos luminosos sin fin al tiempo que incógnitas sin respuesta sobre quién los habitaría. Surgieron los dioses y luego las fantasías de Verne o de Wells que nos presentaban invasores que podrían destruir nuestra civilización tal como la conocemos.
Cada vez, con mayor regularidad, escuchamos sobre ovnis y visitas de extraterrestres; círculos en campos de cultivo y abducciones de algún descuidado terrícola. Oleada mundial de avistamientos que podrían estar preparándonos para un falso contacto extraterrestre que llevaría a nuestra civilización a un control total. El ex analista de CBS y oficial de la NASA, Richard Hoagland, cree que lo que sucede en el mundo con el fenómeno OVNI es parte de una manipulación masiva que nos prepara para un contacto mundial falso dentro de una oscura agenda política. Un amplio artículo publicado por La Vanguardia.com/ciencia –que permaneció sólo unos días en el internet- analiza la utilización de los medios de comunicación globales para llevar a cabo el mayor engaño de la historia de la humanidad, esto es, mediante la simulación de la recepción de una “señal sutil” en un radiotelescopio que anunciará el mensaje de una civilización externa. No veremos ni a un solo extraterrestre. Ni una sola nave espacial. Ni tan solo una luz misteriosa surcando los cielos, solo el anuncio “filtrado” que rápidamente negarán las fuentes “científicas oficiales”, calificando las conclusiones de “apresuradas y basadas en una mala interpretación de los datos”.
Una vez realizada esta primera negación oficial, sólo haría falta poner en marcha la maquinaria de los medios ufológicos alternativos que se encargarían de convertirla en una teoría de la conspiración. Entonces, el anzuelo ya estaría echado. Luego, un heroico científico o astrónomo, saltándose las instrucciones de sus superiores o el secretismo impuesto por las autoridades, haría público el descubrimiento en algún periódico o medio oficial. “Es la noticia más grande de la historia de la humanidad ¡No podemos ocultarla! ¡La población debe saberlo!” declararía. Se escribiría sobre reuniones secretas, viajes imprevistos de los grandes mandatarios que concluirían con la noticia de que no estamos solos en el Universo. A partir de ese momento los fanáticos de la ufología se encargarían de esparcir la psicosis y la paranoia. Millones de personas alrededor del mundo estarían predispuestas a ver ovnis, platillos y luces misteriosas por todas partes en medio de un clima de pánico. Los avistamientos se multiplicarían, así como las bromas y las manipulaciones.
El ufólogo mexicano Jaime Maussan gritaría a los cuatro vientos que él ya lo había advertido. Pedro Ferriz, si viviera, expresaría: Un mundo nos vigila ¿Ah verdad? Los mandatarios de Estados Unidos, China y Rusia nos venderían la sombra de la amenaza latente y la necesidad imperiosa de establecer un mando fuerte y centralizado a escala planetaria. Un gobierno global que supere las viejas e ineficientes diferencias del pasado, con el fin de preparar a la humanidad ante los nuevos retos que se ciernen sobre ella. Aparecería el nuevo paradigma social, económico y político. El viejo sueño de las élites: Un mundo feliz, 1984, Cuando el destino nos alcance, Natalidad prohibida, El precio del mañana, etc. Al final de este ejercicio de lucubraciones, suposiciones, hipótesis, se podría concluir que sí es posible este tipo de manipulación global. De suceder, ¿qué buscarían con esto? ¿Qué conseguirían? La respuesta a estas preguntas puede ser perturbadora. (Fotos de Internet)
Los marcianos llegaron ya
Y llegaron bailando ricacha
Ricacha ricacha ricacha
Así llaman en Marte al cha cha chá
