Toluca, México.- Al tomar protesta a ocho nuevas juezas y jueces de Primera Instancia y de Cuantía Menor, el Presidente del Tribunal Superior de Justicia y del Consejo de la Judicatura, Magistrado Baruch F. Delgado Carbajal, subrayó que el juez del siglo XXI requiere de una renovada y sólida vocación, alejada de formulismos y centrada más en el ejercicio virtuoso y honesto, así como en la tutela efectiva de los derechos humanos.
Acompañado por magistrados y consejeros de la Judicatura, dijo que el juzgador necesita retomar los principios y valores del derecho, que le impulsen a los valores más altos y sublimes de la virtud, para que imparta una mejor justicia acorde a los tiempos actuales.
“La práctica de una profesión tan noble como la abogacía, continuó, constituye un gran reto y una gran responsabilidad, por los valores humanos que tiene que proteger y defender. Sin embargo, el encargo del juez representa una responsabilidad y un reto mucho mayor en razón de que implica un refinado y cuidadoso proceder ético y de servicio”.
El Magistrado Delgado Carbajal consideró que hoy se requieren jueces de excelencia que, con el apoyo de la práctica de las virtudes judicativas, actúen con honestidad y valentía; además de valores éticos y morales, el juez debe ser honesto, objetivo, imparcial e independiente, a fin de consolidarse cómo un baluarte de la paz social.
También consideró que el juzgador del siglo XXI debe realizar un cambio de mentalidad para estar en sintonía con la nueva cultura jurídica y de los derechos humanos, contando para ello con un enfoque global en el que su actuar no se limite a aplicar los criterios jurisprudenciales vigentes, sino que también atienda a los criterios que más favorezcan a la persona o que le causen la menor limitación, lo que representa una nueva manera de pensar, de crear y recrear el derecho.
En este orden, la Consejera de la Judicatura, Teresita del Niño Jesús Palacios Iniestra, resaltó que las últimas transformaciones de nuestro sistema jurídico, ubican al juzgador ante nuevos retos, por lo que tienen la obligación de velar por el respeto de los derechos humanos de las partes, erigiéndose como mediadores y conciliadores en su caso para impartir justicia, todo ello enfocado al fin último y supremo que es la dignidad humana.
El encargo que como juzgadores confiere el Estado, debe ser ejercido para permitir no sólo la aplicación del derecho al caso en conflicto, sino para coadyuvar a restablecer las relaciones sociales, reiteró.
Al hacer uso de la palabra la Jueza Margarita Maya Salazar -a nombre de sus pares-, indicó que a los ahora jueces se les asignó la honrosa responsabilidad de administrar justicia en el ámbito de su competencia, aplicando ética y responsablemente los principios y postulados del derecho.