Por: Antonio Zacarías
waranqanakaw kut´anixa.
volveré y seré millones.
Tupac Katari.
En el marco de los preparativos rumbo a la conmemoración de los 500 años de la caída de la México-Tenochtitlán y por el bicentenario de la consumación de la independencia de nuestro país, López Obrador pidió al Papa Francisco que la Iglesia Católica, al igual que la monarquía española y el Estado Mexicano, ofrezcan disculpas a los pueblos originarios por las “oprobiosas atrocidades” que sufrieron durante la Conquista en 1521.
Conmemoraciones tan importantes han sido usadas por el presidente para -una vez más- echarle humo en los ojos a los mexicanos y así desviar la atención de la población de los grandes problemas nacionales.
Indiscutiblemente la conquista de México forma parte de la llamada acumulación originaria del capital, concepto acuñado por Marx que sirve para entender por qué la conquista y colonización del Anáhuac eran fenómenos inevitables, fenómenos que se habrían de caracterizar por la violencia de la que fueron objeto los indígenas vencidos y que queda inscrita en los anales de la historia con trazos indelebles de sangre y fuego.
Uno de los episodios más trágicos fue el sucedido durante la fiesta del Toxcatl. Durante la celebración, cuando la fiesta alcanzaba su mayor esplendor, Pedro de Alvarado dio la orden de que se llevara a cabo la matanza para luego despojar de sus joyas a los asistentes. El Códice Florentino da cuenta de este hecho: allí, en la entrada, los herían, los apuñalaban. Otros escalaban los muros; pero no pudieron salvarse. Otros se metieron en la casa común: allí sí se pusieron a salvo. Otros se entremetieron entre los muertos, se fingieron muertos para escapar. Aparentando ser muertos, se salvaron. Pero si entonces alguno se ponía en pie, lo veían y lo acuchillaban. La sangre de los guerreros cual si fuera agua corría: como agua que se ha encharcado y el hedor de la sangre se alzaba al aire y de las entrañas que parecían arrastrarse.
La matanza en el Templo Mayor es solo uno de los tantos agravios sufridos por los indígenas. Desafortunadamente, los abuelos no solo padecieron la muerte de los suyos, además vieron desaparecer su cultura y sus conocimientos, recogidos en los Códices. Ejemplo de ello es lo sucedido la noche del 12 de julio de 1562 cuando Fray Diego de Landa alimentaba una hoguera con objetos sagrados y sobre todo con los 40 códices en los que se explicaba toda la vida e historia de los mayas. Cuanta razón tiene Marx cuando afirma que: “el capital viene al mundo chorreando sangre y lodo por todos los poros, desde los pies hasta la cabeza”.
¿Una carta en la que se solicitan disculpas por estos y otros hechos que forman parte de la historia de la conquista será lo que necesitan los indígenas mexicanos para ser desagraviados? Evidentemente que no. Si el gobierno de López Obrador verdaderamente estuviera interesado en recompensar a los pueblos indígenas, los sacaría del olvido en el que se encuentran.
En materia de educación, el promedio de escolaridad de la población indígena fue de 5.7 años, muy por debajo del promedio nacional (9.5 años) y las políticas del gobierno de Morena en el ámbito educativo sumirán aún más en el rezago a los niños del medio rural e indígena, pues con la desaparición de las Escuelas de Tiempo Completo -7 de cada 10 escuelas atendian a dichos segmentos poblacionales- dejarán de ser atendidos los niños y niñas de esos medios que se encuentran en extrema pobreza. Por otro lado, con la desaparición del programa de Atención a la diversidad de la educación indígena, 4 millones de niños serán afectados, pues ya no habrá recursos para que los docentes se capaciten y elaboren estrategias de atención que eleven la calidad educativa.
Para las comunidades indígenas el ciclo escolar 2020-2021 ha sido sumamente complicado, pues no cuentan con electricidad, muchas no tienen televisión y mucho menos acceso a internet o a un dispositivo para conectarse a la red. De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad de Tecnologías de la Información en Hogares 2018, en el sector rural 19% de los hogares tuvieron conexión a internet; 19.3% de los hogares poseen computadora o tableta.
Y en materia de la enseñanza de la historia patria nada nuevo encontramos en la mal llamada Nueva Escuela Mexicana, desafortunadamente se sigue enseñando la historia -en particular la conquista desde la visión del vencedor–, nunca más la “noche triste” y sí la Noche de la victoria orquestada por el Tlatoani Cuitláhuac, que con valor condujo a sus guerreros.
Qué decir de los nulos apoyos al campo, o de la indiferencia del gobierno frente al robo y venta de piezas arqueológicas en el extranjero.
Hoy día, tampoco se hace nada para evitar que los indígenas sigan siendo víctimas de la violencia -veáse el reciente asesinato de tres mixtecos que fueron objeto de la violencia que reina en México y además víctimas de la indiferencia del gobierno de Oaxaca. Basta ya de asesinatos, exigimos justicia para los campesinos de Santo Domingo Yosoñama.
En síntesis, con el gobierno de López Obrador no hay una política que realmente beneficie a los indígenas y la carta del presidente es solo una ocurrencia más y nada más.