Chimalhuacán, México.- Ante el yugo opresor del capitalismo que empobrece y mata paulatinamente al pueblo trabajador, el pueblo organizado cuenta con una poderosa herramienta para liberarse y sacudirse de las cadenas que lo avasallan, y esta es la oratoria, utensilio que bien ejecutado sirve para unir y organizar al proletariado, señaló el activista social de Antorcha, Felipe Calderón Rueda, con el afán de impulsar la educación política de los activistas del movimiento que participaron en la III Jornada Nacional de Oratoria, que se llevó a cabo en Chimalhuacán, Estado de México y simultáneamente en todos los estados del país.
Con más de 400 participantes a nivel nacional, en Chimalhuacán en la categoría de activista Alma Alondra Veloz Romero y Mauricio Galván Gómez del noroeste mexiquense obtuvieron el segundo y tercer lugar con los temas la corrupción y el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF), respectivamente; disertaciones que explicaron que la corrupción y la mala aplicación del PEF son consecuencia de la inequitativa distribución de la riqueza social que impera en el sistema capitalista.
Y que en consecuencia el pueblo se debe de unir y organizar con el objetivo de luchar por la instauración de un nuevo sistema económico que reconozca el derecho de los trabajadores de contar con empleo, salarios bien remunerados, una política fiscal progresiva en la que los que ganan más paguen más impuestos y los que ganen poco paguen poco o incluso nada y en donde se reoriente el gasto social hacia las obras y servicios que requieren las comunidades populares para que sus habitantes disfruten de los servicios públicos, así como pavimentaciones y la infraestructura que les garantice salud, educación y recreación.
Así mismo felicitó a Rodrigo Verónica Francisco, quien participó en la categoría Juvenil; a José Juan Escamilla por concurrir en Libre Obrero Campesino; y a Denia Guadalupe Rodríguez Carrillo por tomar parte en Libre Estudiantil. Para ellos y los dos compañeros activistas, el líder social los conminó a seguir ejercitando la oratoria en su trabajo diario con el propósito de educar a la población, enseñarle sus derechos y hacerlos ambicionar un mundo nuevo, en el que todo mundo tenga comida, hogar, paz y sustento.