- Pese al incremento de la materia prima, artesanos de Tecomatlán se preparan para la venta más alta del año
Tenancingo, México. – A pocos días de la celebración de Día de Muertos y pese al aumento en costos de la materia prima y sus nuevos ajustes, artesanos de pan de San Miguel Tecomatlán se preparan con la producción de pan de muerto, celebración que consideran la más importante del año para la región por ser la más alta en cuanto ventas.
En el sur de la entidad mexiquense, ubicado en el municipio de Tenancingo de Degollado, se encuentra la localidad de San Miguel Tecomatlán, un pequeño pueblo de tres mil trescientos trece habitantes respecto a información obtenida del Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (INEGI), esta pequeña comunidad se destaca por la elaboración de su tan conocido pan artesanal que es sumamente exquisito y único en la región.
Este producto es totalmente nativo del poblado y hay gran variedad de pan de distintas formas, olores y sabores. Asimismo, los ingredientes con los que se elabora este producto son muy variados, pero la base para elaborar es la misma que la de cualquier otro pan, así como el proceso de cocción. Este pan es el producto de la combinación de harina, agua y levadura; amasado y horneado.
El tradicional pan se elabora diariamente, pero hay pan que solo se elaboraba para los pobladores locales y en días festivos; son panes exquisitos que se pueden disfrutar en esas fechas, además del que se prepara diariamente para su venta y distribución. Actualmente, el pan de Tecomatlán puede encontrarse en diversos mercados de diferentes localidades y municipios aledaños.
Las recetas se han transmitido de generación en generación entre las familias del pueblo y los hornos de piedra o de ladrillo son característicos para realizar este horneado.
Los panes más tradicionales son: los “de fiesta”, naturales, de chocolate, de crema, de queso, “cocoles”, “cerditos de piloncillo”, al igual que los de figura, que son los más vendidos durante la celebración de Día de Muertos y que se comienzan a elaborar y distribuir desde el 27 de octubre hasta el 02 de noviembre en San Pablo Autopan, San Andrés Cuexcontitlán, Toluca, Temoaya, la Central de Abasto, entre otros lugares de la entidad mexiquense.
Debido a su gran relevancia, el pan de esta bella localidad se convierte en un importante ingreso económico para los artesanos panaderos de San Miguel, además de ser una actividad artesanal reconocida a nivel estatal. Sin embargo, en los últimos años el ochenta por ciento de las familias dedicadas a este bello oficio ha padecido diferentes factores que han afectado a sus ventas y economía tales como: la pandemia del Covid-19, la desaparición de programas sociales por parte del actual gobierno federal y, sobre todo, el incremento descontrolado en los costos de las materias primas básicas de la industria panadera.
De acuerdo con los artesanos, el incremento es de un 60 por ciento, lo que ha obligado a algunos artesanos a incrementar los precios según sus necesidades. Ante los nuevos ajustes que se dan y que no tienen un alto se tienen que ajustar a los precios y salir a vender su pan.
“La ventas bajaron un 50 por ciento cuando llegó el Covid-19 a México; ahora, bajó más la producción con el incremento de las materias primas. Esta situación afecta nuestros ingresos y el de nuestros trabajadores que dependen de nosotros, pues el bulto de harina hace dos o tres años costaba unos 450 pesos, ahora nos cuesta el doble; el azúcar, la mantequilla, etc. todo está por las nubes” recalcó José Luis García Cruz, artesano de pan de Tecomatlán.
“Muchos de los que nos dedicamos a hacer pan tratamos de mantener nuestros precios, pero ya casi no es posible hacerlo; es decir, si un pan antes costaba cuatro pesos, ahora costará nueve pesos, algo razonable para no afectar la economía de las personas”, apuntó.
García Cruz, también recordó que hace varios años eran beneficiados con subsidios y créditos sobre la harina y maquinaria, apoyos que eran otorgados por parte del gobierno federal mediante la dependencia de SEDAGRO. En la actualidad, dijo, han buscado subsidios u este tipo de programas, pero ya no existen.
Por lo pronto los artesanos de Tecomatlán se mantienen en la lucha para sobrevivir y esperan buenas ventas durante la temporada de los fieles difuntos. Ante esta situación exhortan al gobierno para que mantengan los precios de la materia prima y otros productos básicos, ya que en muchos casos la economía familiar depende de la venta de sus artesanías.