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Rebeldía contra la ignorancia y la discriminación y buscar la libertad

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Laura Castillo García

Vocera del Movimiento Antorchista en el Estado de México

Estudiar, en los tiempos que corren, donde los salarios no alcanzan para satisfacer todas las necesidades y urgencias que enfrenta una familia de trabajadores, se ha convertido en una actividad de lujo, casi igual que lo era durante el esclavismo y el feudalismo: los esclavos y siervos no tenían derecho a aprender a leer y escribir porque estas actividades eran exclusivas de los poderosos, esclavistas y nobles.

En una época en la que es tan difícil adquirir conocimientos profundos para desarrollar la creatividad, dado que el sistema económico dominante y sus gobernantes han rebajado el conocimiento a lo más elemental, estudiar se ha convertido en un auténtico acto de rebeldía. Conocer profundamente la naturaleza no sólo facilita extraer de ella las materias primas necesarias para la supervivencia del ser humano, sino que también desarrolla el pensamiento, haciendo más difícil manipular a alguien con la demagogia corriente en nuestros días. Por el contrario, mucha gente que no tiene herramientas intelectuales en su haber es presa fácil de la manipulación y la discriminación, además de quedar ignorante.

El estudio científico y el dominio de la naturaleza mediante la tecnología han llevado a la humanidad a producir cada día más bienes que podrían satisfacer las necesidades de toda la humanidad. Sin embargo, esto no ocurre porque los dueños de los medios de producción se quedan con todo lo producido para, una vez vendido, hacerse más millonarios de lo que ya son, mientras que la mayoría de la humanidad sufre hambre y carencias de todo tipo, incluida la falta de conocimientos y cultura en general.

Lamentablemente, la ciencia y la tecnología que ayudan al dominio de la naturaleza y a la optimización del trabajo humano –que es la única fuente de riqueza y no las máquinas y la tecnología, como mucha gente cree– no se han desarrollado en nuestro país a pesar de la brillante inteligencia de los mexicanos, pues la mala calidad de la educación impide que se desarrollen y aprovechen estos talentos, como sí lo ha hecho el vecino país del norte y otros más.

¿Por qué la educación mexicana no desarrolla talentos científicos o lo ha hecho en tan pocas ocasiones que son un confeti en el mar del conocimiento? Porque nuestro país, lo único que necesita y ofrece a los mexicanos es una educación mínima, que sirve para que la gente se emplee en las empresas e industrias extranjeras o en las mexicanas que operan con tecnología también extranjera. Por eso México no necesita desarrollar ciencia, tecnología ni tener grandes conocimientos científicos; todo eso lo copia de otros países, ya que solo necesita gente que aprenda a operar las máquinas traídas de otros lugares.

No obstante, la inteligencia y el talento de los mexicanos son grandes y, con una educación verdaderamente científica e integral, el país podría catapultarse y colocarse a la altura de los más grandes desarrolladores de ciencia y tecnología, lo que redundaría en mejores ingresos para todos.

Dicen que en sus oraciones, miles de mexicanos piden que “Dios perdone a López Obrador y a su 4T” por el demagógico discurso que manejan acerca de que están comprometidos con la educación, cuando en realidad sus acciones están haciendo que la educación retroceda y sea peor de lo que era anteriormente. Datos: de cada 100 estudiantes que cursan la escuela primaria, sólo 28 culminan una carrera universitaria; los 72 restantes no siguen sus estudios por: falta de dinero de sus padres, porque son huérfanos o porque prefirieron seguir una carrera técnica para incorporarse al mercado laboral y colaborar con la economía familiar.

Asimismo, miles de los que concluyeron la escuela preparatoria ya no continuarán con sus estudios porque, dicen los estudiosos especializados, la escuela se les hace “aburrida” y prefieren buscar nuevas emociones en la consecución de dinero fácil o emplearse en cualquier cosa. Lejos, pues, está la ilusión de López Obrador y su 4T de frenar la deserción escolar con las becas que otorgan: ese dinero no alcanza para cubrir sus gastos.

Ante la situación de retroceso de la educación mexicana, es un verdadero acto de rebeldía de parte de: padres de familia, maestros, niños y jóvenes           que se aferran a estudiar, a prepararse para afrontar la vida con el mayor número de conocimientos, cultura y deporte que puedan adquirir durante sus años escolares. Con ello, no solo derrotan a la ignorancia, sino también a la discriminación y se preparan para ser libres.

Estudiar, pues, es un auténtico acto de rebeldía que busca la libertad intelectual y material, llevando a los jóvenes, como decían nuestros padres y abuelos, por el camino de la independencia económica para no ser sujetos de opresión por parte de ningún particular, pareja, patrones, jefes, y menos de políticos que pretenden manipularlos con sus demagógicos discursos. Con educación y cultura se van construyendo un criterio propio y se  blindan ante cualquier ataque intelectual.

Mientras el presidente de México y su secretaría de Educación se aplican a fondo para hacer que niños y adolescentes adquieran los menos conocimientos posibles con su “Nueva Escuela Mexicana”, los centros escolares que en 50 años ha fundado el Movimiento Antorchista Nacional, diariamente se rebelan contra la ignorancia, la discriminación y siguen fomentando en niños y jóvenes la curiosidad y sembrando el amor por el conocimiento, el deporte y las artes.

Para muestra, dos brillantes botones que encontré en el municipio de Chimalhuacán: 1) Durante el año escolar 2023-2024, los alumnos de la secundaria Sor Juana Inés de la Cruz, de la que egresaron 134, pusieron en alto el nombre de su institución al destacar en concursos de zona organizados por la supervisión escolar S103 del Estado de México, estatales, nacionales. Por su arduo trabajo, consiguieron primeros y segundos lugares en escolta, oratoria, tabla rítmica, poesía individual, pintura, teatro, mejores actores, deletreo en inglés, villancicos, pastorelas y piñatas, además de adquirir los conocimientos propios de su nivel.

2) De la Escuela Preparatoria Ignacio Manuel Altamirano, (prepa IMA) también de Chimalhuacán, egresaron 267 jóvenes; pero, al igual que ocurre en el país, sólo el 51 por ciento del total seguirán estudiando; el 11 por ciento se verán obligados a emplearse para apoyar a los gastos de su hogar, pero muchos de ellos van preparados para enfrentar la vida con mejores herramientas porque: 114 jóvenes egresaron como técnicos en Bellas Artes: 30 en pintura, 50 en danza y 34 en música. Las actividades extracurriculares les proporcionan gozo a los jóvenes que muchas veces sufren carencias y viven en familias disfuncionales, y su satisfacción es tanta que, gracias al trabajo y esfuerzo desplegado a lo largo del año, consiguieron muchos primeros y segundos lugares en concursos locales, regionales y nacionales como: baile, oratoria, teatro, pintura, coros, rondallas, pastorelas, poesía individual y coral. Con todo ese bagaje artístico, los jóvenes llevaron arte a colonias, pueblos y otras entidades federativas. Asimismo, los jóvenes de la Prepa IMA destacaron en bandas de guerra, torneos de ajedrez y voleibol.

Formar al hombre nuevo no solo dándole conocimientos científicos, sino también fomentando en el arte, la cultura en general y el deporte, es rebelarse en contra de la ignorancia y la discriminación y ayuda a los jóvenes a construir su libertad intelectual para  no ser presas de mentirosos y demagogos.