- La cuarentena no es igual para quienes viven al día, en México el que no sale a trabajar se muere de hambre, te tienes que aclimatar a lo que caiga y a lo que se venda.
Por: Jorge Morales Cruz
En México, de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) al cierre de 2019, todas las modalidades de empleo informal sumaron 31.3 millones de personas -un aumento de 2% respecto al mismo lapso de 2018- lo cual es equivalente al 56.2% de la población ocupada.
El año pasado 15.3 millones de mexicanos se ocuparon en el sector informal, lo que significó un alza de 2.8% a tasa anual y constituyó 27.4% de la población ocupada. Es decir, el comercio informal se ha vuelto una de las formas de subsistencia para mexicanos que, cansados de esperar un empleo por parte de las autoridades municipales, estatales y federales, deciden emprender el camino de la ‘vendimia’.
Lino Dávila es uno de los muchos comerciantes ‘ubicados’ en los alrededores del centro de la ciudad de Toluca. Me contó que hace más de veinte años tomó la decisión de salir a las calles a conseguir dinero porque, ni entonces ni ahora, un empleo formal no le da lo suficiente para sobrevivir.
Ser comerciante es difícil, desgastante, sufrido, estresante y hasta aburrido, hay que acostumbrarse a todos los climas en un solo día, me dice Angélica Gasca. “Y ahora con estas nuevas enfermedades hay que estar a las vivas para enfrentar los virus que afectan a la población y a nuestro empleo”.
Las nuevas medidas implementadas por el gobierno federal, y respaldadas por los gobiernos locales, sobre el Covid-19, están obligando a abandonar las calles a los comerciantes; se retiren a sus hogares para evitar la propagación del virus, pero esas medidas no contemplan ninguna clase de apoyo para los vendedores que viven al día. “La cuarentena no es igual para quienes vivimos al día; en México el que no sale a trabajar se muere de hambre. Te tienes que aclimatar a lo que caiga y a lo que se venda”.
En Toluca, los vendedores ambulantes no solo tienen que adaptarse a los diferentes climas en un solo día y protegerse del coronavirus, también tienen que sufrir a su presidente municipal, de filiación morenista, Juan Rodolfo Sánchez Gómez, quien un día sí y otro también los persigue, les decomisa sus mercancías y los golpea. No obstante, los ambulantes no tienen otra alternativa que salir a las calles en busca de ganarse la vida, por eso dicen:“permaneceremos hasta que nos permita el Creador, porque si de por sí no hemos podido vender bien porque debemos cuidarnos del alcalde, ahora con esta contingencia menos».
La capital mexiquense se ha convertido en una de las zonas industriales más estables del Estado de México; sin embargo, el 45.5 por ciento del total sufren alguna carencia, es decir, 413 mil 281 personas sufren de alguna carencia, ya sea de vivienda, de servicios o de comida.
De acuerdo con estadísticas del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), entre los municipios mexiquense con mayor cantidad de pobres en el país, Toluca ocupa el octavo lugar, con 413 mil 281 casos, que representa el 45.5% de su población.
Las zonas más marginadas de la capital mexiquense son: San Pablo Autopan, San Diego Linares, San Cristóbal Huichochitlán, Tlacotepec, San Andrés Cuexcontitlán; demarcaciones especialmente habitadas por indígenas, quienes se dedican a la agricultura, a la construcción o al empleo doméstico.
Los toluqueños todos los días conviven con el rezago educativo, la falta de acceso a los servicios de salud o a la seguridad social, mucho menos cuentan con vivienda propia o digna y muchos padecen la carencia de alimentos.
Y si la cuarentena es difícil para toda esa gente, mucho más lo es para los vendedores ambulantes, quienes viven al día. Por eso, entrar en cuarentena y que cierren los comercios es algo que perjudica a muchos porque los gastos no paran: agua, colegiatura, gente que pide prestado a un banco pero no le van a perdonar los intereses nada más porque hay coronavirus.
Así, mientras unos guardan la cuarentena en sus hogares, los pobres salen en busca del pan para llevar a sus familias, porque ser comerciante en México es trabajar de sol a sol, con o sin lluvia, con pandemia o sin ella.