Toluca, México.- “La cuarentena no se vive igual para quienes viven al día, en México el que no sale a trabajar se muere de hambre. Te tienes que aclimatar a lo que caiga y a lo que se venda”, dijo Lino Dávila, comerciantes de Toluca.
Y es que en México, de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), al cierre de 2019 todas las modalidades de empleo informal sumaron 31.3 millones de personas -un aumento de 2% respecto al mismo lapso de 2018-, equivalente al 56.2% de la población ocupada. El año pasado 15.3 millones de mexicanos se ocuparon en el sector informal, lo que significó un alza de 2.8% a tasa anual y constituyó 27.4% de la población ocupada. El comercio informal se ha vuelto una de las formas de subsistencia para mexicanos que cansados de esperar un empleo por parte de las autoridades municipales, estatales y nacionales deciden emprender el camino de la ‘vendimia’.
Lino Dávila, se ubica con su puesto en los alrededores del centro de la ciudad de Toluca. Desde hace más de veinte años él tomó la decisión de salir a las calles a conseguir dinero porque en ese entonces ni ahora ha habido lo suficiente para la escuela.
Ser comerciante es difícil, desgastante, sufrido, estresante, y hasta aburrido. Hay que acostumbrarse a todos los climas en un solo día. “Y ahora, con estas nuevas enfermedades hay que estar a las vivas para enfrentar los virus que afectan nuestro empleo”, señala Angélica Gasca, comerciante de la capital mexiquense.
Las nuevas medidas implementadas por el gobierno federal y respaldadas por los gobiernos locales están obligando a que los comerciantes abandonen las calles, se retiren a sus hogares para evitar la propagación del COVID- 19, mejor conocido como coronavirus. Sin embargo, estas medidas no contemplan ninguna clase de apoyo para los vendedores que viven al día. “La cuarentena no se vive igual para quienes viven al día, en México, el que no sale a trabajar se muere de hambre. Te tienes que aclimatar a lo que caiga y a lo que se venda”.
Los vendedores señalan que la falta de atención del presidente municipal de Toluca, Juan Rodolfo Sánchez Gómez, ha dificultado aún más su trabajo, debido a los constantes decomisos que han sufrido desde que inició la administración morenista.
Cabe señalar que la capital mexiquense se ha convertido en una de las zonas industriales más estables del Estado de México, pese a ello, el 45.5 por ciento del total sufren alguna carencia, es decir, 413 mil 281 personas.
De acuerdo con estadísticas del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), entre los municipios mexiquense con mayor cantidad de pobres en el país, Toluca ocupa el octavo lugar, con 413 mil 281 casos, que representa el 45.5% de su población.
Las zonas más marginadas de la capital mexiquense son: San Pablo Autopan, San Diego Linares, San Cristóbal Huichochitlán, Tlacotepec, San Andrés Cuexcontitlán; demarcaciones especialmente habitadas por indígenas, quienes se dedican a la agricultura, a la construcción o al empleo doméstico.
Los toluqueños todos los días conviven con el rezago educativo, la falta de acceso a los servicios de salud o a la seguridad social, a la vivienda propia o digna y muchos padecen la carencia de alimentos.
Una cuarentena es difícil de afrontar para la gente informal porque muchos viven al día. “hay gente que te compra bien, pero hay gente que de plano no, entrar en cuarentena, y que cierren los comercios, no nos conviene. Los gastos no paran: agua, colegiatura, gente que pide prestado a un banco, no porque haya coronavirus le van a perdonar los intereses, ese sigue porque te prestaron. La situación está bien dura”.
El coronavirus ha mermado las estimaciones de crecimiento de la economía mundial, incluyendo la de México; se prevé que caerá hasta en 4.5 por ciento en 2020. Mientras unos guardan la cuarentena en sus hogares, los pobres salen en busca del pan para llevar a sus familias, porque ser comerciante en México es trabajar de sol o sol, con o sin lluvia, con pandemia o sin ella.