Telésforo García Carreón
El 24 de junio (el mero día de San Juan), la alcaldesa de Chimalhuacán lanzó un comunicado a los medios donde afirma que: “esta abierta al diálogo y escuchar todas las voces, cumplir en tiempo y forma los servicios que la población requiere, sin distinción del color, ideología o religión, pero sin tratos privilegiados ni especiales”.
El comunicado es sorpresivo, falso y fuera de tiempo porque se pública a seis meses de haber iniciado la administración (un poquito tarde ¿no les parece?) y también es falso porque si de veras hubiera una política de puertas abiertas, sin distinción de ningún tipo, los vecinos de Chimalhuacán lo sabrían y reconocerían. Pero de ninguna manera esto es cierto, pues, sí fuera tan incluyente no habría despedido del Ayuntamiento a cerca de dos mil trabajadores de distintas áreas.
Tampoco es cierto que la alcaldesa atienda a la ciudadanía y que lo haga sin distinción; al contrario: a taxistas, mototaxistas, locatarios de mercados, tianguistas, recolectores de basura, pequeños comerciantes, vendedores en la vía pública –que en Chimalhuacán hay muchos–, se les amenaza, intimida y condiciona la atención a las necesidades que le plantean al Ayuntamiento: la condición es que pasen a ser simpatizantes de MORENA. Y no es mentira, eso lo saben miles de chimalhuacanos porque lo han vivido en carne propia.
Así es que, no es cierto que Xóchitl Flores practique una política de puertas abiertas; más bien es una política de grupo, facciosa, la cual agrava la situación de la gente porque ha aumentado excesivamente los cobros por derechos y servicios; por ejemplo, a los talleres mecánicos les cobran 14,000 peos por cada cajón de estacionamiento que ocupen y de ahí para adelante.
Su codicia de dinero ha llegado hasta a las fiestas patronales de los pueblos, desde la colonia Guadalupe hasta San Agustín: todas las mayordomías se acercaron a pedir apoyo para sus fiestas creyendo que se los darían como lo hacían los alcaldes anteriores, pero la respuesta fue un determinante NO.
Lo peor de todo es que no sólo no les dieron apoyo para la fiesta, sino que a las mayordomías les exigieron un alto porcentaje de todos los ingresos que obtuvieran de los puestos instalados en vía pública, de los juegos mecánicos y de los bailes patronales y, el colmo, les dijeron que ¡los usos y costumbres ya no se respetarían! ¿Es esa una política de puertas abiertas?
En otro apartado del comunicado oficial, la alcaldesa dice que: “Las instituciones educativas privadas cuentan con recursos propios para cubrir los costos de los servicios que requieran. No puede haber particulares que se beneficien con los recursos públicos, por ningún motivo se permitirá esa práctica”.
Aunque el comunicado no dice a quién va dirigido ese párrafo, sabemos que se refiere al Movimiento Antorchista, pero queremos aclarar que el antorchismo no crea escuelas con el afán de lucrar, sino para contribuir con la educación de los chimalhuacanos y de los mexicanos más desamparados y que si esas escuelas tienen carácter de particular es sólo porque el gobierno, estatal o federal, no les ha reconocido el estatus de oficiales; pero solo son dos o tres. A ello, respondemos, señora presidenta, no se preocupe que no le vamos a solicitar nada; de ninguna manera le vamos a pedir que desvíe recursos públicos para fines privados o de lucro. No seremos nosotros los que manchemos su inmaculada e incorruptible administración.
Hay más de cien escuelas públicas de distintos niveles que el gobierno municipal tiene obligación de apoyar, pero se niega a hacerlo. Dichas instituciones tienen problemas graves de: inseguridad, agua potable y recolección de basura; el ayuntamiento morenista lo sabe, pero se niega a dar seguridad a las chicas y chicos que asisten a la Universidad Politécnica de Chimalhuacán y también a los miles de niños y jóvenes que asisten a escuelas públicas. Es más, ni siquiera está dispuesto a mandarles pipas de agua y recolectar la basura que genera graves focos de infección.
A seis meses de que Xóchitl Flores Jiménez asumiera el gobierno municipal, los chimalhuacanos ya están evaluando el desempeño de las autoridades municipales morenistas, no por lo que les diga el Movimiento Antorchista, sino por lo que ven en sus colonias, en las escuelas de sus hijos y en todas las instituciones oficiales, administrativas y de salud, donde ven que no hay atención, pero sí maltrato hacia la gente.
Ante la falta de obras, el no brindar servicios urbanos a los chimalhuacanos y el maltrato de que son víctimas, los Antorchistas no solo seguiremos informando de los hechos que nos parezcan injustos o ilegales, sino que los denunciaremos y lucharemos para que la presidenta municipal, y su Ayuntamiento morenista, escuche a la ciudadanía y resuelva las necesidades de la gente.
La opinión pública está en libertad para juzgar los hechos y actuar en consecuencia.