César Adrián Rodríguez Mosco
Estamos por entrar en el ultimo trimestre el año 2024 y no vemos para cuándo inicien las
obras que tanto prometieron los presidentes municipales de todos colores que cumplen
su último año al frente del poder. Diariamente escucho las quejas de la ciudadanía, en
todo el oriente mexiquense, por ejemplo, las vialidades están totalmente deterioradas, lo
que ha provocado un malestar generalizado entre la población; por eso, muchos se
preguntan: ¿y las obras para cuándo?
En redes sociales, cuando cuestionamos el trabajo hecho por los alcaldes, hay los
que salen en su defensa para argumentar que apenas llevan tres años o que tenemos
mala fe hacia Morena; sin embargo, podemos poner de relieve que la inversión pública se
redujo a un 12.1 por ciento del gasto destinado a bienes y servicios, de acuerdo con datos
del Instituto Mexicano para la Competitividad A.C., lo que significa que la obra social no es
el mayor objetivo para la administración federal y perjudica a los estados y municipios.
Si ponemos el presupuesto del gobierno federal como si fuera un pastel, más del
80 por ciento está destinado a los apoyos monetarios y las obras faraónicas del fallido
sexenio de López Obrador, y el 20 por ciento al funcionamiento de la administración
publica y a los estados y municipios, lo que se traduce en una mínima ejecución de
mantenimiento a la infraestructura ya existente y de nueva creación.
Están los ejemplos más relevantes a la vista: el municipio de Chimalhuacán que
salió del atraso social en 21 años que gobernó Antorcha, hoy todas las obras realizadas de
ese periodo se están cayendo por falta de mantenimiento por parte del gobierno de la
morenista Xóchitl Flores Jiménez, que para pena de todos y sus propios funcionarios,
repetirá en la administración municipal. Ahora, en Chimalhuacán hay poca obra y,
además, ya está dañada porque el gobierno morenista la hizo con materiales de bajísima
calidad, reflejando la corrupción que está detrás de ellas. Dicen que no hay dinero para
darle servicios básicos al Ejido de Santa María, pero sí para hacer la feria de la piedra, la
cual cada vez se privatiza más y se está convirtiendo en un negocio redondo para los
morenistas.
Otro caso similar es el del municipio de Chicoloapan, el cual tiene graves
deficiencias de servicios públicos en todas y cada una de las colonias. No es porque las
obras hayan sido creadas recientemente ni tampoco porque sean muy antiguas, sino que
es una política general de Morena acerca de no hacer obra pública para el pueblo.
Dicen que no hay dinero para dotar de agua potable a los vecinos, que no hay
recursos para reconstruir la red de drenaje profundo del centro del municipio que siempre
se encharca en tiempos de lluvias, pero en Chicoloapan sí hay mucho dinero para traer
grupos musicales el día del grito de Independencia. Como dicen, pan y circo al pueblo para
que no molesten.
Podría seguir con más ejemplos pero me parece que estos que dejo son suficientes
para darnos cuenta que la política de Morena es como una liga que se está estirando cada
vez más y más, y que llegará el momento en el que reventará porque las arcas de
cualquier estado del mundo no están para regalar dinero nada más sin que se produzca
nada.
La economía capitalista funciona diferente, las fuerzas productivas tienen que
desarrollarse a la par de las relaciones sociales, y en México en algún momento va a
estallar una crisis financiera y social que será fatal y que ni el dinero ni nada va a impedir
que el pueblo pida a gritos un verdadero cambio.