Por: Dr. Oscar T. Moreno Loza*
Este año, el Día Mundial de la Salud se centró en una de las enfermedades que más vidas está cobrando en el mundo, la diabetes. El objetivo de este 7 de abril es intensificar la prevención, mejorar la atención y reforzar la vigilancia, pues tan solo en 2012 esta enfermedad fue la causa directa de alrededor de 1,5 millones de defunciones, de las que más del 80% se produjeron en países de ingresos bajos y medianos. Según las previsiones de la OMS, la diabetes pudiera ser la séptima causa de muerte para el año 2030.
La causa más frecuente de muerte entre las personas con diabetes son las enfermedades cardiovasculares, ya que los niveles elevados de glucosa (azúcar) en sangre que caracterizan a esta enfermedad afectan al corazón y a los vasos sanguíneos, causando complicaciones potencialmente fatales como la enfermedad arterial coronaria y arterial cerebral que llevan al infarto y al accidente cerebrovascular (ACV) respectivamente. De acuerdo con un estudio multinacional, un 50% de los pacientes que viven con diabetes muere por enfermedad cardiovascular (principalmente cardiopatía y ACV).
La diabetes se ha convertido en una pandemia, estrechamente ligada con la industrialización, que a su vez ha dado pie al incremento de sobrepeso, obesidad y sedentarismo. Esta enfermedad sigue aumentando rápidamente en muchos países, y de manera extraordinaria en los países de ingresos bajos y medianos. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Federación Internacional de Diabetes (FID) en el mundo existen de 347 a 415 millones de personas con diabetes, y específicamente en nuestro país (de acuerdo a lo publicado por la FID) se estima que hasta el 11.9% de la población está afectada, colocándolo en 6º lugar a nivel mundial; se prevé que para el año 2040 podría incrementarse la cifra global hasta 640 millones afectados por esta enfermedad.
La diabetes es una enfermedad crónica-degenerativa, ocasionada por la incapacidad del páncreas para producir insulina en cantidades suficientes, o bien, por utilización ineficaz de la misma en el organismo.
Muchos de los alimentos que el ser humano consume se convierten en glucosa, a su vez, esta se transforma en moneda de energía para llevar a cabo nuestras actividades cotidianas. La hormona llamada insulina, producida por el páncreas, ayuda a la glucosa a llegar a la mayoría de las células del cuerpo. Si el cuerpo humano no produce suficiente insulina o si ésta no funciona como debe (propiciado la mayoría de las veces por la obesidad), la glucosa no puede llegar a las células y se acumula en la sangre, aumentando en ésta las cifras de glucosa, trayendo consigo daño en diversos tejidos y/u órganos.
Cuando el cuerpo no puede producir suficiente insulina se da un fenómeno conocido como hiperglucemia que puede poner en peligro a diversos órganos y sistemas de manera silenciosa y progresiva, y a la postre manifestarse como infartos cardíacos, accidentes cerebrovasculares, neuropatía, insuficiencia renal, alteraciones visuales, disfunción sexual, alteraciones en la cicatrización y predisposición a infecciones.
Es medular adoptar estilos de vida saludables, diagnosticar la enfermedad en etapas tempranas y con esto, iniciar tratamiento oportunamente para prevenir ó evitar complicaciones que afectan la esperanza y calidad de vida.
De acuerdo a la clasificación de la Asociación Americana de Diabetes existen 4 tipos de diabetes:
- Diabetes mellitus tipo 1 (anteriormente conocida como insulinodependiente ó juvenil) se caracteriza por una pérdida profunda de insulina y requiere de la administración diaria de esta hormona para sobrevivir. Se origina por ataque del propio organismo al páncreas, abatiendo la reserva de esta hormona.
- Diabetes mellitus tipo 2, se debe a una utilización ineficaz de la insulina, secundario a “resistencia a la insulina”. Este tipo representa cerca del 90% de los casos a nivel mundial en la actualidad. En épocas pretéritas, este tipo de diabetes solo se observaba en adultos, pero actualmente se ha incrementado su presencia en niños y adolescentes secundario (en gran parte) a los estilos de vida imperantes.
- Diabetes gestacional, este inciso se refiere a mujeres previamente sanas que desarrollan alteraciones en el metabolismo de la glucosa durante el embarazo, secundario a hormonas que produce la placenta, comúnmente esta desaparece al finalizar el embarazo, pero en caso de no diagnosticarse y/o llegar a metas de control puede traer consigo complicaciones para la Madre y/o el Recién Nacido.
- Tipos específicos de diabetes. En este apartado se incluyen los casos ocasionados por problemas genéticos específicos, enfermedades pancreáticas, medicamentos y otras enfermedades sistémicas que por su naturaleza, afectan el metabolismo de la glucosa.
La diabetes se puede tratar y controlar para prevenir complicaciones. Algunas medidas simples relacionadas con el modo de vida se han revelado eficaces para prevenir o retrasar la aparición de la diabetes de tipo 2. El mantenimiento del peso normal, la realización de actividad física regular y una alimentación balanceada pueden reducir el riesgo de diabetes.
El tratamiento de la Diabetes básicamente se centra en dos pilares: cambios en el estilo de vida (que involucra alimentación y ejercicio) y medicaciones específicas y validadas, pudiendo ser orales o inyectables.
Uno de los mayores problemas que existen actualmente es la falta de adherencia al tratamiento. A pesar de las opciones de terapia extensas disponibles para diversas etapas de la diabetes tipo 2, los estudios han indicado que menos del 50% de los pacientes logran los objetivos glucémicos recomendados por la American Diabetes Association (ADA, por sus siglas en inglés) y a su vez afectando su expectativa de vida.
Aunque las razones de la no adherencia al tratamiento son multifactoriales, se sabe que éstas incluyen: La edad, falta de acceso a información veraz, la percepción y la duración de la enfermedad, complejidad del esquema terapéutico, polifarmacia, factores psicológicos, tolerancia a los fármacos y costos.
No se debe olvidar que acudir de manera regular con un médico capacitado en el manejo de la enfermedad es vital, ya que este podrá llevar la batuta del tratamiento y prevención de complicaciones de forma individual. (Imágenes de la Internet).
*Médico egresado de la UNAM, especialista en endocrinología (UNAM, Hospital General de México). Actualmente, es miembro de la Sociedad Mexicana de Nutrición y Endocrinología (SMNE), de la “American Association of Clinical Endocrinologists” y la “Endocrine Society”. Labora en el Hospital General de México y Hospital Ángeles Lindavista. Ha fungido como conferenciante desde 2012 en el área de diabetes mellitus en diversos foros nacionales. Ha fungido como docente de pregrado con la U.N.AM. y Universidad Anáhuac Norte. Cuenta con publicaciones en internet, libros de texto y artículos en revistas médicas nacionales y extranjeras.
Referencias:
- Organización Mundial de la Salud. Día Mundial de la Salud:2016. Ginebra: Organización Mundial de la Salud; 2016. Disponible en: http://www.who.int/campaigns/world-health-day/2016/event/es/ Consultado 16 de marzo de 2016.
- International Diabetes Federation. North America and Caribbean. Bruselas: International Diabetes Federation; 2016. Disponible en: http://www.diabetesatlas.org/resources/2015-atlas.html. Consultado 16 de marzo de 2016.
American Diabetes Association. Standars of care 2016. Bruselas: International Diabetes Federation. Disponible en: http://care.diabetesjournals.org/site/misc/2016-Standards-of-Care.pdf