Laura Castillo García
Vocera del Movimiento Antorchista en el Estado de México
Aparentemente, el sentimiento de hartazgo hacia los partidos políticos tradicionales que en el año 2000 llevó al PAN a la presidencia de México, con Vicente Fox a la cabeza; y en 2018 a Morena con Andrés Manuel López Obrador –sentimiento que desde hace 23 años promueve el ala de la burguesía menos favorecida hasta antes del año 2000–,prevaleció en la jornada electoral que se llevó a cabo, el pasado 4 de junio, en el Estado de México, día en que se eligió a la primera gobernadora de la entidad; puesto que se adjudicó la candidata de la coalición “Juntos haremos historia”, Delfina Gómez Álvarez. Pero no es fue así, por lo menos ese sentimiento no inclinó la balanza a favor de Delfina, más bien se trató de una elección de Estado en tanto que López Obrador y su 4ªT metieron las manos hasta el codo para que Morena se hiciera con la gubernatura mexiquense.
Muchos analistas políticos dudan que los mexiquenses que favorecieron a Delfina lo hayan hecho por la simpatía que sienten por ella, quien no tiene una imagen de mujer inteligente y audaz para dirigir los destinos de los mexiquenses, más bien sus asesores-dirigentes (Higinio y Horacio) trabajan en su contra al no dejarla hablar y hacer evidente que ella no toma las decisiones. Pero eso no importa, al fin y al cabo, ya es gobernadora electa y de aquí en adelante harán como en Chimalhuacán con la presidenta municipal constitucional, Xóchitl Flores Jiménez: pronto se convertirá en florero porque las decisiones gubernamentales las tomarán el cacique de Texcoco, Higinio Martínez, y su comparsa, Horacio Duarte.
Más bien, muchos analistas sostienen que los programas sociales federales del gobierno de López Obrador jugaron un papel determinante toda vez que 6 de cada 10 personas inscritas en algún padrón clientelar de López Obrador, son del Estado de México. El 14 de marzo de 2022 Milenio Diario publicó que: ”De acuerdo con los padrones de beneficiarios que cada entidad da a conocer en la Plataforma Nacional de Transparencia, el Estado de México supera con 55 por ciento las entregas hechas por la federación y 85 veces lo efectuado por la segunda entidad con más actividad: Hidalgo. En el Estado de México se encuentran dadas de alta 582 mil 455 personas, lo cual la ubica como la entidad con más personas beneficiarias de los programas sociales.” Esto, sin contar con el descarado turismo electoral y las carretonadas de dinero que repartieron el día de la elección y la semana previa.
Pero no solo son 582 mil 455 personas beneficiadas: ese dato solo da el número de personas inscritas en el padrón, pero esas pensiones o becas también benefician a por lo menos una persona más si tomamos en cuenta que eso aligera la carga económica del cuidador de un adulto mayor o discapacitado, lo que en términos de votos equivale por lo menos a 1 millón 164 mil 910 personas que votaron por Delfina con tal de no perder pequeña la cantidad de dinero que el gobierno federal les da cada dos meses gracias a los impuestos que pagamos todos los mexicanos.
Eso lo comprueba la encuesta de salida realizada por el periódico El Financiero, publicada el martes 6 de junio, la cual arrojó que el 38 por ciento de quienes acudieron a votar reciben “beneficios de algún programa federal, ya sea ellos directamente o algún familiar cercano. Entre ese segmento, la candidata Delfina Gómez captó 64 por ciento de los votos, frente a 36 por ciento de Alejandra del Moral, una diferencia de 28 puntos, comparado con la ventaja de ocho puntos que tuvo la votación”. O sea, la mayoría de los mexiquenses estuvo enceguecido por los programas sociales clientelares de López Obrador.
En tanto, el 51 por ciento de los que pensaron por su cuenta; es decir, los que no son clientes de programas sociales, le dio su voto a la candidata de la coalición “Vamos por el Estado de México”, Alejandra del Moral, mientras que la morenista obtuvo 49 por ciento de ese sector.
Cierto que más de 3 millones 268 mil 516 mexiquenses votaron por la morenista y aunque eso le alcanzó para ganarle a la abanderada de la coalición “Vamos por el Estado de México”, quien obtuvo 2 millones 752 mil 330 votos, apenas lo hizo un tercio de los 12.5 millones de electores mexiquenses. La democracia dice que se puede ganar con un solo voto de diferencia y así salió a reconocerlo la candidata opositora, Alejandra del Moral, lo cual abona a la unificación de los mexiquenses, quienes seguramente enfrentarán situaciones difíciles.
Además de los programas sociales que inclinaron la balanza a favor de la morenista Delfina Gómez, hay que tomar en cuenta que los votos que obtuvo Delfina para gobernar la entidad mexiquense, sólo representan una tercera parte de los mexiquenses en edad de votar, pues de 12 millones 500 mil electores inscritos en la lista nominal, sólo tres millones 268 mil 516 votaron por ella. Cierto que del total de la lista nominal, 2 millones 752 mil 330 votos, lo que hace un total de 6 millones 20 mi 846 ciudadanos que ejercieron su derecho al voto. ¿Dónde quedaron los votos de 6 millones 479 mil 154 ciudadanos? ¡En el abstencionismo!
La participación ciudadan en el Estado de México está entre el 48.7 % y el 50.2%, de acuerdo a las variaciones de los datos por los conteos que se siguen haciendo, lo que confirma el hartazgo y la creciente desconfianza de la mayoría de los mexicanos en edad de votar hacia los políticos y sus partidos y también confirma que la democracia mexicana está en manos de unos cuantos, la mayoría de los cuales prefiere asegurar los pequeños beneficios que les ofrece el partido en el poder a pesar de que no hayan hecho nada benéfico para el país y, en cambio, sí lo hayan sumido en una fuerte crisis económica, educativa y de salud. Este 2023, pues, el abstencionismo subió en el Estado de México con respecto al 2017 en que el número de votantes fue del 53.7 por ciento.
Hay hartazgo real entre los mexiquenses porque los políticos y sus partidos siempre se han burlado de ellos al no cumplir las promesas que hacen en campaña –al igual que los políticos de Morena, que pronto tendremos oportunidad de comprobar–, porque al llegar al poder los maltratan y no resuelven las necesidades que padecen las comunidades más vulnerables. Por eso se dio el gran abstencionismo que vimos el pasado 4 de junio.
Dice el refrán que nadie experimenta en cabeza ajena. Cómo sea, Delfina Gómez y su partido Morena llegaron a la gubernatura del Estado de México, la entidad con más votantes en el país. Esto los ha llenado de alegría y emoción porque cumplieron uno de sus grandes anhelos, pero millones de mexiquenses esperan que también los llene de seriedad y responsabilidad para cumplir las grandes promesas que hicieron a la juventud, como llevar a cabo lo del primer empleo o el primer hogar, por lo que el 53 por ciento de los jóvenes entre 18 y 29 años votó por ella. También millones de mexiquenses esperan que en el Estado de México se acabe con la corrupción que tanto pregona Morena, y que esta cumpla. Que no todo lo prometido no quede en el discurso y engaño, como ha hecho López Obrador.
Ojalá que Delfina cumpla con sus promesas, pero si no lo hace, a los mexiquenses siempre nos quedará el camino de la lucha y la denuncia y, sobre todo, el organización ciiudadana para hacer que los gobernantes cumplan y, si no lo hacen, deberemos decidirnos a formar un partido político que represente realmente los intereses de la mayoría de los mexiquenses.