Marcos Espinosa
El pasado lunes, el municipio de Ixtapaluca, Estado de México, despertó con lonas
publicitarias colocadas en distintos puentes de la carretera federal México-Puebla, en las
que se denunciaba al alcalde Felipe Arvizu por la falta de atención y solución a las
demandas más elementales de jóvenes de distintas escuelas. Dichas lonas fueron
colocadas por estudiantes, quienes más tarde subieron a sus redes sociales videos de la
policía municipal retirándolas por la fuerza.
El miércoles siguiente, los jóvenes no colocaron lonas en los puentes, sino que se
apostaron a un costado de la carretera federal, en el centro del municipio, con carteles en
los que exigían al edil resolver sus demandas, ya que explicaron que han pasado tres años
sin solución alguna.
Según diversas publicaciones en redes sociales, las peticiones de los jóvenes son
“urgentes” e incluyen, entre otras: seguridad al entrar y salir de las escuelas,
remodelación de aulas dañadas, laboratorios de ciencias y de cómputo y canchas
escolares.
Los jóvenes denuncian que han pasado tres años en los que el gobierno de
Ixtapaluca no ha resuelto nada. Por ello, han comenzado a manifestarse de diversas
formas desde hace varios días.
El abandono gubernamental que denuncian los jóvenes, y que los ha llevado a salir a
las calles, debería preocuparnos aún más a los adultos, pues las condiciones en que se vive
en las calles, en las colonias, en el transporte de camino al trabajo, en los parques y
espacios públicos son alarmantes en todas las colonias, sin excepción.
Han pasado tres años del actual gobierno, tiempo en que el alcalde Felipe Arvizu
tuvo la oportunidad de demostrar su capacidad, su disposición y su eficiencia. No
obstante, lo único que ha demostrado es lo contrario: incapacidad, falta de disposición e
ineficiencia.
Ixtapaluca es uno de los siete municipios más peligrosos para las mujeres, con una
doble alerta de género por desapariciones y feminicidios. De entre 125 municipios,
Ixtapaluca destaca porque sus autoridades no actúan para detener la violencia contra las
mujeres.
Además, en tres años, no se construyó un solo pozo de agua, no por falta de
necesidad, sino porque el gobierno no mostró interés en solucionar este problema a la
población que carece de este servicio; tampoco fue por falta de peticiones, pues las hubo,
y aun así se negó a solucionar.
Calles en deterioro extremo, parques con basura, maleza e infraestructura
abandonada; eso es lo que ha acumulado este gobierno. No hubo avances, solo retroceso,
olvido y oídos sordos.
Sobran razones para protestar. Es momento de reconocer el despertar del
estudiantado, pero también de despertar nosotros y luchar por mejores condiciones de
vida para todos. Es momento de que los antorchistas de Ixtapaluca nos organicemos y
alcemos la voz contra la falta de resultados del gobierno municipal. No podemos
quedarnos sentados esperando otros tres años sin respuestas. Vamos a la lucha,
compañeros, que esa sea la tarea que realicemos durante los próximos días.