Metepec, México.- En estos días de campaña el candidato del Partido Acción Nacional Alfonso Bravo ha sentido el termómetro de Metepec. Desde Pilares, hasta San Lucas Tunco, de los Izcallis hasta San Sebastián. La diversidad que conforma la ciudad lo ha llevado a conocer desde empresarios, artesanos, campesinos, estudiantes, coheteros, sacerdotes; pero sobre todo se ha enfocado en los vecinos, aquellas personas que viven a diario la problemática social.
Las quejas han sido múltiples: predial imposible de pagar, un cerro mutilado por el capricho de hacer un Teatro al aire libre, abandono a los alfareros, el temor de privatizar el agua de manera unilateral, calles y avenidas llenas de agujeros y baches, la cuota que se debe pagar para recoger la basura, pero sobre todo la inseguridad. — ¿Cómo no va ver inseguridad si no hay trabajo? Comenta una vecina.
Realmente ese es el peor problema ya que como ciudadano no se puede dejar el auto en cualquier calle por miedo al cristalazo. Una de las propuestas de Bravo es que el trabajo que se genera en el municipio sea para los habitantes de Metepec y no gente que viene de Santa Fe o de otros estados a ocupar los puestos que son para el pueblo. Otra propuesta es abrir espacios para los de la tercera edad, aquellos ciudadanos que aún están en capacidad de aportar y enseñar y que podrían orientar en “valores” a los adolecentes relegados.
Otra inquietud ciudadana son los vicios que han propiciado tantos centros nocturnos. Comenta una vecina: — ¿Para qué gastan en alcoholímetros si diario abren antros donde se emborrachan nuestros jóvenes? Es absurdo que quieran engañarnos. El dolor de Metepec se ve por todas partes. Y lo que más se pide es asistencia para guiar a los jóvenes que se pierden tan fácilmente. —Queremos que nos den talleres, que nos incluyan e involucren en actividades que nos puedan dejar provecho emocional, psicológica y económicamente.
Con una incredulidad total los vecinos expresan la sensación de haber sido y ser usados. —Nuestro máximo temor es que los candidatos llegan a la presidencia y después ya ni nos voltean a ver, cierran el edificio del Ayuntamiento y jamás nos reciben, después pasan los años y las promesas nunca se cumplen.
Uno de los propósitos de Bravo es precisamente hacer un día ciudadano en que él atienda personalmente a la gente con las puertas abiertas, esto complementarse con la consulta ciudadana la cual permitirá que ciudadanos sean los portavoces de las necesidades verdaderas del pueblo.
