Berenice Moreno Gómez
“Quien nunca ha trabajado de sol a sol no sabrá qué tan cansado es ser campesino”, con estas palabras comenzó su jornada don Feliciano Moreno, agricultor de San Felipe del Progreso.
Explicó que la época de siembra en el Estado de México inicia aproximadamente en el mes de mayo, y para quienes cultivan en temporal, deben adaptarse a las condiciones climatológicas o esperar que el santo patrón ‘eche’ la lluvia de lo contrario, no podrá tirarse el maíz porque sería hacer doble trabajo.
“Ser campesino es todo un arte, implica tener conocimiento del clima, la tierra, la luna y en estos tiempos hasta de magia, sonríe, porque con lo caro del fertilizante hay que ‘sacar’ recursos de donde se pueda”.
Ser agricultor es una de labores que más desgaste físico requiere, sin embargo, en el país poco se valora el esfuerzo que diariamente hacen miles de campesinos en todo México para llevar hasta la mesa algunos de los productos derivados del maíz, dijo.
“Los campesinos no pedimos reconocimiento, nos hemos acostumbrado a estar en el olvido; detrás de una yunta arando la tierra, bajo el sol abrasador cosechando las mazorcas o cortando el zacate. Nos gustaría que hubiese apoyos que contribuyeran al desarrollo y, además, que nuestros productos sean consumidos en la región. Que se conviertan en un ingreso, otorgándosenos un pago justo por ellos porque finalmente es nuestra fuente de vida; hay quienes nacimos campesinos y moriremos así», expresó con tristeza en su rostro don Feliciano.
El maíz es la base fundamental en la alimentación del mexicano pero se desconoce que para llevar un kilo de tortillas a la mesa, un campesino tuvo que atender su milpa durante un año. “Aquí en el campo no hay días festivos o de descanso, si se requiere trabajar se levanta uno de madrugada y a ‘darle’”.
La realidad es que al campo se le abandonó desde hace más de 70 años. No le dio cobijo ni se le preguntó al campesino ¿qué necesitas para continuar con esta labor de alimentar a México? El campesino se las ha arreglado con o sin ayuda del gobierno para seguir sembrando, algunos de ellos han encontrado en Antorcha Campesina un aliciente ya que año con año esta organización gestiona ante el gobierno del Estado miles de toneladas en beneficio de agricultores del Valle de Toluca, Zumpango y la zona de los Volcanes. Tan solo en este 2019, el Movimiento Antorchista gestionó 172 millones 800 mil pesos beneficiando a 69 municipios del Estado de México.
Yo formo parte de las filas del antorchismo, soy parte de la organización de los pobres orgullosamente, expresó tras haber terminado su jornada del día y con gotas en su frente reiteró: “Para Antorcha el campo y sus campesinos son la prioridad. Nosotros no somos considerados como personas sin educación o fuentes de sufragios, sino como hombres y mujeres que aprenden, estudian y alimentan a México”.
En esta zona, dijo el agricultor, han tenido la suerte de contar con el apoyo de su dirigente Miguel Ángel Bautista Hernández, quien ha estado al pendiente de que reciban el fertilizante para que sus tierras produzcan. Acomodando sus herramientas de trabajo para disponerse a descansar externó: “Todos los campesinos de todos los lugares de México deberían unirse a Antorcha para asegurar el progreso y no con apoyos que no nos sirven, además, ni llegan”.
