- En casos no graves se recomienda a los profesionales de la salud bucal ofrecer a pacientes, pautas de medicación y recetas digitales, así como consejos odontológicos a través de llamadas telefónicas o en video.
Toluca, México.- Ante la contingencia sanitaria por la COVID-19, la atención dental debe ser únicamente por emergencias y en casos no graves los dentistas deben atender vía telefónica o por internet, destacó el odontólogo de la Clínica Multidisciplinaria de Salud de la Universidad Autónoma del Estado de México, Juan Francisco Nogales Cano.
El especialista universitario indicó que en seguimiento a la normatividad sanitaria mexicana y de grupos internacionales como la Asociación Dental Americana, los casos de emergencia se clasifican en dolor que impide dormir, absceso con fiebre alta y traumatismo; sin embargo, de acuerdo con la gravedad, dichos casos pueden remitirse a hospitales.
En casos no graves, precisó, se recomienda a los profesionales de la salud bucal ofrecer a los pacientes pautas de medicación y recetas digitales, así como consejos odontológicos a través de llamadas telefónicas o en video.
Nogales Cano puntualizó que para la atención en consultorio, los profesionales deben regirse por la Norma Oficial Mexicana NOM-013, la cual indica que para evitar contagios todos los pacientes deben considerarse como potencialmente infecciosos, por lo que los materiales empleados durante la consulta deben tratarse como residuos peligrosos biológico infecciosos.
Para su protección y evitar contagios, manifestó, los odontólogos deben usar cubrebocas N95 o KN95, guantes desechables, careta y lentes protectores, así como bata con mangas desechables.
En consultorios dentales o clínicas, sostuvo, la sala de espera deberá estar libre de objetos, revistas y juguetes, mientras que los pacientes deberán ir solos o en caso de ser necesario, acompañados de una persona.
Juan Francisco Nogales Cano recomendó reforzar la higiene dental durante el confinamiento por la COVID-19 y practicar las técnicas de cepillado, así como evitar alimentos azucarados o gaseosos, a fin de impedir que incremente la probabilidad de contraer caries.
