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Gordura, obesidad o adiposidad

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Dr. Pedro Gutiérrez Arzaluz

La obesidad es el acúmulo de grasa en el organismo o la hipertrofia del tejido adiposo. Los sinónimos de obesidad son adiposidad, lipomatosis, pimelosis,  polisarcia adiposa, y vulgarmente identificada como gordura.

Hay varios tipos de obesidad: alimentaria o exógena, por sobre alimentación, cerebral, hiperinsulínica, hiperinterrenal, hiperplásmica, hipofisiaria, hipogonádica, hipotalámica, hipotiroidea, osteoporótica, por sedentarismo y por bulimia.

La mayoría de los que comen en demasía o en forma desordenada terminan con obesidad, por eso es muy importante prevenir que tratar la enfermedad, para ello es necesario realizar una investigación minuciosa para obtener el diagnóstico preciso, priorizando los planos para la realización de la acción evitando las reacciones adversas medicamentosas, una mayor seguridad y una fácil administración de los planes y de los fármacos.

Es vital conocer si hay resistencia a la insulina, intolerancia al azúcar, diabetes Mellitus, si el colesterol malo y triglicéridos se encuentran altos, si el paciente padece ateroesclerosis, hipertensión arterial, o si existen otras complicaciones. Conocer la forma y calidad de su alimentación, si hace o no ejercicio, si se previene o se apega al tratamiento, si cumple sus metas.

Es prioritario diagnosticarla, prevenirla y tratarla como una enfermedad, instruirle y convencerlo del beneficio que trae consigo un mejor estilo de vida para evitar complicaciones posteriores.

Existen varios períodos de tratamiento: a corto plazo: 6 meses (5 a 10%), a largo plazo (12 meses). Para lograrlo es indispensable un mantenimiento permanente de alimentos y ejercicio.

Además de una alimentación adecuada, natural (de la tierra), sana, bien equilibrada, nutritiva, apetitosa, de excelente aspecto en su presentación, también se requiere de adicionar un buen tratamiento para controlar el sobrepeso con medicamentos prescritos por el médico, como son la anfepramona, el clobenzorex, el fenproporex, el orlistat, el mazindol, la fentermina y el ácido hidroxítrico. Sin olvidar que ningún medicamento cura la obesidad, sólo contribuye a mejorar los resultados dentro de un tratamiento integral, que la farmacoterapia no sustituye al tratamiento médico general y que además de la alimentación completa se requiere de la actividad física vigorosa como mínimo 30 minutos diarios y sobre todo con un buen apoyo psicológico.

El concepto generalizado de la mayoría de los médicos, es no administrar a sus pacientes medicamentos anorexigénicos o que reduzcan el apetito, porque piensan que provocan adicción, rebote, que son tratamientos a largo plazo, porque los medicamentos están controlados por la SSA, por el alto costo del tratamiento, porque además provocan ansiedad, sed y palpitaciones; sin embargo, cuando estos medicamentos se emplean demuestran un efecto satisfactorio, desde luego combinados con ejercicio, una alimentación sana y un buen estilo de vida.

Las indicaciones en el tratamiento farmacológico de la obesidad deben ser bien conocida por el médico: La Sibutramia es un fármaco de acción central porque actúa a nivel del hipotálamo inhibiendo a las neuronas del centro del hambre y produciendo sensación de saciedad; como medicamento controlado, el médico no debe abusar de su uso prescribiendo muchas recetas; la Fentermina actúa liberando adrenalina, es muy empleada en diabéticos, hipertensos, con dislipidemias (colesterol muy elevado), porque favorece la pérdida de peso mejorando la salud. Es indispensable vigilar el apego al tratamiento para evitar los efectos adversos, porque un 95% de los diabéticos no siguen los tratamientos; el Mazindol mal empleado ocasiona nerviosismo, irritabilidad, insomnio, diarrea, vértigo, midriasis, xerostomía y disfunción eréctil, su uso está principalmente indicado en obesos con hipertensión arterial, porque cursan con resistencia a la insulina, producción de aldosterona, retienen de agua y sodio, hay incremento del gasto cardiaco, altera la función endotelial, evita la síntesis de óxido nítrico; la Anfepramona disminuye el apetito voraz pero no la ansiedad, por eso se debe adicionar con el diazepan; el Fenproporex controla el apetito y se puede combinar con diazepan y ejercicio, sus complicaciones la obesidad corporal y abdominal, pero facilita obtener las cifras normales de las grasas o lípidos: Colesterol total 150 mg, Colesterol (malo) LDL (cLDL) 100 mg, Colesterol (bueno) HDL (cHDL) 50mg, Triglicéridos (TGR) 150 mg; el Clobenzorex es un medicamento de efecto central y periférico, por eso es un buen reductor del apetito regulador de las grasas actuando como oxidante de los ácidos grasos; la Trigodironina aumenta el  metabolismo basal, la destrucción del colesterol malo; por último la T3 también debe ser considerada en el tratamiento de la obesidad como tratamiento a largo plazo, fácilmente en 6 meses se obtiene con su administración una reducción del 10% del peso corporal.

Obesidad infantil

Créditos Bibliográficos de

l Derecho de Autor:

Dr. Daniel Rodríguez Choreño. Médico Endocrinólogo. Maestro en Ciencias. Catedrático de Medicina. “Obesidad” e “Indicaciones del tratamiento farmacológico de la obesidad”.

Conferencias impartidas en el Diplomado de Patología Médica y Administración de Servicios de Salud, Unidad de Congresos del Centro Médico “Siglo XXI” IMSS.

Academia Mexicana de Medicina del Primer Contacto, A. C.

Academia Mexicana de Cirugía, A. C., y

Centro Interdisciplinario de Ciencias de la Salud UMA-IPN, México, D. F. 28 de abril del 2012.

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