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Graziano da Silva, destaca ante Consejo de Seguridad de ONU, papel de la alimentación y la agricultura en los conflictos

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  • El director general de la FAO defiende que luchar contra el hambre e impulsar la resiliencia de los medios de vida rurales, ayuda a construir la paz.

Nueva York, EUA.- Mejorar la seguridad alimentaria puede ayudar a construir una paz sostenible, e incluso a prevenir posibles conflictos, aseguró el Director General de la FAO, José Graziano da Silva, a los miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

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«Sabemos -dijo- que las acciones para promover la seguridad alimentaria pueden ayudar a prevenir las crisis, mitigar su impacto y promover la recuperación posterior».

Los conflictos son un factor clave en las crisis prolongadas, donde hay tres veces más probabilidades de padecer hambre que en el resto del mundo en desarrollo, mientras que los países con niveles más altos de inseguridad alimentaria son también los más afectados por los conflictos. Así lo confirman casos que van desde Siria y Yemen a Sudán del Sur y Somalia.

Graziano da Silva citó la situación post-conflicto de Angola y Nicaragua, la de Ruanda después del genocidio y la de Timor-Leste posterior a la independencia, como casos en que la paz y la seguridad alimentaria se refuerzan mutuamente. Lo contrario puede también demostrarse que lleva a un recrudecimiento de la violencia.

Qué puede hacer la FAO

El fracaso para impulsar la seguridad alimentaria puede poner en peligro los procesos de estabilización, un riesgo al que se enfrentan actualmente Yemen y también la República Centroafricana, donde la mitad de la población sufre ahora de inseguridad alimentaria, advirtió Graziano da Silva.

La ayuda para alcanzar la seguridad alimentaria puede emplearse incluso durante los conflictos, añadió, señalando que el impulso final de la FAO para eliminar la peste bovina -una mortífera enfermedad del ganado- se realizó en medio de la guerra y necesitó un enfoque que permitiese a los trabajadores de sanidad animal tener acceso al ganado.

Siria es otro ejemplo. Hoy en día, muchos agricultores han abandonado sus tierras, pero los que se han quedado consiguen casi dos tercios de su producción de trigo antes de la crisis, ayudados por las semillas distribuidas por la FAO. Aunque es insuficiente, «ha sido fundamental para prevenir un mayor desplazamiento y para sentar las bases para la reconstrucción del país”, según Graziano da Silva.

Promover el desarrollo rural puede también facilitar los esfuerzos de construcción de paz. La FAO ha acordado asociarse con el gobierno de Colombia para proyectos de ejecución rápida para mejorar la seguridad alimentaria y el desarrollo rural en un esfuerzo por consolidar el tratado de paz que parece próximo a alcanzarse en el país latinoamericano.

Los esfuerzos internacionales en favor de la paz serán más efectivos si incluyen medidas para impulsar la resiliencia de las familias y las comunidades rurales, ya que son ellos y sus medios de vida los que sufren la mayor parte de los daños en los conflictos contemporáneos. «Dónde la seguridad alimentaria -añadió- puede ser un elemento para la estabilidad, tenemos que considerar a la alimentación y la agricultura como vías para lograr la paz y la seguridad».

Aseguró también que “los esfuerzos para apoyar la agricultura y los medios de vida rurales pueden ser una razón para acercar a las personas después de un conflicto, y ofrecen «dividendos de paz», contribuyendo a la sostenibilidad de la paz.

Deberes y papel de la ONU

El evento de hoy ha estado organizado por el Gobierno de Angola, que ocupa la presidencia del Consejo de Seguridad en marzo, y el Gobierno de España, que actualmente es también miembro del Consejo. La reunión del Consejo de Seguridad se convocó bajo la Fórmula Arria, un método de trabajo que se introdujo hace un cuarto de siglo que se utiliza cada vez más para tratar temas relacionados con la paz y el desarrollo y que permite además a los miembros del Consejo aprovechar la experiencia y la información proporcionada por terceros.

Se trataba de la primera participación de la FAO en este tipo de reuniones.

Graziano da Silva señaló que una premisa fundamental de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible -adoptada por todos los países miembros de la ONU el año pasado- es que «no puede haber desarrollo sostenible sin paz, ni paz sin desarrollo sostenible».

Aseguró también que el informe del Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon: «Una humanidad: responsabilidad compartida» elaborado para la Cumbre Mundial Humanitaria a celebrarse en Estambul en mayo pide «la participación activa en la prevención de conflictos» de todos los actores internacionales, incluido el Consejo de Seguridad.

«Como todos sabemos, la prevención exige abordar las causas profundas de los conflictos, incluyendo el hambre y la inseguridad alimentaria», indicó Graziano da Silva.

Anunció que la FAO está desarrollando una política corporativa de consolidación de la paz para ampliar su contribución a la prevención de conflictos, que supone crear un marco más eficaz y flexible para la colaboración.

«La implementación de una política de este tipo requerirá un mayor compromiso con los gobiernos y una amplia gama de actores en la consolidación de la paz, humanitarios y de desarrollo», dijo, señalando que la FAO tiene una larga trayectoria de estrecha colaboración en estos asuntos con sus socios tanto fuera como dentro del sistema de las Naciones Unidas, incluido el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA)