- Por su bajo costo, el cristal es la droga más utilizada entre los adolescentes.
- De acuerdo con la Encuesta Nacional de Adicciones, cerca de 46 por ciento de los estudiantes de entre 16 y 24 años de edad consume sustancias de abuso
Atizapán de zaragoza, México.- Uno de los grandes problemas sociales, derivado de la desigualdad que existe en México, es el consumo de drogas no permitidas, situación que afecta principalmente a los jóvenes, de acuerdo a los datos de la organización internacional Population Council México, ya que del año 2020 al 2022 su consumo aumentó un 15 por ciento entre los adolescentes de entre 15 a 24 años.
Entre los factores que propician la vulnerabilidad de niños y jóvenes, según la institución, para adquirir estupefacientes se encuentran: las condiciones sociales en la comunidad, fácil acceso, baja integración familiar, nulas acciones preventivas, presencia de drogas en el entorno del individuo y la baja protección en el ambiente escolar.
Los resultados de la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas en Estudiantes (Encode) demuestran que, a nivel nacional, la edad de inicio en el consumo de drogas es de 13 años entre hombres y mujeres; que el 17.2 por ciento de los jóvenes de secundaria y bachillerato han consumido drogas alguna vez en la vida: 18.6 por ciento de hombres y 15.9 por ciento de mujeres. Por nivel educativo la prevalencia cambia de 12.5 por ciento en secundaria a 25.1 por ciento en bachillerato.
Ante la falta de políticas públicas y de seguridad, lo anterior está generando que los jóvenes de secundaria y preparatoria no solo la consuman, sino que incluso la vendan al interior de los planteles educativos, en donde el narcomenudeo ha sentado sus bases sin que ninguna autoridad intervenga para erradicar tal problema, comentó la profesora Gladis “N”, quien da clases en una secundaria de la Ciudad de México: “Las autoridades no hacen nada al respecto, saben qué estudiante distribuye las drogas dentro del plantel educativo y si las autoridades no hacen nada, nosotros como maestros tratamos de no involucrarnos. Suceden fenómenos relativos a que de ser un joven antisocial al que nadie le hablaba, hoy es muy popular en la escuela, muchos alumnos de otros salones se acercan a él; nosotros batallaremos con él un año, pero sus padres lo hacen toda la vida.
Para Juan, estudiante de preparatoria en el municipio de Nicolás Romero en el Estado de México, tal situación prevalece en todas las instituciones de nivel medio superior, tanto de los municipios aledaños como: Atizapán de Zaragoza, Cuautitlán Izcalli, Naucalpan y Tlalnepantla: “En la escuela hay cuatro edificios, en cada uno de ellos hay un salón en el que se vende la piedra y el cristal -conocida entre los estudiantes como “crico”-anfetamina; el gramo se puede comprar en 100 pesos. Los maestros ignoran su venta al grado que es más castigado que un alumno venda dulces que droga; por vender dulces te suspenden, pero por vender droga no te hacen nada”.
Al respecto la universitaria Sofia informó que “el narcomenudeo se ha introducido dentro de las escuelas al grado de armar a los jóvenes para que desempeñen su actividad ilícita, motivo por el cual, al ser amenazados de muerte, los maestros tienen miedo a las represalias, por lo que se hacen de la vista gorda y aplican la política de dejar hacer, dejar pasar”.
Además, la educadora Gladis mencionó otros de los motivos por los que nadie denuncia ni acusan al estudiante infractor: “Si nosotros imputamos a un estudiante, éste puede revertir la situación al ampararse bajo la primera parte del artículo 5 de la Ley General de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, que entre sus disposiciones destacan las facultades: a no ser discriminado; a una vida libre de violencia y a la integridad personal; a la libertad de convicciones éticas, pensamiento, conciencia, religión y cultura; a la intimidad y a la seguridad jurídica y al debido proceso”.
Otro aspecto es el uso de la tecnología en donde el distribuidor usa los canales de WhatsApp y de mensajería, así no expone su identidad y agiliza el proceso de venta al ofrecer: marihuana, cocaína, LSD, pastillas, hongos psicodélicos, fármacos adictivos, objetos robados y vendidos, así como prostitución.
“Sin embargo, pese a la gravedad de este problema, el presidente de México Andrés Manuel López Obrador, en múltiples mañaneras, solo se ha limitado a negar que no hay consumo de drogas en México, pues acepta que sí hay consumo, pero dice que no es un problema… es tráfico, pero no hay consumo de químicos”.
Mientras miles de jóvenes caen en las garras de la drogadicción, problema que eleva también los índices de inseguridad y violencia en el país, aseguró la orientadora.