Carolina Monroy del Mazo
Este es un momento que representa mucho para quien les habla, por la enorme trascendencia que puede significar el reconocer a hombres y mujeres de tan importante talento.
Beatriz Pagés, nuestra secretaria de Cultura, nos convoca a este acto que tiene como propósito reconocer desde nuestro Partido, el Revolucionario Institucional, el talento de hombres y mujeres que nos permiten confirmar la grandeza de esta nuestra tierra en la que nacimos, en la que muchos también han decidido vivir y que hoy forman parte del patrimonio humano más importante que habrá de garantizar que México continúe hacia adelante.
Quisiera decir, a nombre del Presidente del partido, Manlio Fabio Beltrones, y a nombre de una servidora, que nos sentimos en verdad muy honrados de contar con las obras y las ideas de hombres y mujeres tan distinguidos, que prestigian a nuestro país.
Estoy profundamente emocionada porque hoy constatamos una vez más que nuestro instituto político, como lo ha estado a lo largo de muchísimos años, continúa cerca, muy cerca, de esta muy importante comunidad. Una comunidad integrada por personas de mente brillante, libre, audaz, que aportan todos los días, cada uno en su disciplina, unos escribiendo, otros ejecutando en diferentes técnicas artísticas, dancísticas o musicales.
México es realmente afortunado, Beatriz, por tenerlos a ellos, a los presentes y a los ausentes, grandes maestros de la música, a quienes expresamos desde e PRI nuestro más profundo reconocimiento, como priistas pero sobre todo como mexicanos, agradeciéndoles por su servicio a la Patria y por el acompañamiento que nos han permitido Carolos Prieto, Martín Urieta, Armando Manzanero, Sergio Corona, y perdón si omito nombres, habrá muchos más de enorme talento que forman parte de nuestras vidas, forman parte de la emoción más profunda de México y de los mexicanos, y por ello agradezco, a nombre de nuestro instituto político que estén aquí.
Me parece que hace falta reconocer a Beatriz Pagés, una mujer a la que también hay que agradecer. Le ofrezco si a ustedes les parece bien, que para el próximo año, la Secretaría General estará convocando para entregar la Presea que corresponda a Beatriz Pagés. Muchas gracias, Beatriz.
Finalmente, quiero decirles que (como mexiquense que soy, como paisana de Sor Juana Inés de la Cruz, una mujer cuya obra -aun cuando han pasado más de 300 años-, sigue siendo objeto de análisis y estudio, cada letra y cada párrafo), me he preguntado muchas veces ¿qué pensaría Sor Juana, cuál sería su expresión, si de pronto en esta increíble biblioteca, por una rendijita se asomara y supiera que existe el Internet; qué pensaría de los teléfonos celulares que tenemos aquí con los que sacamos fotografías; cuál sería su reflexión? ¿Qué pensaría si supiera que las mujeres, gracias a su legado, como al de muchas mujeres mexicanas de enorme valor -porque en este país se ha necesitado valor para enfrentar el progreso- ya podemos ir a la universidad; cuál sería su reflexión al saber que hoy las mujeres participamos en política cada vez más… Y las que vienen…
Ciertamente éste es el siglo de las mujeres… Pero no basta tan solo con ser mujer… Me parece que para poder alcanzar éste que ha sido el ideal de nuestro género, la participación amplia en la vida social, necesitamos seguir trabajando; necesitamos estudiar y perfeccionar lo que hacemos cada día; necesitamos emocionarnos todas y todos; necesitamos entender que el mundo es de los dos géneros, no sólo de uno; necesitamos entender muy bien que los hombres y las mujeres una muy afortunada combinación.
Las mujeres, y lo digo a los caballeros para que también se relajen un poco, porque de pronto, percibimos -ustedes me dicen si es así o no- que los hombres se sienten amenazados por las mujeres, que los hombres de pronto suponen que venimos a arrebatar posiciones, y no, claro que no. Las mujeres solamente venimos a complementar una visión. Las mujeres somos ese otro cincuenta por ciento, esa otra mitad del talento, de la sensibilidad y de la inteligencia humana, que quiere contribuir a una sociedad mucho más democrática; somos esa otra mitad que piensa principalmente en su familia, que anhela protegerla, cuidarla y que siempre busca su progreso.
De pronto me pregunto qué pensaría Sor Juana si por esa rendijita imaginaria nos pudiera ver. Seguramente se sorprendería y se daría cuenta de que los hombres ya no son tan necios… Algunos usan pelo largo, y aretes otros, pero qué bien, qué afortunado.
Gracias a Sor Juana, a su legado, a hombres y a mujeres, como el maestro David aquí presente, y a muchos otros de ustedes, amigos, compañeros del partido, las mujeres podemos seguir avanzando y aportando a nuestro país.
Las mujeres estamos aquí para trabajar, para construir y para sumar. Las mujeres queremos el progreso para otras mujeres tanto como lo queremos para los hombres.
*Secretaria General de CEN del PRI
Mensaje en la entrega de la
Presea Sor Juana Inés de la Cruz
