- En la Galería Universitaria “Fernando Cano” del Edificio de Rectoría, el rector de la Universidad Autónoma del Estado de México encabezó el homenaje póstumo al escultor mexiquense.
- La comunidad universitaria, dijo, lamenta la pérdida de un universitario que para alcanzar sus sueños dialogó con el fuego y el metal, que atrapó el aire en el movimiento de sus esculturas.
Toluca, México.- Fernando Cano fue un universitario ejemplar que nunca se rindió para materializar sus sueños e imaginar un mundo mejor, que se distinguió por la universalidad de su quehacer artístico, la generosidad de su docencia, así como una libre y fecunda imaginación, expresó el rector de la Universidad Autónoma del Estado de México, Alfredo Barrera Baca, al encabezar el homenaje póstumo al escultor mexiquense.
En la Galería Universitaria “Fernando Cano” del Edificio de Rectoría, ante la esposa del escultor, Marthel Cano, y sus dos hijos, Barrera Baca sostuvo que la comunidad verde y oro perdió un integrante excepcional.
La comunidad universitaria, dijo Barrera Baca, lamenta la pérdida de un universitario que para alcanzar sus sueños dialogó con el fuego y el metal, que atrapó el aire en el movimiento de sus esculturas.
Enfatizó que la obra del Doctor Honoris Causa por la máxima casa de estudios mexiquense, “conformada por cientos de forjas surrealistas diseminadas por instituciones de educación y cultura, espacios públicos y privados, en su patria chica y en una patria tan grande como el mundo, combina la intensa energía del escultor y la sutil elegancia del poeta”.
Esta comunidad del saber y la sensibilidad se une al desconcierto social y cultural provocado por la muerte de Fernando Cano, cuyas fantasías materializadas en esculturas, habitan campus, jardines, galerías y pasillos de esta casa de estudios, manifestó Alfredo Barrera Baca.
Durante esta ceremonia luctuosa de cuerpo presente, Marthel Cano destacó que durante tres décadas, formó equipo con el artista plástico para impulsar una carrera caracterizada por un trabajo tenaz y sumamente talentoso, que alcanzó reconocimiento público en los ámbitos nacional e internacional.
Tras agradecer el reconocimiento institucional de la comunidad universitaria, encabezada por el rector Alfredo Barrera Baca, los hijos del escultor mexiquense, Fernando Iván y Juan Ignacio Cano Sánchez, compartieron algunas anécdotas familiares: afirmaron que su padre fue un hombre de gustos bohemios y sencillos, aventurero, formador, honesto y dadivoso.