Toluca, México.- En nuestro país es necesario caminar hacia una cultura de difusión de los derechos de la mujer en las instituciones desde la alta dirección, que es el nivel de autoridad donde se pueden tomar decisiones en pro del respeto a esos derechos, que son escasamente conocidos y que hacen más vulnerable a la mujer en un contexto de inseguridad y violencia.
Además, la violencia encubierta es la más frecuente, pero también la más callada, dado que la amenaza y el miedo a denunciar continúa siendo el principal factor que aprovechan los agresores y generadores de violencia, situación que evita romper el círculo vicioso que tanto agravio causa principalmente a la mujer y a la sociedad en general.
Así lo destacaron Hilda Angélica Hernández Rojas, directora de la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma del Estado de México; Graciela Vélez Bautista, Coordinadora del Centro de Integración en Estudios de Género y Equidad de la misma Casa de Estudios, así como la Magistrada María del Refugio Elizabeth Rodríguez Colín, titular de la Unidad de Equidad de Género del Poder Judicial del Estado de México, al participar en el panel “Ética Judicial y Equidad de Género”, realizado en la sede alterna del Salón de Plenos del Tribunal Superior de Justicia de la entidad.
El evento, organizado por el Instituto de Promoción y Difusión de la Ética Judicial, estuvo dirigido a magistrados, jueces y consejeros de la Judicatura estatal y lo presidió el titular del Poder Judicial mexiquense, Baruch F. Delgado Carbajal. El primer planteamiento lo expuso Hilda Angélica Hernández Rojas, quien consideró que la deficiente atención que se da a la denuncia de las mujeres en las instancias de justicia, continúa provocando la doble victimización de ésta, aunado a que la violencia encubierta es un tema que prevalece en todo lugar y en todo momento.
Sostuvo que la violencia encubierta es el crimen más numeroso en el mundo; no perdona género, estado civil, creencia o preferencia sexual, afectando incluso lo mismo a mujeres que a varones. La violencia dirigida a las mujeres por lo general tiende a considerarse como una situación normal en las relaciones familiares o de pareja, debido a la percepción machista de que el varón es el que posee la fuerza y el poder.
Comentó que generalmente la violencia encubierta carece de elementos objetivos o palpables para denunciarla, debido a que es tan sutil que sólo la víctima es quien la sufre y queda impotente ante la misma, pues este tipo de actos posee una tipología distinta a la violencia física y se da a través de conductas, mensajes aparentemente inofensivos, pero dañinos, como es el caso de la actitud distante en las relaciones familiares o de pareja.
Mientras que la especialista de la UAEM Graciela Vélez Bautista, sostuvo que comúnmente no se cree en la palabra de la mujer cuando ésta decide denunciar, aspecto que hace indispensable difundir a mayor profundidad sus derechos en las instituciones. Añadió que a 15 años de la promulgación de la Convención de Belém do Para y a 20 años de la Conferencia Internacional de Beijing, los derechos de las mujeres siguen siendo escasamente conocidos, tanto por ellas como por los demás.
Citó que la Comisión Internacional de Derechos Humanos ha diagnosticado que todavía se aceptan en nuestras sociedades la violencia y la discriminación contra las mujeres como un asunto natural, lo cual ocurre a menudo en el tratamiento que muchos funcionarios de impartición de justicia y en el ministerio público dan a los casos de violencia contra las mujeres, con la consecuente re victimización de éstas.
Por su parte, la Magistrada María del Refugio Elizabeth Rodríguez Colín argumentó en su intervención que en la función jurisdiccional pocas veces nos cuestionamos cómo nos ve la sociedad, así como los diversos actores en otras profesiones acerca del desempeño que tiene el Poder Judicial.
Explicando que el tema concerniente a la equidad de género es necesariamente transversal en la cadena de impartición y administración de justicia, por lo que es necesario que todas y todos conozcamos el tema, dado que al momento de realizar la función jurisdiccional, tenemos que tener presente esta perspectiva en aras de una búsqueda de equidad y en apego a los principios éticos que deben guiar en todo momento el trabajo del juzgador.
Como moderador del evento estuvo el Magistrado en retiro Alfonso Velázquez Estrada, Director del Instituto de Promoción y Difusión de la Ética Judicial del PJEM. (Imagen de Internet)
