Reivindiquemos la protesta social como un derecho humano

    0

    Laura Castillo García

    Vocera del Movimiento Antorchista en el Estado de México

    Solo los gobiernos contrarios a los derechos humanos son capaces de asegurar que las protestas sociales generan climas de desestabilización.

    Por el contrario, las protestas sociales pretenden contribuir a que los gobiernos y gobernantes insensibles e intolerantes aflojen las rígidas cuerdas con que tienen atada a la sociedad y, por tanto, son un contrapeso real a esos gobiernos déspotas que ni ven ni escuchan, menos atienden las necesidades de sus gobernados y, lo que es peor, también realizan actos que agreden y perjudican a gente inocente.

    Por eso, a pesar de la pandemia de Covid-19, las protestas sociales han vuelto a las calles debido a que en los últimos cuatro años prácticamente todos los sectores de la población han sido agredidos de una u otra manera, aunque el gobierno federal no ha puesto manos a la obra para frenar la violencia en contra de inocentes.

    La segunda mitad del pasado mes de enero vimos manifestaciones públicas de protesta protagonizadas por el gremio periodístico, el cual protestó por los varios asesinatos de periodistas (tanto de hombres como de mujeres), los cuales sucedieron a manos de la delincuencia, los cuales han sucedido durante el gobierno de López Obrador, quien pregona aquello de abrazos no balazos, pero, como dijeron los sacerdotes jesuitas: los balazos ya rebasaron los abrazos. Así, hasta el momento, no hay garantías de seguridad para comunicadores y periodistas: recientemente fue asesinado, en San Luis de la Paz, Guanajuato, el director del medio Tu Voz, Ernesto Méndez.

    En este año, una y otra vez hemos visto que las mujeres han protestado públicamente en contra de la violencia de género. Aunque, a decir verdad, esas protestas sociales no han generado políticas públicas ni estrategias que las protejan: cada semana conocemos uno o dos casos de secuestros o asesinatos de mujeres porque ni el gobierno federal ni de los estados han hecho mucho para protegerlas. Lo valioso de las protestas sociales de estas manifestaciones públicas es que no solo visibilizan el problema, sino que cada día más mujeres se unen a la lucha en contra de la violencia y en contra de normalizar dicha situación. Lo ideal sería que se les una el género masculino y juntos luchen en contra del injusto modelo económico que genera la pobreza, la desigualdad social, la pelea entre géneros y, por supuesto, el maltrato intrafamiliar, los secuestros y asesinatos. Esa realmente es la solución a todas las injusticias que diariamente sufrimos los mexicanos: cambiar el sistema económico y social que impera en México.

    A lo largo del año también hemos visto protestas públicas protagonizadas por: médicos, estudiantes, azucareros, transportistas, agencias funerarias, etc.; todas con el objetivo de que los manifestantes fueran escuchados por las autoridades, a las cuales pedían soluciones.

    En el año 2015 el doctor Edgar Corzo Sosa, director de la Revista Mexicana de Derecho Constitucional señaló que: “Las manifestaciones públicas constituyen un fenómeno social que actualmente han adquirido una gran importancia, no tanto por el contenido de los derechos que entran en juego, sino porque más bien se han erigido en un mecanismo muy importante de protesta social. Inclusive algunos juristas hablan de un derecho a la protesta social, aun cuando debemos indicar que las manifestaciones públicas no encierran únicamente muestras de enfado, sino también pueden tratarse de manifestaciones de júbilo.” (Derecho humano de manifestación pública – UNAM. https://archivos.juridicas.unam.mx › libros › 8.pdf).

    En efecto, las manifestaciones públicas también pueden ser de júbilo, como las realizadas por la comunidad LGBT+, las cuales no solo muestran el orgullo gay, sino también para que los gobiernos estatales -en donde todavía no han sido aprobados- tomen acuerdos a favor de los matrimonios igualitarios, el respeto y la no discriminación.

    El pasado jueves 18 de agosto, también hubo manifestaciones públicas de protesta, pero también de júbilo, en los municipios de Chimalhuacán e Ixtapaluca, en el Estado de México, debido a que rindieron merecidos homenajes a los 10 hombres y mujeres que fueron asesinados hace 22 años a manos de políticos corruptos liderados por la ya fallecida cacique de Chimalhuacán, Guadalupe Buendía, alías La Loba; también celebraron el progreso construido en esos municipios mientras militantes del Movimiento Antorchista Nacional encabezaron los gobiernos de esos municipios, por lo cual se mostraron orgullosos, pero también protestaron por el retroceso que actualmente experimenta el municipio de Chimalhuacán.

    Sí, fueron 10 vidas que en el año 2000 segaron las balas asesinas, mismas que aun provocan dolor en todos los que trabajamos por un México mejor; pero, también es cierto que ese trágico acontecimiento impulsó el desarrollo y progreso de esos dos municipios mexiquenses, como puede constatar, todo el que lo desee, en notas periodísticas publicadas en los periodos de gobiernos de extracción Antorchista: Chimalhuacán 2000-2021 e Ixtapaluca 2013-2021. Es más, cualquier chimalhuacano puede ver y tocar las obras públicas que se realizaron con recursos públicos gestionados por los gobiernos antorchistas, mismas que se tradujeron en bienestar social.

    A pesar de todas las calumnias y agresiones que han sufrido desde el púlpito presidencial por parte de Andrés Manuel López Obrador y de sus seguidores venidos a gobernantes municipales, como lo hace la alcaldesa de Chimalhuacán, Xóchitl Flores Jiménez, quien está empeñada en encarcelar a varios líderes Antorchistas., de acuerdo con fuentes fidedignas, los Antorchistas también se reunieron por miles para celebrar que su organización sigue viva y vigorosa en todo el Estado de México porque, como dijo la dirigente Antorchista de Ixtapaluca, Maricela Serrano Hernández, con la pérdida del poder ¡nos frenaron, pero no nos acabaron!

    Hace 22 años, en Chimalhuacán faltaban muchos servicios y todos esos servicios los construyeron en 21 años los gobiernos antorchistas de continuidad, por lo que en su evento de homenaje a los caídos, los antorchistas mostraron su orgullo por haber luchado durante todos esos años para que el municipio progresara al grado que se convirtió en modelo de desarrollo de todo el Oriente mexiquense y del país entero.

    El retroceso que Chimalhuacán ha experimentado en tan solo ocho meses de gobierno morenista, provocó la protesta social de los manifestantes, quienes expresaron su decisión de volver a luchar para que su municipio no vuelva a vivir en el atraso, además de que también lucharán para que en México se terminen: los asesinatos, ataques al comercio, feminicidios, inflación, robos, etc., etc.

    Para lograrlo, Antorcha se propone educar al pueblo para que se organice y unido ponga manos a la obra en la construcción de un país verdaderamente humano, de progreso e igualitario.