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Tragedia en México

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Laura Castillo García, Vocera del Movimiento Antorchista en Edomex.

Desgraciadamente México todavía no supera la fase 3 del Covid-19 que se caracteriza por los contagios masivos y los fallecimientos cada vez más numerosos, y el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, ya presentó un plan para reiniciar actividades que nos llevará, dijo, a una “nueva normalidad”, pero que muchos pensamos que derivará en más contagios y en otros miles de mexicanos sin vida.

A través de la secretaría de Salud, el presidente informó que 259 municipios que presentan pocos o nulos contagios por Covid-19, terminarán el confinamiento y reiniciarán actividades el próximo lunes 18 de mayo. Sin embargo, la velocidad con la que el mortal virus se apoderó del mundo nos lleva a pensar que lamentablemente a esos territorios también llegará el enemigo número 1 de la humanidad, el cual ya está contagiando a más de dos mil mexicanos por día.

Haciendo caso omiso a quienes sostienen que las cifras oficiales ocultan lo que realmente sucede en México, tomo los datos que las autoridades reportaron la noche del jueves 14 de mayo, para mostrar la gran velocidad de contagios y de las muertes ocurridas en nuestro país: ese día el gobierno reportó que en México había 42 mil 595 contagios y ya habían muerto 4 mil 477 personas; de los cuales, casi tres mil se han registrado en lo que va del mes de mayo.

En tan solo dos meses y medio, y sin saber todavía cuando terminará la pandemia en México, aquí ha habido 4 mil 477 personas fallecidas por Covid-19. Dicha cifra casi alcanza las 4 mil 663 muertes que registró China durante los 3 meses que duró su lucha en contra del virus. A simple vista, podemos ver que el número de decesos en México es proporcionalmente mucho más grande que en China, que tiene más de mil 300 millones de habitantes.

¿Por qué en México no se ha contralado la pandemia como lo hizo China? Porque el gobierno humanista chino tomó medidas casi inmediatamente que conoció el virus: puso en cuarentena a la población para protegerla del mortal contagio; pero, a diferencia de México, otorgó diversos apoyos, tanto a empresas como a individuos, para poder soportar el cierre de empresas y el asilamiento, además de que atendió con eficacia y efectividad a la población enferma.

En México, por el contrario, ni tenemos un gobierno humanista ni éste tomó las medidas necesarias para proteger a la población. Recordemos que, a pesar de que en los primeros días la secretaría de Salud llamó a no saludar de mano, a no abrazarse y a no realizar eventos masivos, el presidente Andrés Manuel López Obrador, siguió saludando, abrazando, besando a niños y asistiendo a dichos eventos masivos.

La consecuencia fue que, hasta la fecha, la gente duda sobre la mortalidad del virus y, por tanto, sigue saliendo libremente a las calles, lo que ha facilitado la expansión del Covid-19, el cual sigue contagiando a diestra y siniestra a mexicanos humildes, quienes buscan ganarse el pan de todos los días. De ahí la gran cantidad de mexicanos que han fallecido víctimas del Covid-19, a los que hay que sumar los que han muerto pero han sido registrados bajo la clasificación de neumonía atípica.

A la tragedia que vive México por el fallecimiento de 4 mil 477 mexicanos víctimas de Covid-19 -entre los que se encuentran médicos y enfermeras que dieron la batalla contra el virus, pero que se contagiaron por falta de insumos sanitarios a pesar de que una y otra vez demandaron al gobierno federal que se les proporcionaran-, se suma la pérdida de 707 mil empleos por el cierre de empresas y comercios menores, lo que ha traído como consecuencia el empobrecimiento de millones de mexicanos que, a 56 días de encierro, ya no tienen qué comer.

Para aliviar su situación, desde hace mes y medio esos millones de mexicanos pobres hicieron múltiples peticiones al gobierno federal para que diseñara un programa nacional de alimentos para apoyarlos. Sin embargo, no han encontrado respuesta favorable ni por parte del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ni por parte del gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo Maza, por lo que su condición de pobreza se agudiza cada día más.

Es más, según el Consejo Nacional para la Evaluación de Política Social (Coneval), dentro de poco, miles de mexicanos de las llamadas clases medias caerán en pobreza debido a la falta de políticas públicas que atienda a esa población con ingresos medios; aunado a que actualmente también les resulta difícil adquirir los productos básicos por la desmesurada alza de los precios de la canasta básica.

El futuro no es nada favorecedor para México, pues, “el Centro de pronósticos económicos de la UNAM señala que los indicadores sociales retrocederán más de dos décadas y que este gobierno podría pasar a la historia como el de peor desempeño económico en más de un siglo. Las proyecciones de la UNAM apuntan a que este año México sufrirá una caída superior a -7% del PIB y se sufrirá la peor recesión en casi un siglo, con millones de mexicanos cayendo en pobreza y pobreza extrema”.

La situación del país, pues, se torna cada día más difícil no solo por el Covid-19 sino por la política neoliberal y de ocurrencias del presidente López, que está llevando a México a una verdadera tragedia económico y social. Es urgente que el pueblo consciente y organizado se decida a luchar por el poder nacional para que, con trabajo y decisiones inteligentes y científicas, construyamos un México mejor para todos.