Laura Castillo García, Vocera del Movimiento Antorchista en el Estado de México
A medida que se acerca el inicio de las campañas electorales para elegir diputados federales, locales y presidentes municipales del Estado de México, resurge el negocio de reciclaje de ataques en contra de Antorcha Popular y sus dirigentes, con el objeto enlodar tanto la credibilidad de la organización como la de sus dirigentes.
Con el claro fin de desacreditar a los antorchistas que por más de 20 años han trabajado para hacer de Chimalhuacán un lugar digno, amable y humano para vivir -que es del que ya gozamos los habitantes de este gran municipio-, las cuentas de Facebook Nuevo Régimen Chimalhuacán y Hecho en Chimalhuacán hacen una serie de acusaciones en contra de Antorcha, las cuales fueron aclaradas y superadas desde hace años, pero que, cada vez que se acercan las elecciones, reciclan los adversarios de la organización social a fin de intentar desposicionarla políticamente porque creen que así la gente le retirará su apoyo. Como no ven más allá de sus narices, no se dan cuenta de que el apoyo popular a Antorcha es sólido pues, con sus gestiones y lucha, ha ayudado a miles de personas a tener viviendas dignas. Además, la gente sabe que los antorchistas día a día han gestionado, trabajado y luchado para tener los beneficios visibles y no visibles (como redes de agua y drenaje) que hay en Chimalhuacán y que hoy goza el 100 por ciento de sus habitantes.
La gente también sabe que los militantes de Morena no han aportado ni un gramo de trabajo para hacer realidad todas las obras y servicios que hoy son una realidad en Chimalhuacán; por el contrario, saben que siempre están criticando y tratando de dividir a la gente, tal como se los enseña su dios/jefe, Andrés Manuel López Obrador.
Regreso a los ataques gente dirigen en contra de Antorcha. En respuesta a un volante en donde Antorcha convoca a formar un grupo de solicitantes de vivienda, los atacantes vierten un montón de mentiras recicladas que no tienen el efecto negativo que buscan porque la gente sabe que los terrenos en donde han edificado sus modestas viviendas no son producto de invasiones ni robos, sino que fueron legalmente adquiridos mediante contratos de compra-venta entablados con los antiguos dueños y que si algunos no tienen todavía sus escrituras es porque el Instituto Mexiquense de la Vivienda Social (IMEVIS) no las ha entregado a pesar que desde que hace años cubrieron los requisitos requeridos.
También saben que cuando Antorcha encabeza un grupo de solicitantes de vivienda, tarde o temprano podrán adquirir legalmente un lote barato que pagarán en módicas mensualidades, a fin de que su pequeño salario también les alcance para ir construyendo sus modestas viviendas que al final serán de su propiedad y constituirán el patrimonio de sus familias.
¿Por qué la gente participa en manifestaciones públicas para conseguir que el gobierno estatal destine presupuesto para tener servicios públicos en sus colonias? Lo hacen porque sus salarios no les alcanzan para pagar terreno, cuartos habitacionales y servicios. ¿Es un deito pedir que el gobierno estatal los ayude para que tengan servicios básicos de agua, drenaje, pavimento, luz eléctrica, clínicas de salud, etc.? No, no lo es; al contrario: es obligación del gobierno estatal proporcionar esos servicios básicos a todos los que habitan el terriorio que gobiernan, nada más que resulta que luego el gobierno -como el de Morena- se olvida de los más necesitados y no los ayuda a tener condiciones dignas para vivir.
Lo más preocupanten de los ataques contra Antorcha es que, en su afán de desacreditarla y desposicionarla en la mente de los electores, los militantes de Morena muestran su cínico y cruel propósito: utilizar la violencia para frenar políticamente a Antorcha en las elecciones 2021.
En la frase que ellos publican en sus redes: “Y ser un probable mártir versión 2021”, los agresores asoman su verdadero propósito: al igual que en el año 2000 ejercer violencia si una vez más gana la presidencia municipal un antorchista. Como sabemos, en el año 2000, el cacicazgo de Guadalupe Buendía (alias La Loba, QEPD), ejerció violencia para tratar de evitar que el presidente municipal electo tomara posesión como alcalde de Chimalhuacán. Dicho ataque caciquil dejó como saldo 10 personas asesinadas.
Los antorchistas nos reservamos el derecho a denunciar dicha amenaza a las autoridades correspondientes, pues no vamos a permitir que se transgreda el clima de paz, tranquilidad y armonía que desde hace 20 años gozamos en Chimalhuacán. La gente que amenaza con violencia no merece nuestra confianza ni siquiera para creer lo que escriben en las redes sociales y mucho menos para darles nuestro voto para que gobiernen este bello municipio que desde hace más de 20 años vive un clima de paz, desarrollo y armonía. No queremos a Morena en Chimalhuacán porque, como todos sabemos, es el partido que está llevando al precipicio a México.
