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¿Ya comiste arroz?

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Laura Castillo García, Vocera del Movimiento Antorchista en el Estado de México.

¿Ya comiste arroz? Es uno de los saludos más comunes en el sur China; si la gente contesta que sí, eso quiere decir que está bien porque, para los chinos, el arroz es símbolo de la vida misma. Es más, si una persona pierde su empleo y, por tanto, su estabilidad, se dice que “se le ha roto su tazón de hierro de arroz”.

Se sabe que el éxito económico de la República Popular China comenzó a partir de las reformas económicas de 1978, en las que dieron importancia a la atención del sector agropecuario; a partir de entonces planifica la producción de trigo, maíz y arroz a fin llegar a la autosuficiencia. Aunque su sistema tiene deficiencias, no son tantas como para que en la pasada crisis del Covid-19 no hayan apoyado con alimentos a sus habitantes.

Aunque es milenaria la costumbre del sur de China de saludarse con la pregunta de ¿comiste arroz ya?, lo cierto es que durante la pandemia que sufrió ese país asiático, desde fines del año 2019 y hasta marzo de 2020, el gobierno comunista de la República Popular China mostró su humanismo al apoyar económicamente  y con alimentos a sus habitantes; es más, a los que el cierre de fronteras los sorprendió en el extranjero porque tomaban una semana de vacaciones, también los ayudó para resistir tres semanas fuera de su territorio en tanto el gobierno tomaba el control de la situación.

Otro país ejemplar en este sentido es Vietnam, pues, para aliviar las penurias de la población ante el distanciamiento social obligado por la pandemia del Covid-19, un empresario colocó cajeros automáticos dispensadores de arroz gratuito, en los que la población puede obtener hasta kilo y medio del cereal que le deberá durar entre 5 y 6 días. Además, para que no lo acaparen unos cuantos, deben identificarse para que el sistema de reconocimiento facial compruebe que no hayan pasado antes por su ración.

Aunque Vientam apenas tiene 265 contagiados y ninguna defunción, el distanciamiento y aislamiento social impuesto este mes de abril por el gobierno, han afectado a miles de negocios y dejado sin ingresos a millones de personas, por lo que la solución para que los sectores más vulnerables no padezcan hambre, fue la colocación de esos dispensadores de arroz gratuito.

A diferencia de China y Vietnam, el gobierno mexicano no está haciendo ni lo uno ni lo otro. Cierto que, en sus mañaneras, el Presidente dice lo contrario: que si la transferencia a los abuelitos, que si los apoyos económicos, que micro crédito para las pequeñas y medianas empresas, etc., etc., pero millones de mexicanos sabemos que muchos de esos apoyos solo le llegan a la gente claramente identificada con el partido de ya saben quién y que millones de mexicanos, como transportistas y los que dependen de la economía informal, están desesperados porque sus ingresos se han reducido drásticamente.

En México, solo se le ha ordenado a la gente que se quede en casa, pero sin darle ninguna alternativa de apoyo económico o alimentario.

Por eso, el pasado martes 14 de abril, miles de mexicanos se manifestaron en las redes sociales solicitando apoyo del gobierno federal para que instrumente un programa nacional de distribución de alimentos para que los grupos más vulnerables del país puedan quedarse en casa pero sin sufrir hambre. Una buena alternativa es el ejemplo de Vietnam; es decir, poner dispensadores de frijol y arroz gratuitos para los millones de mexicanos que se han quedado sin ingresos económicos y, por tanto, sin alimentos.

Ya sé que los que se autonombran “intelectuales de izquierda” no estarán de acuerdo con este planteamiento porque, según ellos, agrede al que consideran “el mejor presidente que ha tenido México”, y que para defenderlo van a arremeter con el calificativo preferido de López Obrador para desacreditar a sus opositores; dirán que son planteamientos “conservadores” para atacar al Mandatario y que los ejemplos aquí puestos no valen porque en esos países, comunista y socialista, respectivamente, están instaurados regímenes dictatoriales que violan los derechos humanos, además de que generan millonarios y multimillonarios, etc., etc.

No voy a discutir con ellos porque no tiene caso perder el tiempo en esgrimir argumentos lógicos a los necios, pero lo que sí puedo decir, es que, como quiera que sea, en el combate al Covid-19, tanto China como Vietnam se han portado a la altura de lo que proclaman los regímenes humanistas: velar por la vida de los habitantes de sus países, y es que no solo están tomando medidas preventivas para que la gente no se contagie, sino también están preservando la vida de sus habitantes a través de acercarles alimentos.

¿Cómo está apoyando el gobierno de México a sus compatriotas? Digan lo que digan de sí mismos el Presidente y los funcionarios de su gobierno, los hechos dicen que no han hecho casi nada, o muy poco, para el tamaño de la crisis que estamos enfrentando por el Covid-19, de la cual está por venir lo peor tanto en contagios como en carencias alimentarias, lo que quiere decir que ni AMLO ni su gobierno son lo humanistas que dicen ser; así lo muestran sus acciones. Urge, pues, que el gobierno mexicano tome medidas para paliar el hambre y sufrimiento de los mexicanos.