Inicio Tu Espacio Lo dicho, más de lo mismo

Lo dicho, más de lo mismo

0

Carlos Ugalde Sixtos

Como había adelantado en mi colaboración anterior y como era lógico que así sucediera, las medidas presentadas por AMLO para combatir los efectos negativos de la pandemia del coronavirus, no fueron, en lo absoluto, nada nuevo, simplemente fueron más de lo mismo.

En efecto, el presidente presentó una serie de acciones que a nadie convencieron, ni a sus supuestos detractores, ni inclusive al sector empresarial, que en los siguientes días hizo una contrapropuesta a la de él. Y es que “sus medidas” se limitan a reforzar sus ya tan sobados programas sociales dirigidos a sus incondicionales o gente dispuesta a convertirse en futuros votantes a su favor. Esto, según él, como “apoyo” a la población en el contexto de la pandemia.

Y como “medidas para reactivar la economía”, según él, la misma bazofia acerca de su Tren maya, la refinería de 2 bocas y el aeropuerto de Sta. Lucía; un apoyo insignificante para las PyMEs (25 mil pesos de préstamo a quien logre reunir un sinfín de requisitos) y eso fue todo, como se ve nada nuevo bajo el sol, francamente una burla al intelecto humano. Ha pero eso sí, planteó disponer de los fondos de todos los fideicomisos públicos que no contaran con estructura orgánica propia para apoyar, según él, a la gente más pobre en la presente contingencia, cuestión que es muy difícil de creer, sobre todo tomando en cuenta que de todos los recortes presupuestales y ahorros que dice haber hecho en su combate a la corrupción, no se sabe absolutamente nada, en donde están o en que se han invertido. Pero los que ya no nos chupamos el dedo en política si sabemos en dónde están siendo empleados esos recursos (quizá en todo un ejército de bots, por ejemplo) y sobre todo en qué serán empleados en un futuro próximo: elecciones 2021, etc.

Tal vez a eso se refería el Sr. presidente cuando pronunció aquella frase desafortunada de que la pandemia del COVID 19 le había venido al Gobierno de la 4T como anillo al dedo. O sea que, en otras palabras, nuestro primer mandatario está pensando en todo, menos en la inmensa responsabilidad que tiene con respecto a las vidas de casi 130 millones de mexicanos. En efecto esa pequeña y aparentemente insignificante frase nos hace ver, y espero que los 30 millones que votaron por él lo estén viendo también, que quien nos gobierna no tiene nada de humanista, para él no son primero los pobres, no, claro que no, para él lo primero y lo único desde hace décadas es alcanzar sus ambiciones políticas cueste lo que cueste. No importa que haya pasado de opositor de izquierda a gobernante de derecha, o que de crítico acérrimo de los gobiernos que ponían en peligro la soberanía del país ahora se haya convertido en la más servil marioneta del imperialismo norteamericano.

Nada bueno nos espera de un tal gobernante que no ve en la desgracia mundial más que la oportunidad para llevar agua a su molino. Creo que, objetiva y realistamente, podemos esperar mucho más de la ayuda solidaria de Cuba, China o Rusia que de nuestro propio gobierno. Ojalá que pronto los mexicanos podamos tener un gobierno con la capacidad económica y humana para construir en diez días un hospital de punta especialmente para combatir una pandemia como la que actualmente nos azota y que tenga el acierto de adelantar un mes de vacaciones a toda su clase trabajadora y aún se dé el lujo de mandar brigadas de médicos y toneladas de apoyo al resto del mundo. Algún día.