Inicio Estado de México El pueblo canta

El pueblo canta

0
  • Concurso Regional de Voces en Pachuca, Hidalgo: 23 de septiembre, auditorio Gota de Plata, Pachuca, Hidalgo.

Cuando se vive en una sociedad dividida en clases, de capitalismo cruel, en donde el ser humano trabaja todo el tiempo para medio vivir, es necesario que el hombre, y la mujer, realice una actividad que le haga más ligera la vida y, a manera de catarsis, le ayude a eliminar los recuerdos dolorosos o las carencias y sufrimientos que conlleva una vida llena de carencias, sin más tranquilidad y alegría que la que le brindan los miembros buenos y generosos de su familia, quienes también tienen sus propios sufrimientos y carencias.

Desde que el hombre se separó de los animales y empezó a vivir en colectivo, la música lo ha acompañado, primero con percusiones para no sentirse tan solo en el mundo y luego, miles de años después, para acompañar sus primitivos rituales con los que solicitaban protección y favor a los también primitivos dioses.

Todos sabemos que, igual que entonces, la música es una gran acompañante de los seres humanos: ¿quién no se acompaña con música cuando está solo en su casa o cuando tiene que realizar trabajos como el aseo doméstico, arreglar un carro, reparar planchas, redactar una nota o un reportaje, construir edificios o hacer la comida? Nadie, nadie o muy pocos se resisten a ello. 

Prácticamente todos acompañamos nuestras actividades con música, la cual, sea instrumental o con poéticas letras, ejerce en nosotros funciones catárticas porque nuestros sentimientos o emociones se identifican con lo creado por músicos y poetas, quienes con su gran sensibilidad resumen en una breve pieza los sentimientos universales de la humanidad.

Desgraciadamente, la música no escapa al mundo globalizado de las mercancías. Ahora, niños y jóvenes son influidos con letras denigrantes sin ningún valor artístico, que lejos de ayudar a la catarsis emocional ante situaciones trágicas, despiertan sentimientos primitivos como la agresión, la burla, el desprecio, el sexo y el tan llevado y traído mundo del narcotráfico, al que los jóvenes se sienten atraídos porque les ofrece una vida llena de riquezas, comodidades y vicios, pero que al poco tiempo tiene que pagar con la vida misma.  

Por ejemplo, en la radio podemos escuchar: “Ese mamarrano come cacahuates pide pizarrín pero no invita a sus cuates/ en la escuela le apodaban el come quesadillas se come los melones sin quitarle las semillas/ Ese marranete se atora en el retrete y cada que lo veo es una foto diferente…” Y así por el estilo con mucha de la música de nu metal, horrorcore, nerdcore, g-funk, pop rap, rap conciencia, rap poético, rap político, gangsta rap, rap instrumental, crunk, trap, old school y muchas más que de crítica social y concientización política tienen muy poco, pero que, por las grandes ganancias que brindan a sus productores, los músicos de las bandas que las ejecutan son calificados como “talentosos artistas”. En realidad, esas producciones de baja calidad construyen mundos falsos que llevan a los jóvenes, y también a algunos viejos, por un camino equivocado y peligroso.

O los llamados corridos tumbados, que son “una variante del corrido tradicional mexicano que incorpora elementos del hip-hop y usa un lenguaje relacionado con actos violentos, armas y contenidos explícitos”, que palabras más, palabras menos, el mensaje es: “No me da miedo y represento el movimiento/ Un doble vaso retacado y polvo en mi nariz/ Una línea que despierta lo que yo siento/ Y aunque no siento nada de esto no quiero salir/ Mi vida es gris a veces, ni pa’ qué les cuento/ Un hoyo negro, la gente solo te quiere hundir/ Pero salí cabrón, de nada me arrepiento/ No me detiene ningún puto que se cruce aquí, eah”.

La música verdadera, constructiva y catártica, es otra cosa: canta a la belleza, a los anhelos de felicidad de la humanidad, a la alegría por el amor encontrado, a la tristeza por la pérdida de ese amor, a la alegría de vivir y a los paisajes hermosos, etc., etc. Dichos temas abundan en todos los estilos musicales y que el mundo entero canta pues con ellos la gente elimina los recuerdos que alteran su mente y equilibrio nervioso.

O sea, los seres humanos cantamos para vivir y en estos tiempos de distorsión y corrupción musical, Antorcha se ha propuesto, desde su nacimiento, rescatar la música y la poesía que hablan de los sentimientos más puros y nobles de la humanidad.

Por eso, en Antorcha promovemos que el pueblo cante la mejor música que se ha producido no solo en el país sino en el mundo entero porque seguimos apostando por una verdadera cultura edificante para todos los mexicanos; la que han creado verdaderos artistas. 

Antorcha fomenta que las generaciones jóvenes conozcan la buena música creada por artistas mexicanos y extranjeros, y también fomenta el cultivo de las buenas voces, a través de acercarlos con profesionales que eduquen y potencien su talento, para que interpreten con maestría piezas musicales de verdadera valía, como son las producidas por autores como: Agustín Lara, Manuel M. Ponce, Joaquín Pardavé, Chucho Monge, Consuelito Velázquez, José Alfredo Jiménez, Álvaro Carrillo y Rubén Fuentes, entre otros.

Un botón de muestra será el Concurso Regional de Voces en el que participarán cantantes y coros de los estados de: México, Hidalgo, Morelos y Querétaro, además de la Ciudad de México que organiza el Movimiento Antorchista Nacional y que se realizará el próximo sábado 23 de septiembre en el Auditorio “Gota de Plata”, de Pachuca, Hidalgo. Todos están invitados al evento que es totalmente gratuito. ¡Enhorabuena cantantes! Que triunfe el mejor.