- Del año pasado a la fecha, “Hijos del Corazón” ha entregado a 108 niñas y niños a 79 matrimonios y 6 personas solteras.
Toluca, México.- La presidenta honoraria del DIF Estado de México, Isis Ávila Muñoz, entregó actas de guarda y custodia de 11 niños a sus nuevos padres, como parte del programa de adopciones Hijos Del Corazón, en donde señaló que en el Estado de México se trabaja para que los niños y las niñas mexiquenses vivan en una familia que los quiera, respete y proteja porque el amor de una familia es irremplazable.
Durante una convivencia con los matrimonios y madres solteras, la titular del DIFEM acompañada por Carolina Alanís Moreno, directora general de este organismo, señaló que mediante esta campaña, del año pasado a la fecha se han integrado 108 menores a 79 matrimonios y 6 personas solteras, con lo cual se promueve el cumplimiento del derecho de todos los niños de formar parte de una familia, sin importar su edad, condición física o cualquier otra característica.
“El gobernador Eruviel Ávila Villegas y quienes conformamos el DIFEM trabajamos para que haya quienes reciban a los pequeños de los albergues, con los brazos abiertos. Nuestra principal labor es velar por que cuenten con una vida que les permita desarrollarse en un ambiente digno”, comentó.
En este sentido, reconoció el acto de amor de los solicitantes que confiaron en el DIFEM para hacer realidad su anhelo de la maternidad y la paternidad, quienes brindarán a sus hijos una mejor vida, y los exhortó a ser padres de bien que se preocupan por cuidar de su integridad y felicidad dentro del núcleo familiar.
“Sabemos que han esperado mucho tiempo para lograr formar una familia, y eso habla de que son buenas personas, con un enorme corazón que se abre a la oportunidad de crecer en metas y aspiraciones con un nuevo integrante”, dijo.
Isis Ávila Muñoz platicó con los beneficiarios para conocer su punto de vista y experiencias que el procedimiento de adopción implicó para ellos, a fin de mejorar constantemente la atención que se les brinda, pero sobre todo, para asegurar que en familia los hijos adoptados sean formados como hombres y mujeres de bien.
