Toluca, México.- Cuando la conducta de los seres humanos busca el bien de la persona y el de la comunidad, pueden coexistir armónicamente la acción de la ética y el cumplimiento de la norma, binomio capaz de producir eficacia espontánea útil para la debida valoración de los actos con criterio objetivo y plenitud humana.
Coincidieron en lo anterior, el Ministro en Retiro y ex presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) Mariano Azuela Güitrón, así como el Magistrado en Retiro del Tribunal Superior de Justicia del Estado de México (TSJEM) Román Rosales Reyes, durante su participación como ponentes en la Conferencia “Diálogos sobre Ética Judicial” realizada en el Aula Magna “Gustavo Barrera Graf” de la Escuela Judicial.
Ambos señalaron que la obligatoriedad de una conducta se entiende por lo general en que ésta se impone coactivamente; no obstante, cuando la conformidad de esa conducta está orientada con el bien de la persona y con el de la comunidad, adquiere un sentido ético, favoreciendo un desempeño más eficaz del funcionamiento y aplicabilidad de las normas jurídicas.
El Ministro en Retiro Azuela Güitrón enfatizó que la sociedad requiere del comportamiento ético de los individuos que la integran, contrariamente a lo que se pudiera pensar en el sentido de que lo jurídico es verdaderamente lo que se cumple, cuando en realidad es lo ético que procede del propio convencimiento personal, lo que favorece una mejor respuesta para la sociedad misma.
No hay mejor fórmula para que una persona forme su conducta conforme a lo que requiere la sociedad y lo que él mismo necesita en su núcleo comunitario, que el propio convencimiento personal, entendiendo que un auténtico comportamiento ético se aparta de convicciones superficiales, refirió el reconocido jurista.
Por su parte, el Magistrado en Retiro y actual Director del Instituto de Promoción y Difusión de la Ética Judicial del (TSJEM), Román Rosales Reyes, apuntó que si bien es cierto, la ética no es sino una disciplina filosófica encargada de organizar y sistematizar, además de actualizar y hacer eficaz el funcionamiento de la moral, debe considerarse también como una disciplina práctica.
En tal sentido, señaló, la ética tiene la misión fundamental de alcanzar la realización de las personas, dado que ésta tiene como material de estudio los actos humanos, y como éstos deben ser esencialmente actos de libertad, la voluntad que los acompaña no debe tener ningún vicio, porque corre el riesgo de desvirtuar sus benévolos alcances.
No se trata de instaurar con la ética un nuevo derecho positivo o para-positivo, en la cual la obligatoriedad oficial se erija como un conjunto de mandatos, no debemos concebirla de tal forma, subrayó Román Rosales.
Anotando que si la ética no se sitúa en la conciencia de cada individuo, el contenido de los mandatos éticos podrá responder con eficacia no espontánea, a contracorriente de la eficacia espontánea provista del autoncovencimiento personal, lo cual conlleva a una eficacia realmente ética, concluyó.
La moderación de la conferencia estuvo a cargo del Magistrado y Consejero, Héctor Hernández Tirado y se contó con la asistencia de los integrantes del Consejo de la Judicatura del Estado de México, encabezados por el Presidente Baruch F. Delgado Carbajal, así como magistrados, jueces, servidores públicos y miembros del foro jurídico.