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Fidelidad y congruencia

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Laura Castillo García

Vocera del Movimiento Antorchista en el Estado de México

El próximo 11 de agosto, en la ciudad de San Luis Potosí, el Movimiento Antorchista Nacional iniciará una serie de concentraciones masivas con las que festejará sus 45 años de existencia.

Más de 500 mil antorchistas -en representación de los dos millones de afiliados-, se congregarán en cinco importantes ciudades del país (San Luis Potosí, Morelia, Michoacán; Tijuana, BC; Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; Puebla, Puebla; y Ciudad de México) para encontrarse con su líder nacional, Aquiles Córdova Morán, a fin de definir los pasos a seguir en la etapa política por la que atraviesa el país y en la que, desde el poder presidencial, se calumnia e infama a la organización que durante 45 años se ha construido prácticamente sola, tanto en activistas como en masas, y trabajado a favor de los más necesitados.

La gestoría antorchista realizada durante 45 años ante los tres niveles de gobierno (federal, estatal y municipal), ha beneficiado a millones de campesinos, colonos, estudiantes y obreros, quienes han accedido a mejores condiciones de vida gracias a las obras de servicios básicos como agua potable, drenaje, pavimentaciones, guarniciones y banquetas, electrificaciones, clínicas de salud, escuelas de todos los niveles, vivienda digna, unidades deportivas, teatros, albercas semi-olímpicas y espacios públicos, entre otras, las cuales ni por error podrían haberse hecho con tarjetas de transferencia monetaria individuales, como las que actualmente promueve el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

Desde el primer año de su fundación, en 1974, Antorcha Campesina se propuso organizar al pueblo, a los mexicanos más pobres y vulnerables del país, para organizarlos y educarlos en el conocimiento de sus derechos y trabajar para alcanzar una vida digna.

Como todo mundo entenderá, las obras mencionadas no llegaron a las comunidades marginadas por la sensibilidad y solidaridad de los gobernantes en turno; no, todas ellas fueron producto de la gestoría y lucha; en muchas ocasiones miles de campesinos tuvieron que esperar años para que sus gobiernos les construyeran un pozo de agua, una red de agua potable o un camino saca cosechas para impulsar la producción; o bien, los colonos y campesinos realizaron marchas y plantones para tener en sus casas drenaje, pavimentos, electricidad o edificios escolares y clínicas de salud en sus comunidades.

Así, durante 45 años los antorchistas del país lograron que sus gobernantes construyeran obras necesarias para sus comunidades, las cuales corrieron a cargo de las autoridades, tanto en lo referente a presupuesto como a construcción. Ahora, con la desaparición que el señor López Obrador hizo del Ramo 23, dizque para combatir la corrupción y optimizar el gasto público, será más difícil que millones de mexicanos accedan a ese tipo de obras.

Fieles a los mexicanos necesitados con los que Antorcha trabaja desde su propia fundación y congruentes con los principios de unión, fraternidad y lucha, los antorchistas seguimos luchando a pesar de las calumnias, infamias y dificultades que actualmente impone el gobierno federal del presidente López, quien dice trabajar por los pobres, pero que en realidad trabaja para fortalecer la economía de los más ricos; es el caso de Ricardo Salinas Pliego, quien, con la concesión absoluta de las tarjetas de transferencia monetaria del gobierno lopezobradorista en pocos meses aumentó su fortuna en más del 50 por ciento y, por el contrario, a los más pobres les niega elementales servicios urbanos como agua, drenaje, pavimentación, electrificación y clínicas de salud, como sucede con la comunidad del Ejido de Santa María, en Chimalhuacán, Estado de México, o niega becas a uno de los grupos más pobres entre los pobres, como es el caso de los discapacitados, a quienes solo atenderá de entre los 0 y 29 años de edad. ¿Y el resto, qué será de quienes pasen de los 30 años?

Cada día es más difícil la situación económica de los mexicanos. Por ello, congruentes con nuestros principios, y a 45 años de existencia, los antorchistas seguimos luchando por un mejor país. Las seis concentraciones festivas serán un hito no solo en la historia de Antorcha, sino de México entero, pues estamos conscientes de que, para construir un país más justo para todos, debemos luchar por el poder político de la nación.