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Colonia Víctor Puebla es ejemplo de lucha y combatividad

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Por: Sonia Luna Bermúdez

Los 45 años de Antorcha no serían tan importantes si no se hubieran forjado bajo la lucha constante y la motivación por cambiar una sociedad, que cada vez sufre una desigualdad que taladra a cualquier mexicano en su vida diaria.

Las colonias formadas por el Movimiento Antorchista surgen por la necesidad de dar una mejor calidad de vida a sus residentes, mismos que se sensibilizan ante las carencias de una sociedad en descomposición, pero que no están dispuestos a quedarse de brazos cruzados viendo pasar los días a que en algún momento un gobernante los voltee a ver para poder cambiar su entorno.

Si una colonia pudiera contar su historia ¿Cómo la diría?, ¿Cómo nos contaría su concepción y su paso por la transformación que también sueña y trabaja?. Antorcha, día a día, de la mano del hombre también quiere un cambio. Y yo creo que si la colonia Víctor Puebla hablara, esto nos contaría:

“Pronto celebraré mi primer décimo aniversario, soy un ejemplo de lucha organizada en el municipio de Texcoco, me fundaron con el esfuerzo y sudor de más de 10 mil residentes donde ellos como yo, hemos visto los cambios desde el inicio. Cómo olvidar esos más de 6 meses que estuvimos juntos plantados a la entrada del municipio porque el presidente perredista Constanzo de la Vega impedía que mis moradores hicieran uso de mi suelo, donde los ataques mediáticos se sumaban día a día difamando -son invasores-, nada más alejado a la realidad. Cómo creer que esas miles de personas tenían tan cruel intensión; todos ellos, lo único que buscaban era un lugar donde vivir en paz con su familia siendo mi espacio, el fruto del trabajo organizado que orquestaba Gloria Brito Nájera, líder social de Antorcha en ese entonces.

Esa fue una de las primeras batallas que ganamos ante los gobiernos insensibles. Después, un paso más. Mis calles se iluminaron cual más hermosa antorcha que guía los pasos de sus habitantes, las penumbras quedaron atrás, ¡fiesta, fiesta! porque celebrando también se está luchando, era lo que a menudo oía corear. Luego, la esperanza, -los niños que junto con sus madres corrían a clases en cuartos improvisados para aprender el a b c de las letras y de ahí, leer historias en los libros que los llevan a lugares lejanos donde no hay carencias. Ahora tengo un nido de sabiduría bien estructurado donde el conocimiento es absorbido por ellos.

Cómo olvidar las desmañanadas y constantes salidas al gobierno del Estado donde tantas veces tuvimos respuestas negativas a nuestras demandas, pero ahora ya hasta tengo un centro escolar digno. Pero las marchas no cesan; los mítines y las comisiones no sólo son para mejorar, también forjan y crean al hombre humilde y sensible sabedor de su condición de clase. Por ello, me considero modelo de solidaridad y combatividad; de ahí los resultados.

Ahora luzco hermosas calles pavimentadas bien iluminadas, zonas comerciales, áreas deportivas donde mis residentes desarrollan sus disciplinas, un teatro al aire libre, que puede contar historias y llevarnos a lugares imposibles de conocer por no tener dinero para viajar.

Sin embargo, no todo es hermoso, hace poco más de un año sufrí la embestida de un clima que no tuvo compasión de mis moradores ni de mí, nos inundamos ante la indiferencia del gobierno morenista que encabeza Sandra Luz Falcón para ayudarnos, los pequeños nidos sufrieron la pérdida de sus pertenencias, pero nos levantamos cual ave fénix y aquí estamos, juntos y más unidos planeando mi celebración; mis primeros 10 años soñando ser ejemplo para todo Texcoco y también para que toda la sociedad mexiquense que sé, se da cuenta que un pueblo organizado puede alcanzar grandes logros para cambiar su entorno.

Que la lucha constante y firme que realiza Antorcha un día no muy lejano se traduzca en bases firmes para poder hacer el cambio de nuestra economía, para que todo aquel mexicano que quiera trabajar, trabaje y sea partícipe de su esfuerzo con un salario digno, que las grandes empresas e industrias aporten los impuestos correspondientes a sus ganancias para que éstas se vean reflejadas posteriormente en obras y servicios; que la desigualdad que vivimos se desvanezca poco a poco para construir una sociedad nueva y que este próximo 14 de septiembre, cuando se cumple otro aniversario más de mi fundación reiteremos, juntos, el valor y la garra que nos ha llevado al lugar en donde estamos, ese es mi deseo.