Comentario a Tiempo
Por Teodoro Rentería Arróyave
Denigrante y afrentoso por todos conceptos la exhibición que han dado a su país y al mundo una caterva de traidores, y lo más grave, la mayoría de ellos presuntos delincuentes que se escudan en el blindaje que les otorga la investidura de diputados y senadores del Brasil.
El espectáculo de un seudo juicio político se inició hace algunos meses para terminar en un grotesco golpe de Estado por parte de los dos poderes: el Legislativo y el Judicial, mismos que se pusieron de acuerdo para arrebatarle la presidencia del gigante sudamericano a la gran luchadora social Dilma Rousseff.
Sin ninguna prueba válida, primero la Cámara de Diputados voto a favor del impeachment,-acusación-, y luego el Senado en una serie de absurdos que parten desde el mismo señalamiento a los propios legisladores golpistas de estar metidos hasta el cogote en los fraudes cometidos contra el ente industrial Petrobras.
Es más, después de que se votó en la Cámara de Diputados, su presidente, Eduardo Cunha quien fue el promotor del juicio político a Dilma Rousseff y el artífice para lograr el voto en contra de la presidenta, fue suspendido del alto cargo para ser procesado, él sí, por su clara intervención en el gigantesco fraude a Petrobras.
Ello no bastó para que esta madrugada, a las 4:44 terminara la farsa de las intervenciones de los senadores, puesto que sólo bastaron tres minutos más, las 4:47, para que se votará a favor del juicio político a la presidenta Rousseff por 58 votos a favor y 22 en contra, seguimos minuto a minuto el espectáculo denigrante que ofreció el Senado Brasileño al mundo, poco después de que la Corte negara la petición para frenar el juicio político contra la legítima presidenta.
Con toda dignidad, antes de salir del Palacio de Planalto, sede del Poder Ejecutivo, la presidenta suspendida se dirigió a sus conciudadanos y al mundo en el que preciso una serie de conceptos que ponen en su lugar a los traidores y a los presuntos delincuentes: Está en juego, aseguró, el futuro de Brasil, están en juego todas las conquistas sociales logradas en los últimos 13 años, porque la política que viene tiende a reducirlas.
No cometí crímenes de responsabilidad, no tengo cuentas en el exterior. Nunca recibí propinas.
Este no fue un juicio político es un golpe de Estado, la democracia es el lado correcto de la historia, para luego precisar: sufrí el maltrato de la tortura y ahora sufro la injusticia, he sido víctima de una farsa jurídica pero jamás voy a dejar de luchar, voy a luchar con todos los instrumentos legales que dispongo para ejercer mi mandato hasta el 31 de diciembre de 2019.
Mientras tanto, el más descarado de todos los protagonista del affaire, el traidor mayor, el vicepresidente de la República, Michel Temer, sin la más mínima dignidad firmó la notificación del Senado para así, por la puerta falsa, asumir la Presidencia de Brasil, que desde siempre persiguió enfermizo, desde que lo encumbró la mandataria ahora en receso.
Que espectáculo tan denigrante de los poderes Legislativo y Judicial, Dilma Rousseff, enfrenta, como lo afirmó, no un juicio, sino un golpe de Estado, un golpe baixo.
Periodista y escritor; Presidente del CONALIPE; Secretario de Desarrollo Social de la FELAP; Presidente fundador y vitalicio honorario de la FAPERMEX, miembro del Consejo Consultivo permanente del Club Primera Plana y Académico de Número de la Academia Nacional de Historia y Geografía, ANHG.
