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Las madres en la historia de la lucha social

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Ale Torres

El origen y objetivo de muchas celebraciones es diferente a lo que festeja el mundo moderno, como ocurre con el Día de las Madres. El reconocimiento al papel de la mujer en nuestra sociedad y su desarrollo es reciente, podríamos afirmar que es el Siglo XX cuando se formalizaron muchas fechas de reconocimiento a la participación activa de las mujeres, pero no siempre ha sido así. Federico Engels, el pensador prusiano que dio origen, junto con su amigo y camarada de toda la vida, Carlos Marx, al materialismo dialéctico e histórico, describe de forma excelsa el papel de la mujer en su libro “El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado”.

La preponderancia de la mujer, matriarcado, perduró por muchos siglos, hasta que apareció la propiedad privada y era necesaria delimitar la línea hereditaria para determinar el destino de la riqueza acumulada y fue entonces cuando el hombre, patriarcado, predominó sobre la mujer y fue relegada al mantenimiento doméstico de la familia.

Las fechas en que se conmemoran las han logrado ellas, por su trabajo, por su participación activa en los procesos revolucionarios de sus respectivos países o, como verdaderas internacionalistas, luchando por la reivindicación de la humanidad, como es el caso del Día Internacional de la Mujer, propuesto y aprobado en la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas realizada en Copenhague en 1910, en la que Clara Zetkin llevó la propuesta de la celebración del “Día de la Mujer Trabajadora”, hoy sólo hace referencia a la mujer, olvidando el irreverentemente a la  “mujer trabajadora”.

En la Gran Revolución Francesa, “la mañana del 5 de octubre, unas 7 mil u 8 mil mujeres acabaron reunidas. Se generó una protesta contra el precio del pan y se reclamaba que el rey regulase los precios, querían que cumpliese con sus obligaciones morales, de justicia y de política” (La marcha de las mujeres sobre Versalles, Historiae, 2018), caminaron de París a Versalles para exigir al Rey Luis XVI diera una solución a la hambruna por la que pasaban los pobres de Francia. Obligaron al rey regresar a París y dejar la comodidad de Versalles.

En ese tenor aparece el día de las madres, que no tiene una fecha de aplicación mundial, sino que la elección de la fecha obedece más a intereses comerciales que el homenaje justo a las madres de todo el mundo. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) reconoce como fecha mundial el 1 de junio, como el día de las madres y los padres.

El Día de las Madres: “En México, su origen comenzó en 1916, cuando el Gobierno del Estado de Yucatán, respaldó a las mujeres en su búsqueda por obtener sus derechos sexuales, así como lograr una maternidad libre y consiente materializado en el primer Congreso Feminista. Para 1922, diversos periódicos y actores políticos comenzaron una campaña con el fin de frenar las propuestas de las mujeres tachadas de inmorales, entre ellos el Secretario de Educación, José Vasconcelos, quien defendía el papel de una maternidad católica y conservadora, reconociendo a la mujer como un ser destinado a ser madre.” (Fundación UNAM, 9 de mayo de 2022); En México, el inicio de este festejo “se remonta al 13 de abril de 1922, el entonces secretario de Educación Pública, el licenciado José Vasconcelos, acogió el proyecto proclamado por el Excélsior y ofreció su ayuda “moral efectiva para que primero la niñez escolar del país [sea] la que rinda homenaje a las santas y abnegadas mujeres que han contribuido a la prolongación de la familia mexicana, con su noble y alto ejercicio de las funciones de la maternidad (Sic)”  (Revista de la Universidad de México, 2019)

En la recta final del gobierno obradorista ya podemos, sin temor a equivocarnos, que la más castigadas con la política social de la 4T, son las madres trabajadoras, también a las que sólo ser madre es su trabajo, nada sencillo, por cierto. Veamos:

De entre los 20 programas suspendidos que beneficiaban a las mujeres, por el autor de la 4T, tres son los más destacados y que afectan directamente a las madres: las escuelas de tiempo completo, la cancelación de las estancias infantiles para madres trabajadoras y las becas.

De manera que, si usted, amable lector, escucha el 10 de mayo, desde una “conferencia matutina” una frase de “felicidades a las madres en su día”, desde algún púlpito, perdón, pódium presidencial, habría que evaluar lo dicho y reclamar, porque no es de dudar que se enumeren cifras de bonanza, resultado de la política de la 4T.

Antes que arribaran la maquinaria del gobierno presidencial en turno a derribar cuanta institución se le atravesó, las familias contaban con uno o más hijos beneficiados con alguna beca, hoy, las reglas de operación sólo permiten beneficiar a uno; la eliminación de las escuelas de tiempo completo eran una alivio para las madres, particularmente a las que son el único sostén familiar, los niños tenían garantizado y desayuno y comida, modestos seguramente, pero para los millones niños de familias que viven en pobreza extrema era una gran ayuda.

Según el informe INEGI para 2022, 46.8 millones de mexicanos viven en pobreza, en tanto que la pobreza extrema suma 9.1 millones de ciudadanos no tiene garantizado el alimento diario, aunque organismos internacionales aseguran que los pobres en México suman al menos 65 millones, la diferencia con los “datos bienestar”.

Así las cosas, para millones de niños mexicanos, el comedor escolar era una oportunidad de tener un alimento diario.

Las estancias infantiles fueron una verdadera ayuda a las madres trabajadoras. Las familias que contaban con una casa en buenas condiciones era candidato a recibir niños de las madres que tenían que trabajar, los hijos los dejaba al cuidado del vecino que reunió los requisitos para recibir a su cuidado los niños a cambio de un apoyo gubernamental por cada niño que recibían.

Ese es el verdadero interés de AMLO para ayudar a las madres trabajadoras, ese el verdadero interés por el cuidado de los niños. La 4T y el partido en el poder no tiene nada con que pueda festejar a las madres en su día, salvo pobreza y más pobreza. Hay una mejor opción, pues claro que sí. Sólo que para eso se requiere una nueva forma de gobierno y una nueva forma de gobernar y eso, sólo los pueden lograr las mujeres, en unión de acero con los hombres, para que marchemos juntos a un mundo más prometedor, sin falsas esperanzas. Al tiempo