Por: José Luis Flores
El gobernador de Puebla, Miguel Barbosa está implementando reformas que atentan contra el voto libre de los poblanos. Hay municipios poblanos que sufrirán recortes presupuestales hasta de un 40% al 50%.
Desde Puebla se está preparando un golpe dictatorial donde la democracia será la víctima, se prepara el terreno para atar de pies y manos a la oposición de MORENA.
Algo similar ocurrió en Alemania en enero de 1933, Adolfo Hitler es nombrado canciller, su partido, ya en el gobierno impuso la abolición de las libertades básicas, buscaron crear el VOLKS (pueblo de tendencia conservadora).
Para las elecciones federales de noviembre de 1932, el Reichstag ya contaba con 584 escaños siendo necesarios 293 escaños para ser mayoría.
Se obligó a los gobiernos estatales a que se alinearan con los objetivos nazis, había que ponerlos a su disposición; la cultura, la economía y la ley quedaron bajo el poder absoluto del partido nazi, los sindicatos fueron abolidos, los empleadores obligados a incorporarse a las organizaciones del gobierno nazi.
En marzo de 1933, Hitler presentó un proyecto de ley que le otorga a su gobierno el poder de decretar leyes sin someterlas a votación en el parlamento alemán. Con ésto, no se hacía más que refrendar automáticamente la dictadura de Hitler.
La voluntad del führer se convertiría en una dictadura política que gobernaría de manera unipersonal.
Así las cosas y retomando lo que en el laboratorio político poblano se está cocinando para el próximo año, no nos caiga de extraño que estop sólo sea una especie de experimento piloto con el cual se esté preparando el terreno para las elecciones presidenciales del 2024 y, con ello se salgan con la suya los morenistas en su afán de perpetuarse en el poder.
Es la última oportunidad para la democracia, para hacerle saber a MORENA que todavía hay ciudadanos conscientes que votarán en su contra, por falta de ayuda gubernamental en esta contingencia, por la desaparición de programas sociales (Seguro Popular, Prospera, estancias infantiles y reducción de presupuesto para varias Secretarías, entre ellas la de Salud) sumando lo anterior a la cerrazón de un gobierno tanto federal como estatal para atender las necesidades esenciales de un pueblo que ya está colapsando económica, laboral y sanitariamente.
Como se podrá concluir, estamos ante un polvorín social que, si no se respetan los resultados en estas elecciones intermedias, se prevé un estallamiento social de grandes proporciones. Que conste.
