Por: Dr. Paul Scanlon
Ciudad de México.- La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es un padecimiento crónico inflamatorio del pulmón, que impide el flujo de aire de los pulmones. Entre sus síntomas se encuentran la dificultad para respirar, tos, producción de mucosidad (esputo) y respiración sibilante (o silbido al respirar).
Sin embargo, la EPOC es tratable. Con el tratamiento apropiado, la mayoría de las personas con EPOC pueden lograr el control de sus síntomas y una calidad de vida, así como reducir los riesgos de otras condiciones asociadas.
En algunas personas con EPOC, la administración prolongada de antibióticos —específicamente de azitromicina — es una alternativa relativamente nueva para disminuir las exacerbaciones. Una exacerbación es un evento en el que los síntomas de la EPOC empeoran más de lo habitual entre uno y otro día. Algunas agudizaciones pueden ser producto de una infección viral o bacteriana. Cuando la agudización es grave, eso puede llevar a una hospitalización y hasta a una insuficiencia respiratoria o a la muerte.
Para quienes padecen EPOC, la administración a corto plazo de antimicrobianos (antibióticos y antivirales) puede ayudar a combatir las infecciones respiratorias como bronquitis aguda, neumonía y gripe, además de que puede servir como tratamiento para una agravamiento. Un estudio realizado en 2011 indicó que la administración prolongada y continua de azitromicina ayuda a prevenir las agudizaciones de la EPOC, incluso en quienes no tienen una infección respiratoria activa. Aparte de sus efectos antibacterianos, la azitromicina también ejerce un efecto antiinflamatorio y de modulación inmunitaria, que posiblemente contribuye a la capacidad de controlar mejor la EPOC.
El estudio incluyó a gente que tenía EPOC con alto riesgo de empeoramiento y cuya mayoría ya tomaba otros medicamentos para evitarlas. Entre quienes se administraron azitromicina a diario durante un año, el riesgo de sufrir una agudización descendió en alrededor de 27%, comparado frente a quienes tomaron una sustancia inactiva (placebo).
Existen cinco clases de medicamentos a los que se puede recurrir para ayudar a prevenir las agudizaciones de la EPOC. Una de esas clases incluye al antibiótico azitromicina; mientras que las demás son de corticosteroides inhalados, agonistas beta de larga acción, antagonistas muscarínicos de larga acción e inhibidores de la fosfodiesterasa 4. Es común usar más de uno de estos medicamentos al mismo tiempo y hay varios inhaladores que combinan dos o más sustancias.
La azitromicina no suele ser el primer fármaco que se receta para prevenir un empeoramiento, aunque puede desempeñar una función importante en algunas personas con EPOC.
Por otro lado, un posible efecto secundario de la administración prolongada de azitromicina es la pérdida de la audición. Las personas con una cierta anomalía en el electrocardiograma, conocida como intervalo QT prolongado, no deben tomar azitromicina; además, parece que la administración de azitromicina conlleva un riesgo ligeramente mayor de muerte debido a problemas del ritmo cardíaco. Existe también controversia respecto a que la administración prolongada de azitromicina plantea el riesgo de la presencia de bacterias resistentes a los antibióticos.
