Inicio Estado de México Mártines de Chimalhuacán: ¡Les cumplimos y seguimos luchando!

Mártines de Chimalhuacán: ¡Les cumplimos y seguimos luchando!

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Laura Castillo García

Vocera del Movimiento Antorchista en el Estado de México

Nunca se sabe cómo reaccionarán los grupos de poder ante las necesidades de sus gobernados, actúan de las maneras más extrañas por mínimas que aquellas sean y por nulo egreso económico que les represente: cuando creen que están en los cuernos de la luna –aunque sólo estén a la cabeza de una presidencia municipal, la cual ejercen desde la soberbia y la prepotencia–, de lo que se trata es de hacer sentir la bota de su poder a los que consideran sus adversarios políticos. No los escuchan, no los atienden y, lo que es totalmente absurdo, no les dan permisos para realizar eventos políticos públicos, a los cuales asisten cientos o miles de personas por el profundo significado que tienen para la ciudadanía.

            Exactamente eso fue lo que acaba de suceder en el municipio mexiquense de Chimalhuacán, actualmente gobernado por una secta neofascista del partido Morena (encabezada por la alcaldesa Xóchitl Flores y su esposo, el alcohólico Miguel Benito a quien no le alcanza ningún dinero para sostener su vicio), la cual rotundamente se negó a otorgar permisos para que las organizaciones del Proyecto Nuevo Chimalhuacán realizaran un homenaje luctuoso a las 10 víctimas asesinadas por el cacicazgo que pretendió impedir la toma del poder político del presidente municipal electo, gente del pueblo, a quien el mismo pueblo llevó a la silla del poder municipal.

Con la negativa a dar permisos para que se llevara a cabo el homenaje luctuoso que venía realizándose desde hace 21 años, el gobierno de Morena Chimalhuacán se erige como una copia de los gobiernos neofascistas de Europa central y Oriental, en donde desde hace algún tiempo derriban monumentos de los libertadores que derrocaron al fascismo de Adolfo Hitler, como si eso borrara las acciones libertarias que encabezaron soldados del Ejército ruso de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas; esos soldados comunistas salvaron la vida de millones de personas y ahora, con la simple destrucción de las esculturas erigidas en su honor, los neofascistas quieren borrar una parte de su historia; pero eso no se va a suceder porque la gente sabe quién mató a sus familiares, los nazis, y quienes los liberaron, los comunistas rusos.

En Chimalhuacán, Morena se comporta igual que los fascistas europeos destructores de historia: con la demolición del obelisco dedicado a los Mártires del 18 de agosto y la negativa de otorgar los permisos correspondientes para la realización del homenaje a los héroes civiles, los fascistas de Morena Chimalhuacán no borrarán de la mente de miles de personas el hecho de que a partir de que sucedió el funesto acontecimiento en que manos asesinas arrebataron la vida a 10 personas, el territorio chimalhuacano empezó a transformarse para hacer de él un lugar digno y amable para sus habitantes.

            Desde el 18 de agosto del 2001, un año después de que fueron asesinadas 10 personas a manos de los matones de la cacique Guadalupe Buendía, alías “La Loba”, hasta el 2022, anualmente se llevaron a cabo respetuosos homenajes luctuosos a quienes perdieron la vida cuando alegres acudieron al evento de toma de posesión del nuevo alcalde, en quien pusieron sus esperanzas para que cambiara la situación de su municipio, tierra de importante pasado prehispánico, pero a la que los gobiernos insensibles habían sumido en el atraso y la miseria.

            Los poderosos y mezquinos intereses económicos de “La Loba” y del gobierno del Estado de México, coludido con la primera, fueron el móvil del ataque al pueblo chimalhuacano con el fin de no permitir que el alcalde electo tomara posesión de su cargo, bajo el argumento de que habían muerto 10 personas… sí, pero quedó demostrado que esos asesinatos no los llevó a cabo el alcalde electo, sino las fuerzas caciquiles aliadas con funcionarios de alto nivel del gobierno del Estado de México. (Envila Fisher, Alejandro, Chimalhuacán, de ciudad perdida a municipio modelo, Ed. Miguel Ángel Porrúa. México 2018,).

            La emboscada caciquil arrancó la vida de 10 antorchistas y del Proyecto Nuevo Chimalhuacán (PNCh). Pero la organización, unidad y lucha del pueblo, encabezados por el dirigente del Movimiento Antorchista Nacional, Aquiles Córdova Morán, hizo que los asesinos fueran encarcelados; que defendiera exitosamente al gobierno democráticamente electo que había ganado un militante antorchista, Tolentino Román Bojórquez y que el territorio chimalhuacano se transformara radicalmente: en 21 años se construyó una infraestructura moderna en el municipio, durante 21 años dio servicios de calidad y con calidez a todos los chimalhuacanos –incluidos los morenistas que ahora mal gobiernan Chimalhuacán, pues se beneficiaron con el incansable trabajo del gobierno antorchista que: introdujo agua potable, drenaje, pavimentos, guarniciones y banquetas, electricidad, centros de salud, centros deportivos y culturales.

Cierto que en las elecciones del 2021 los votos no favorecieron al candidato de Antorcha y del PNCh: la gente puso sus esperanzas en Morena porque cayó redondita en la demagogia de López Obrador y le dieron su voto a la discípula del caudillo; pero hoy, a más de dos años de desgobierno morenista, hay un gran desencanto por los resultados que está dando el “gobierno” morenista: inseguridad creciente, servicios públicos ineficientes: agua, drenaje e inundaciones, basura en las calles, mala atención médica, espacios públicos y deportivos abandonados, no hay apoyo a la educación ni a la salud y la cultura y el deporte van de mal en peor. El gobierno no escucha a las organizaciones sociales, que son las que engloban las peticiones e inconformidades de la población.

El gobierno de Morena Chimalhuacán sabe que ha hecho muy mal las cosas y que ha despertado la inconformidad sincera de la gente. Como la que recientemente levantaron con la destrucción sin previo aviso del mercado Zaragoza, en el que los locatarios trabajaban desde hace muchos años: sienten pasos en la azotea y creen que no repetirán para el próximo trienio; por eso ya se están preparando: decretaron el año de Hidalgo (ya saben: ch… a su m… el que deje algo), y ahora se sabe que a la directora del Odapas le exigen 200 mil pesos semanales, mismos que entrega al alcohólico esposo de la alcaldesa, Miguel Benito; a los trabajadores de limpias les exigen 50 pesos diarios y los que manejan una camioneta o un camión diariamente deben entregar 500 pesos, además de muchas otras corruptelas que ventilaremos en su momento.

No sabemos qué pasará en las elecciones de 2024 en que en el Estado de México habrá cambio de presidentes municipales; lo ideal sería que la inconformidad de la gente se manifestara en las urnas, pero ya sabemos el papel que juegan los apoyos directos que López Obrador da a adultos mayores, estudiantes y todo aquel del que quiera su voto. También sabemos que Morena aprendió muy bien las corruptelas que los partidos tradicionales despliegan en los procesos electorales en que dispendian dinero al por mayor para conseguir los votos suficientes que los hagan conservar el poder.

Para los antorchistas no hay duda que la única manera de honrar a los Mártires de Chimalhuacán, a los que pusieron su sangre como base para el progreso de esta tierra, consiste en mantener en alto el espíritu de lucha por un municipio y un mundo mejor; en arreciar la organización y educación del pueblo trabajador para que se una como un solo hombre y forme un partido político nacional que en verdad represente al pueblo y que desenmascare a los demagogos del partido Morena, que con sus acciones hunden en la miseria y el abandono a los pobres de México.

            El progreso, la igualdad del pueblo mexicano debe ser obra del pueblo mismo, no de un caudillo ni un iluminado que entrega apoyos directos. El antorchismo seguirá en la lucha para que pronto el pueblo de Chimalhuacán y de México alcancen una vida digna.