Comentario a Tiempo
Por Teodoro Rentería Arróyave
Estamos conscientes de que existe en nuestro país toda una tradición de actitudes discriminatorias, como son entre otras el deprecio al indio mexicano, alguien así, como ahora “El Bronco”, el desgobernador de Nuevo León, acuñó esa frase despreciativa de “no te juntes con ese indio pata rajada” y otra más: “no es culpa del indio sino de quien lo hizo su compadre”.
Émulos de los anteriores, son aquellas graficas donde se retrataba a un indio o un campesino sentado, recargado a un tronco de árbol, dormido y tapado el rostro con un sobrero de ala ancha o aquel de los policías con moscas, que si la intención era despreciar a los uniformados negligentes, la realidad es que apaleaba con todos; de ahí y de otras situaciones, que los mexicanos despreciemos al policía.
Hoy tenemos en menos de unas cuantas horas tres perlas de esa especie discriminatoria, por orden de aparición: a la que ya nos referimos, la de los purpurados de las arquidiócesis de México y Veracruz, Norberto Rivera Carrera y Luis Felipe Gallardo Martín, respectivamente, quienes gozosos celebraron, según ellos, que el Partido Revolucionario Institucional, PRI, perdió 5 gubernaturas porque escuchó a los curas en su oposición a la Reforma Constitucional de los matrimonios igualitarios del presidente, Enrique Peña Nieto.
El desgobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, más conocido con su apelativo de “El Bronco”, del cual se ufana, nos resultó un verdadero misógino, el sujeto acostumbrado a sus frases hirientes y léperas, ahora afirmó, “que a las niñas gordas nadie las quiere”. Cuando se le vinieron encima las redes sociales aclaró, ufano, que no se refería a las niñas obesas sino a las niñas embarazadas que les crece la barriga y luego las abandonan, aún con la tonta aclaración, dejo claro su espíritu discriminatorio.
Y la más cruel y homofóbica: “Lástima que solo fueron 50 y no 100”, expresó en su cuenta de Facebook José de Jesús Manzo Corona, nada más ni nada menos que secretario de Desarrollo e Integración Social del gobierno de Jalisco, en relación con la matanza en el club gay de Orlando, que dejó como saldo doloroso 50 muertos, entre ellos 4 mexicanos y 53 heridos, donde también se encuentra un connacional. Qué bueno que el gobernador, Aristóteles Sandoval, lo corrió de inmediato.
Si de algo nos sentimos muy orgullosos es haber conducido el programa televisivo de ahora nuestro Club Primera Plana, “Rostro desconocido”, donde se ponderaban las valiosas e imprescindibles labores de esos ejércitos de anónimos trabajadores como el panadero, el policía, “el bolero” y otros más.
A pesar de todos estos especímenes, me niego a creer que seamos un pueblo discriminatorio. Prueba de ello es que ahora las redes sociales, los medios y los periodistas, que sabemos que nuestra verdadera razón de existir es servir a la sociedad, de inmediato lo hemos exhibido para inhibir tales ofensas a la dignidad humana.
Periodista y escritor; Presidente del CONALIPE; Secretario de Desarrollo Social de la FELAP; Presidente fundador y vitalicio honorario de la FAPERMEX, miembro del Consejo Consultivo permanente del Club Primera Plana y Académico de Número de la Academia Nacional de Historia y Geografía, ANHG.